'Dragon Age: Inquisition' representará la culminación de una franquicia que poco a poco se ha ganado el respeto y el gusto de los amantes de los juegos de rol. Quizá no por su apartado gráfico, algo que ahora se han propuesto arreglar con esta tercera parte, pero sí por la profundidad de su historia y por su propuesta tradicional respecto a otros títulos de la competencia.
Y es eso, a la historia, a lo que se aferran en BioWare para justificar una decisión comprometida que no va muy en línea con lo que los fans esperaban. No, 'Dragon Age: Inquisition' no será un juego de mundo abierto. Sí que se han ampliado las áreas a explorar y las posibilidades de navegación del jugador para que no se sienta acotado en un mundo cerrado, pero en ningún momento se ha intentado seguir la estela de juegos como 'The Elders Scrolls V: Skyrim'. ¿Los motivos? Nos los cuenta Mike Laidlaw, el director creativo del estudio.
"Creo que la decisión de desarrollar un mundo abierto no acaba de funcionar con 'Dragon Age'. Cuando haces una serie de juegos necesitas encontrar qué funciona con ellos y cultivarlo, por los fans que permanecen contigo y son verdaderamente apasionados. Necesitas ser consistente con eso. ¿Es algo que en BioWare podríamos mirar en un futuro? Quizá. Pero es una respuesta muy a largo plazo."
"Juegos como 'The Elder Scrolls V: Skyrim' pueden ser absolutamente increíbles. Puedes perderte ahí 70, 80 o 180 horas. Es fabuloso. Pero con 'Dragon Age' los usuarios tienen expectativas de recibir una historia realmente fuerte, un guión muy potente que les haga enfrentarse a decisiones que realmente les encojan el estómago. Mantener un énfasis muy fuerte en la historia nos ayuda a conseguir eso."
Así que en lugar de crear doscientas aventuras y misiones paralelas que te hagan sentir parte del mundo que han creado (un mundo precioso, por cierto) han decidido ir por otro camino. Una historia fuerte y cargada de momentos salvajes. Con ese propósito, ¿realmente es necesario un mundo abierto?
Vía | Shacknews
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