¿Y si hoy, en vez de ponerte a jugar, empiezas a crear tu propio videojuego? La idea puede parecer una locura -y en cierto sentido lo es-, pero si hay un momento en la historia del desarrollo en el que un principiante puede pasar de 0 a lo básico en cuestión de días o semanas es precisamente ahora.
Sin conocimientos de programación, sin saber cómo se crea un personaje, sin haber tocado nunca un motor de desarrollo o sin tener guardadas en un cajón del cerebro las nociones básicas del diseño de videojuegos. Todo eso y mucho más está al alcance de un click, y lo único que necesitas es un poco de voluntad para iniciar el reto. ¿Te interesa? Pues vamos allá.
Algunos conceptos básicos antes de empezar
Crear videojuegos no es hacer magia. No hay una varita que te permita empezar hoy y tener un videojuego mañana, así que es fácil mirar el mundo del desarrollo como algo inalcanzable. Al fin y al cabo, cómo narices vas a conseguir que salga una paloma de una chistera así como así.
Sin embargo, tú también puedes ser un mago. Cualquiera puede serlo. Lo único que necesitas es conocer lo básico y empezar desde abajo. Tal vez lo de la paloma se nos quede un poco lejos, así que tampoco nos vengamos arriba en exceso, pero puede que un truco de cartas sí esté a tu alcance.
Con esto quiero decir que la magia no existe y los magos son sólo gente que ha decidido aprender, entrenar y repetir trucos que otros han hecho hasta llegar al punto de poder crear los suyos propios. Si no pretendes hacerlo de forma profesional, o al menos no todavía, una buena forma de empezar en el mundo del desarrollo de videojuegos es visualizarlo como un hobby.
Si hoy no te apetece ponerte a jugar, tal vez quieras seguir avanzando en esa idea que tienes en mente. Poco a poco, sin prisas y sin agobios. Nadie dijo que crear un videojuego fuese a ser fácil, pero está muy lejos de ser imposible. Eso sí, hay que tener ciertos factores en cuenta antes de ponernos al lío.
Lo estás haciendo mal si…
- Crees que tienes que pagar miles de euros para aprender. Está claro que tener un profesor a mano que te explique las cosas y te guíe es una buena forma de iniciarse en el mundo del desarrollo, pero por mucho que te vendan la moto universidades, másters y gurús, no es el único camino posible.
- Se está convirtiendo en un trabajo. Y por convertirse en un trabajo me refiero a robarte horas de forma insana o convertirse en una obligación. Lo más importante al entrar en este mundillo es poder disfrutarlo y tener voluntad, y si hay más agobio que sonrisas esas dos cosas se irán por el retrete.
- Te estás viniendo arriba. Olvídate de tu idea de un mundo abierto con graficazos o de ser Naughty Dog. No voy a decirte que no puedes porque eso sería cortarte las alas (no puedes) pero prcura tomártelo con calma. Empieza por cosas pequeñas que tengan un objetivo concreto y alcanzable. Lo que aprendas con ellas es lo que, tal vez, algún día, te llevará a esas metas más ambiciosas.
- No estás disfrutando. De la misma forma que abandonas un juego porque no te resulta divertido, el desarrollo es exactamente igual. Si hace unos días tenías una idea en mente y ahora no lo ves claro, vuelve al papel e intenta buscarle una solución. Si sigue sin resultarte divertido, salta a la siguiente antes de acabar quemado.
- Cambias de idea cada dos por tres. En relación con lo anterior, ten paciencia. No te pongas a crear a la primera de cambio e intenta tener una idea completa en tu cabeza antes de ponerte a ello. Si vas corriendo de aquí para allá como pollo sin cabeza, lo más probable es que acabes desechando ideas que tenían potencial.
- Crees que puedes llegar a todo sin ayuda. Spoiler: no puedes. Puede que trastear con herramientas te lleve, a base de darte de bruces con la pared, a avanzar poco a poco, pero llegará el momento en el que te atasques y no puedas continuar. Si ese momento llega, internet existe. La red de redes es un hervidero de gente pidiendo ayuda y profesionales y amateurs dispuestos a echar un cable a base de cursos gratuitos. Apóyate en ellos siempre que puedas (luego veremos cómo).
- Te quieres convertir en desarrollador de la noche a la mañana. De vuelta a la paloma en la chistera. Paciencia y voluntad es todo lo que necesitas. Puede parecer increíble pero a día de hoy eso es lo más cercano a una fórmula mágica que vas a encontrar. Así que, ya sabes, pasito a pasito.
Diseñando tu propio videojuego
El diseño de videojuegos suele ser el aspecto más menospreciado y, sin embargo, es el pilar que lo aguanta todo. De nada sirve tener un arte espectacular o un juego sólido que funcione sin fisuras técnicas si no es divertido o no cumple con su propósito.
Y no, lamento decirte que jugar a muchos videojuegos no te convierte en diseñador. Sí ayuda a conocer qué posibilidades hay y cómo mezclarlas o manipularlas para alcanzar tu meta, pero también hay que saber aterrizar ideas, conocer qué las hace interesantes, estructurarlas y tener en cuenta los límites de tu desarrollo.
