Después de la primera entrega de este tipo de posts donde dos editores de VidaExtra expresamos nuestras posiciones enfrentadas, en la que nos preguntábamos si la potencia gráfica de la Wii es suficiente para la nueva generación (post a favor, post en contra), vamos a por otro asalto. En este caso nos cuestionamos si la retrocompatibilidad de una consola es importante o no. Yo, como podéis comprobar por el titular, creo que la retrocompatibilidad en una consola actual es necesaria.
Todo esto viene dado por el reciente anuncio por parte de Sony de distribuir un nuevo modelo de PS3 en Europa, el famoso de los 40GB, que va a sustituir al Starter Pack de 60GB cuando éste se agote (o eso es lo que dicen) y que no ofrece retrocompatibilidad.
Hace años, cuando las consolas tenían como soporte para los juegos el formato cartucho, nadie se preocupaba mucho sobre algo como la retrocompatibilidad. Entre otras cosas porque sencillamente era un concepto todavía inexistente. Si tenías una Master System y querías la nueva consola de SEGA te comprabas la Megadrive y punto. Nadie pensaba en "¿y ahora qué hago con los juegos de la Master?". Simplemente eran dos consolas diferentes con dos sistemas diferentes. Ya está.
Con las de Nintendo pasaba tres cuartos de lo mismo. Si tenías una NES y querías dar el siguiente paso te comprabas una Super NES y tan tranquilo.
El cambio se produce cuando pasamos de un formato como el cartucho al CD, sobre todo en el momento en el que la Playstation hace acto de presencia. No fue la primera consola en proponer el CD como sistema de almacenamiento, atrás quedan los intentos de SEGA con su Mega-CD para Megadrive o de Panasonic con su 3DO, pero sí la que lo hizo popular, la que lo convirtió en el nuevo estándar.
Con el paso del tiempo y el consiguiente avance tecnológico aparece en el mercado nuestra querida PS2, la nueva apuesta de Sony dentro del entretenimiento electrónico que viene armada con un reproductor de DVD. Tiene capacidad para reproducir tanto películas en este formato como discos de música en CD y lo más importante: se entiende a la perfección con los juegos de la primera Playstation (bueno, en realidad al principio no todos los juegos de Playstation eran compatibles con la PS2), con lo que los poseedores de la consola original podían seguir disfrutando de sus juegos en la nueva máquina y los nuevos compradores podían hacerse con algunas joyas inicialmente programadas para Playstation. Si alguien niega que esta característica ha sido un elemento importantísimo para la popularidad y la buena salud de la que ha gozado la PS2 que se lo haga mirar.
Con estas llegamos a la actualidad, momento en el que Sony, meses después de haber lanzado su apuesta por la nueva generación bajo el nombre de PS3, nos sorprende con un nuevo modelo algo más barato que los que existen hasta el momento pero con algunos recortes, entre los cuales se encuentra la dichosa retrocompatibilidad.
Los compradores de este modelo se encuentran con que:
- si tienen una PS2 y quieren seguir disfrutando de sus juegos van a tener que seguir conservando dicha consola
- si no tienen una PS2 no van a poder jugar a verdaderas joyas del entretenimiento electrónico, muchas de ellas a un precio realmente asequible y atractivo
Si todo esto no es suficiente para reconocer que la retrocompatibilidad sí es necesaria en una consola actual, en contra de lo que puedan decir algunos ejecutivos de Sony, voy a dar unos cuantos ejemplos concretos de lo que podemos perdernos:
Shadow of the Colossus
Uno de los juegos más grandes y majestuosos de todo el catálogo de PS2. Su belleza y el aura que desprende son de una magnitud tan solo comparable a la de los propios colosos del juego. ¿Se lo puede uno perder teniendo una PS3? La respuesta es NO.
God of War (I y II)
Por mucho que acabe saliendo un God of War para PS3, ¿puede alguien perderse estas dos auténticas obras de arte teniendo una PS3 en casa? Está claro que NO.
Metal Gear Solid (2 y 3)
¿Va alguien a jugar al futuro MGS4 sin siquiera sentir curiosidad por, al menos, estas dos partes anteriores? Pues si no tiene una PS2 en casa y su PS3 no es retrocompatible se va a quedar con las ganas.
Podría seguir, hay muchos ejemplos más de títulos totalmente imprescindibles que sin retrocompatibilidad obligan a disponer de una PS2 o a resignarse a no disfrutarlos, pero creo que es suficiente.
Por cierto, el argumento o la excusa para justificar la no retrocompatibilidad de "a mí me da igual, yo lo que quiero son juegos nuevos con gráficos espectaculares" no me vale: por mucha espectacularidad visual que tenga un juego si no es divertido no sirve para nada.