Hay muchas maneras de disfrutar de un buen juego de automoción en PlayStation 3, sentado en una silla, tirado plácidamente en la cama, acomodado en el sofá del salón frente a un televisor de alta definición... Pero por muy a gusto que estemos y muy bueno que sea nuestro televisor nunca conseguiremos un nivel de inmersión en el juego mayor que con un volante de competición.
En el mercado hay numerosos modelos de distintas marcas con mejores o peores acabados, el Thrustmaster Ferrari GT Experience, el exclusivo Porsche Wheel Turbo S, pero ninguno de ellos hace que grites, saltes, se te pongan los vellos de punta y sudes más en un mismo momento que con el Logitech G25 Racing Wheel. Compuesto del volante con levas, un dock con los controles del mando y la palanca de cambios, y los pedales es capaz de hacer que cualquier juego que tengamos sea completamente distinto a lo que era antes.
Lleva meses en el mercado, pero aún así a primera vista el cacharrito impone, una línea idéntica a la de los volantes de competición de series como la WTCC, el acabado en cuero y aluminio de cada una de sus partes, la sobredimensionada y pesada base de los pedales, todo hace presagiar que el conjunto es de calidad y no precisamente barato.
Encendemos nuestra PlayStation 3 y lo primero que nos sorprende es su calibración, da vueltas hasta llegar al tope de giro (900º) para luego parar en el punto intermedio. Arrancamos nuestro juego de competición preferido (nosotros hemos usado 'Race Driver Grid'), consultamos la configuración por si queremos cambiar algún parámetro como el límite de giro y el ForceFeedback y listo.
La primera carrera que juguemos con el volante será un desastre, por lo que es recomendable probarlo antes en una contrarreloj o una partida rápida para no perder puntos drásticamente en la clasificación. Comienza la primera vuelta y notamos el tacto real de los pedales, blando para el acelerador y embrague, y bastante más rudo para el freno, aunque por mucha fuerza que ejerzamos la base no se levantará ni estando sobre una alfombra.
Lo bueno llega en la primera curva, cuando notemos que los motores de la servodirección empiezan a hacer de las suyas intentando que giremos para el lado contrario al que lo hacemos. Mi primer impulso fue dejar al volante actuar a su libre albedrío ya que pensé "¡lo romperé!", obviamente empezó a girar solo de un lado a otro y el coche a derrapar de forma exagerada en la gravilla. Freno, entro de nuevo en el asfalto y lo intento con la siguiente curva, esta vez agarro fuerte, mantengo el coche en la línea correcta y juego con el acelerador para no provocar otro trompo, poco a poco se le coge el tacto.
Una pendiente o un desnivel pronunciado son un verdadero problema para nuestro puesto en la carrera. Mientras sujetamos con fuerza para no desestabilizarnos nos sorprende que al separarse las ruedas del suelo el tacto duro del volante casi que desaparece, dejándolo "lacio" y provocando que la mínima variación en la dirección nos obligue a corregir el rumbo. Una vez en tierra el golpe se hace notar y el volante vuelve a estar menos manejable.
Si eres de los que les gusta conducir con las marchas en manual el Logitech G25 puede hacer que roces el cielo en cada cambio. Podemos elegir tres opciones, usar las levas de aluminio situadas en el volante, la palanca de cambios en modo secuencial o en modo 6 velocidades real, todo ello combinado o no con el embrague. Realmente, lo más cómodo son las levas por su situación, pero el cambio manual de 6 velocidades es una delicia, las marchas no cambian hasta que la palanca no llega al final del recorrido, por lo que no debemos preocuparnos de que en algún momento no la introduzcamos bien en su sitio, salte a punto muerto y nos cambie de marcha automáticamente el juego.
El acabado, los efectos realistas de los motores y el cambio de marchas, la comodidad de su uso y la sensación transmitida a cada metro virtual recorrido hace que el precio de 285€ del 'Logitech G25 Racing Wheel' merezca la pena. Por delante deja interminables horas de sensaciones realistas que hacen que nuestras aspiraciones de fitipaldis queden satisfechas frente al televisor y eliminadas de la vida real.
Sin lugar a dudas, uno de los mejores accesorios para adictos a las carreras en alta definición.