Si estás dispuesto a invertir en conocimiento, hay dos libros muy recomendables sobre diseño de videojuegos que deberían estar en tu biblioteca. Por un lado tenemos uno al estilo enciclopedia llamado The Art of Game Design de Jesse Schell. Por el otro uno mucho más ameno y divertido llamado Level Up! de Scott Rogers. Si buscas encontrarás muchos más, pero son los que más me gusta recomendar.
Si pasar por caja no es una opción, ambos autores tienen blogs y recursos que puedes aprovechar de forma gratuita. Schell tiene un blog y una colección de presentaciones que pueden serte de gran utilidad para conocer más sobre el mundo del diseño. Rogers mantiene un blog en el que también encontrarás un interesante acercamiento a la creación de videojuegos y su inevitable relación con los juegos de mesa.
Si te quedas con ganas de más o tienes una idea en mente, acudir a las charlas de la GDC que hay en YouTube puede enseñarte muchísimo sobre cómo se crearon tus juegos favoritos y qué secretos hay detrás de sus ideas. En la plataforma de vídeo de Google también hay otros canales muy interesantes como Snowman Gaming o Ahoy que te ayudarán a comprender cómo nacieron ciertas mecánicas o qué las hace especiales.
Conocer las claves sobre por qué Mario recoge monedas, o por qué hay juegos que entiendes cómo funcionan sin pasar por un tutorial, te será de gran ayuda para tus siguientes pasos:
- Coge papel y lápiz y ponte a escribir y dibujar todas tus ideas.
- Busca más información sobre las mecánicas que quieres incluir en tu juego y averigua qué las hace divertidas.
- Vuelve al papel y el lápiz y revisa qué puedes aprovechar de todo lo que tienes, qué quieres descartar y qué limites vas a ponerte.
- Redacta cómo va a ser tu juego (aquí tienes ejemplos de documentos y cómo abordar su creación).
Ahora ya deberías tener una idea clara de qué vas a hacer y cómo será tu juego. Un último consejo antes de saltar al siguiente punto: ese documento es tu Biblia, no la mancilles o añadas novedades cada dos por tres. Cíñete a lo que tienes ahora en mente y modifica o añade cosas sólo si es imprescindible.
De lo contrario cada día te levantarás con una nueva locura que te llevará a alargar tu desarrollo hasta quemarte. Apunta esas nuevas ideas y vuelve a ellas más adelante para ver si merecen la pena o no, pero teniendo en cuenta que acabas de empezar, no te ahogues en tu propia creatividad. Recuerda, pasito a pasito.
Convirtiendo lo aprendido en un videojuego
Ahora que ya tienes claro cómo va a ser tu primer videojuego, ha llegado la hora de empezar a darle forma. ¿Cómo? Abrazando muy fuerte a todos esos titanes que un día decidieron crear un motor de videojuegos y abrirlo al público para que pueda utilizarlos sin pagar.
La cantidad de motores de videojuego que hay ahí fuera es enorme y es fácil caer en la máxima de que algunos pueden ser de gran ayuda para tu idea y otros ser más adecuados para otra. No te falta razón, pero hay muchas razones a tener en cuenta.
En primer lugar ten presente que eres un principiante y vas a necesitar toda la ayuda y documentación posible para sacar adelante tu idea. Así que seguir la corriente del rebaño es sin duda tu mejor opción. Sin menospreciar otras opciones como GameMaker, Godot, Stencyl o Buildbox, te recomiendo ceñirte a los dos grandes: Unity y Unreal.
De hecho, me cerraría sólo a Unity pero añado también el motor de Epic por temas que veremos más adelante cuando lleguemos a la parte de programación. Pero primero centrémonos en lo principal:
- Son gratuitos. Pese a que sacar tu juego a la venta o superar ciertos ingresos implica tener que pasar por caja para agradecerle a los señores Unity y Unreal su inestimable ayuda, trastear con la herramienta y crear juegos personales es completamente gratuito.
- La cantidad de material educativo sobre ellos es enorme. La cantidad de tutoriales que encontrarás no sólo en las propias plataformas, sino en foros o YouTube es apabullante. Empieza por aquellos centrados en introducirte cómo funciona el motor y luego salta a todos los que estén relacionados con la idea que tienes de tu juego. Verás que algo aparentemente complejo como crear un FPS está a un puñado de clicks de distancia.
- Puedes llenar tu juego de assets sin pagar. Aunque luego hablaremos sobre cómo aprender a crear los objetos y personajes que luego poblarán tu juego, meterte en ese pozo no es algo imprescindible gracias a las tiendas de assets. Allí encontrarás de todo, desde lo necesario para montar un poblado vikingo hasta un animal con su propio set de animaciones. Si bien hay mucho contenido de pago, seguro que encuentras algo gratuito que te sirva para ahorrarte un buen puñado de horas.
