'Datura': análisis

Es justo empezar a hablar de ‘Datura’ reconociendo que no es un juego, sino un experimento. Justo para los usuarios, que podrían acercarse a él pensando que se enfrentan a algo más, pero también para sus desarrolladores, que imagino son conscientes de que lo que tienen entre manos no es comparable a lo que podemos encontrar hoy en día en el catálogo de PSN.

¿Qué es Datura?

El caso es que en los primeros compases, como experimento, parece funcionar, como ya lo hizo en su día ‘Linger in Shadows’, pero aportando a la vez algo más que una mera experiencia interactiva. Como juego en cambio no se sustenta por ningún sitio, al menos a un precio que seguro echará para atrás a más de uno.

‘Datura’ nos sumerge en un bosque, una especie de limbo al que llegamos tras dejar atrás nuestro cuerpo escogiendo morir en una ambulancia. Bueno, en realidad no hay elección en ese punto porque de lo contrario no habría más que rascar, pero las elecciones son algo a tener en cuenta durante la hora y pico que puede durar el juego.

El bosque, un pasillo circular de ambiente melancólico directamente sacado de escenarios como Twin Peaks, presenta varios objetos y estancias que conforman los puzles del juego. Despertar a un cerdo tirándole patatas, llenar una botella con un líquido verdoso, arrancar los tablones que tapian una puerta… Una sucesión de minijuegos que deberemos superar con el control de movimiento de PlayStation Move.

Buena idea, mal resultado

Una propuesta lógica de haberse presentado junto al lanzamiento del mando, pero una demo técnica sin pies ni cabeza a día de hoy. Más aún cuando en muchas ocasiones el reto consistirá en conseguir que Move funcione cómo debería.

‘Datura’ intenta contar una historia y hacerte partícipe de ella, pero fracasa estrepitosamente en ambos casos. No hay historia cuando lo que presentas son escenas totalmente inconexas, en ocasiones rozando lo absurdo por tomar algunas decisiones de diseño totalmente impensables hoy en día.

Una de las más forzadas la encontramos en un minijuego que intenta simular la aceptación o negación de la sensación de venganza. En él nos encontramos en una trinchera, presenciando cómo disparan a uno de nuestros compañeros. La elección en este caso variará entre ayudar al compañero o ponerte a los mandos de una ametralladora para disparar a soldados de cartón. Sí, de cartón, como si de una feria se tratase.

La situación es totalmente ridícula y tu reacción variará entre la total indiferencia o un ataque de carcajadas. Ayudaría, y mucho, que los soldados fuesen “reales”, eso y que el aspecto gráfico estuviese mucho más cuidado, sin duda uno de los puntos negros de un proyecto respaldado por la propia Sony.

Es un fallo que rompe con esa cuidada ambientación y una atractiva banda sonora, imposibilitando por completo que puedas sentir la aventura como tuya. Rompen también esa posibilidad las mencionadas elecciones, que por ser demasiado ambiguas impiden que sepas en todo momento si estás haciendo el bien o el mal. Y teniendo en cuenta que el final dependerá de tus acciones y que la segunda vez que lo juegues intentarás hacerlo lo mejor posible, es bastante frustrante acabar un minijuego con moscas alrededor, señal de que has tomado el camino malo, sin saber muy bien la razón.

Conclusión

Molesta que no se haya puesto un poco más de mimo en su desarrollo porque ‘Datura’ podría haber sido una propuesta muy atractiva. Pero su precio, sus gráficos, la falta de un guión lógico, los errores de control y la poca ambición demostrada por Plastic Reality Technologies consiguen que el juego acabe haciendo aguas por todos sitios. Podríamos hablar de mal juego y genial experimento, pero ni siquiera centrándonos en ese punto seremos capaces de extraer algo a la altura de Sony.

Vídeo | Youtube

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