La primera impresión es que no. El pasado viernes tuvimos la oportunidad de asistir a la presentación del videojuego de El Padrino que tuvo lugar en Madrid, y tras un discurso bastante pobre (desde mi época de instituto no veía a nadie leer unas diapositivas en PowerPoint para dar una conferencia), descubrimos que se encontraba un juego similar.
A primera vista nos encontramos ante lo que podríamos calificar como un mod de GTA, y resulta absurdo que te muestren esto después de hablarte de un desarrollo de más de 2 años. La única diferencia respecto del juego de Rockstar es la ambientación, y las cinemáticas que se intercalarán con la acción para mostrarnos conocidas escenas de la película, siempre utilizando el motor del juego. Un motor que se queda algo cojo a estas alturas de siglo. Tal vez hace algunos años hubiera sido aceptable, e incluso puntero, pero ya en el 2006 donde podemos disfrutar de auténticas maravillas gráficas, deja bastante que desear. Esperemos que esto se solvente en la versión para XBox 360 y el nivel de detalle sea muy superior. Y es que, aunque el Nueva York de los años 50 ha sido recreado fielmente, éste no puede ser el núcleo del título.
El videojuego se acoje a la máxima ya utilizada en juegos como The Matrix: Path Of Neo, es decir, su fundamento es que el jugador reviva la película de principio a fin, pudiendo interactuar con las situaciones vistas anteriormente en la gran pantalla. Sin embargo estos títulos que se dedican a recrear fielmente la cinta que los inspira suelen cojear en los aspectos más básicos de los videojuegos. Si Path Of Neo pecaba de una jugabilidad bastante reducida, El Padrino carece de ese aire fresco que empezamos a necesitar en los juegos.
Llevamos años viendo exactamente lo mismo en los títulos de acción, y Grand Theft Auto ha generado decenas de clónicos (True Crime, Los Simpsons: Hit&Run, Torrente 3, etc.), pero ahora la lista se alarga con un título que buscando una gran libertad de acción que nos permitiera subir escalones dentro de la mafia se perdió en sus inspiraciones.
Por todo esto, los puntos fuertes del videojuego de El Padrino son precisamente esos, la fidelidad con que representa la película y el goce de revivir algunas escenas ya míticas. Sin embargo, cojea en lo más fundamental, sin aportar nada nuevo al género, y quedando sus cifras a la sombra de los últimos lanzamientos. Aunque eso sí, merece la pena probarlo para echar unos vicios, porque la experiencia de juego promete ser interesante, aunque la vida del título... Me da a mí que no supera las 4 o 5 horas.