Las consolas como centros de ocio en el hogar

Los adultos, también en la guerra de consolas. Y es que cada vez tienen más que decir a la hora de comprar un centro de ocio para toda la familia y que sirva como consola al mismo tiempo. Y disfrutar de ese 2 en 1 que ofrecen actualmente las dos principales consolas. Y los fabricantes lo saben.

Según Nielsen: En estados Unidos, el 37% de los adultos que se conectan a Internet en ese país tiene una videoconsola de salón, y un 16%, una consola portátil. La encuesta también asegura que la gran mayoría, el 71%, está casado, y que al menos un 66% tienen al menos un hijo viviendo en casa.

Y es que a causa de las nuevas consolas de última generación como Xbox360 o PS3, que van más allá de ofrecer una plataforma de juegos, ahora se han incluido dentro de los hogares como centros de ocio y entretenimiento y no sólo son utilizadas para jugar.

Según Carolyn Creekmore, responsable de Nielsen, "conforme las consolas se hacen más sofisticadas, las familias las han incorporado a sus centros de ocio en el hogar"

Por ejemplo, Sony tiene con su consola PS3, un aparato que nos permite disfrutar de la última tecnología de reproducción en HD como es el BluRay (además de poder ver DvD), pero además incluye sonido 7.1 para conectar a un Home Cinema, para conectarse a internet con WI-Fi y Bluetooth, entre otras muchas características. Es decir, un autentico centro de Ocio para el salón con la última tecnología disponible.

La X-Box360 del gigante americano de software Microsoft tampoco se queda atrás. Incluye conexión también a la red con Wi-Fi y con un reproductor de HD-Dvd, aunque se tiene que adquirir por separado, perfecto para disfrutar de contenidos en HD. Además de sonido 5.1 para disfrutar del sonido en el salón.

Y por último está Nintendo con su Wii que aunque esta sí es una plataforma más dedicada exclusivamente para jugar y es bastante inferior en cuanto a características de centro de ocio o gráficos, nos muestra una manera muy diferente de enfrentarnos a los juegos, buscando el entretenimiento familiar.

Vía | EL PAÍS