El Playstation Meeting ha sido apabullante. Más de dos horas en las que Sony ha disparado toda su artillería. El apoyo de las grandes compañías a PS4 ha sido total, pero si quieres ganar esta guerra, además de las carísimas tropas de élite también tienes que contar con las guerrillas.
Jonathan Blow, ese curioso personaje (a mí por lo menos me pone nervioso) que es capaz de triunfar en el mundillo con todo un ejercicio de introspección como 'Braid', ha presentado su nuevo proyecto. 'The Witness' es un sandbox, pero olvídate de ideas preconcebidas sobre el concepto.
Jonathan Blow ha asegurado que, a pesar de la amplitud de su colorido mundo, todo en 'The Witness' está colocado a conciencia. Nada de espacios superfluos donde no hay nada que hacer (como ocurre en la gran mayoría de Sandbox), aquí se viene a flipar desde que enciendes la consola hasta que la apagas.
El aspecto del juego es delicioso, y se agradece que la frescura indie irrumpa en un catálogo de juegos clónicos (Que sí, que el 'Killzone' de PS4 se ve de miedo, pero lo que propone es lo mismo de siempre y lo sabéis). Estoy deseando aprender ese extraño lenguaje de líneas que aparece en 'The Witness'. Eso es lo que deberíamos exigir a la nueva generación, nuevas formas que sean capaces de redefinir lo que ya conocemos.
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