- Encontrar ayuda va a ser mucho más fácil. Si en algún momento los tutoriales en forma de vídeo o entradas de blog se te quedan cortos, el siguiente paso es salir ahí fuera y buscar si alguien ya ha formulado la misma pregunta.
- Caminos abiertos. Si tienes suerte, y es muy probable que así sea, alguien se habrá topado ya con el mismo reto. Si no, no dudes en acudir a los foros de la propia plataforma para plantear tu duda. Hasta Reddit tiene comunidades dispuestas a echarte un cable.
- Tienen herramientas que te salvarán meses de aprendizaje. Y por increíble que parezca, no es una hipérbole. Desde crear una cadena montañosa para tu escenario hasta crear animaciones básicas como una puerta que se abre cuando te acercas. Eso por no hablar de la programación visual que abordaremos a continuación.
Descárgate tu opción preferida y empieza a trastear con ellos mientras sigues tutoriales como los anteriormente mencionados. Crea un prototipo en el que tus mecánicas empiecen a funcionar a base de cubos, esferas y cápsulas para crear una versión primeriza de lo que luego será tu juego y, a partir de ahí, sigue adelante y comparte tus avances con tus amigos o por internet en busca de feedback.
El aterrador mundo de la programación
Lo de si no sabes programar no puedes crear un videojuego hace mucho tiempo que pasó a mejor vida. No es menos cierto que tener nociones de programación puede ser de gran ayuda y que, si persigues ideas más complejas, conocer el lenguaje de programación de tu plataforma te permitirá juguetear con ellas de formas más diversas y locas. Pero no, hace mucho que eso dejó de ser imprescindible.
Esa es precisamente la razón por la que unas líneas más arriba dudaba al centrarme sólo en Unity como plataforma para tu futuro juego. Creo que es una herramienta más amigable que Unreal, pero este último cuenta con un aliado fantástico en este campo, la inclusión de una herramienta de programación visual llamada Blueprints.
Disponible también en Unity mediante opciones de pago como Bolt o Playmaker, la programación visual nos invita a crear acciones mediante cajas. Recuperando el ejemplo que comentábamos anteriormente, la idea es que cuando llegue el personaje a una puerta se activará una caja.
En ella se activa una pregunta dentro del sistema del juego que comprueba si el personaje tiene o no la llave de esa puerta. Si la tiene, salta a otra caja y se abre. Si no, salta un mensaje indicándolo y vuelve a la caja inicial.
Todo eso a base de cajas, flechas que van de una caja a otra y acciones ya creadas por la propia plataforma o la comunidad que le da soporte. Si algo que necesitas no está ahí tras la instalación de la herramienta, es muy probable que otro desarrollador haya creado o modificado una de las básicas para ofrecer una solución al problema.
La programación visual es una forma fantástica de acercarte al mundo de la programación desde una interfaz intuitiva y simple que puede ahorrarte los meses de aprendizaje que necesitarías para dominar un lenguaje de programación. Es lo más cercano a la magia de la que hablábamos al principio y una forma fantástica de darle forma y vida a tu prototipo.
Pero eh, pongamos que no quieres quedarte ahí y quieres meterte de lleno en el mundo del desarrollo intentando tocar todos los palos posibles. Pues tres cuartos de lo mismo que hemos comentado en el resto de aspectos: internet es tu amigo y la cantidad de tutoriales y cursos disponibles pueden ser de grandísima ayuda.
Si buscas un buen punto desde el que partir para iniciarte en el mundo de la programación, freeCodeCamp cuenta con más de 5.000 tutoriales en los que aprender los fundamentos de casi cualquier lenguaje de programación que te venga a la cabeza. Y además de una forma amena y divertida que te permite aprender a base de escribir tu propio código.
Si no sé dibujar, cómo voy a crear un personaje
Llegamos al último punto y, siguiendo la máxima de intentar tocar todos los palos para tomar consciencia de lo difícil que es crear un videojuego, alcanzamos otro de esos retos que puede atragantársele a más de uno: dar forma y vida a tus assets.
El “si no sé dibujar un árbol, cómo narices voy a crear uno en 3D” es el punto de partida perfecto desde el que empezar. Puede que tengas parte de razón y no sepas dibujar un animal o una casa pero… ¿sabes calcar? ¿Podrías seguir una línea de puntos que marque el contorno de un objeto? Pues es todo lo que necesitas como principiante.
Siguiendo la recomendación de herramientas, y una vez más sin menospreciar el resto de opciones sino agarrándome a las que ya he probado y me han resultado más cómodas, tengo el honor de presentaros a Blender. Un programa de edición 2D y 3D gratuito en el que encontrarás todo lo necesario para, por ejemplo, crear un perro que acompañe a tu personaje, darle color y crear las animaciones necesarias para que camine o corra a tu lado.
Como ya hemos dicho antes, recurrir a assets ya creados por la comunidad es el camino más rápido para alcanzar tus objetivos, pero si buscas algo totalmente personalizado y quieres adentrarte en un pozo tan abrumador al principio como adictivo tras unas horas de pruebas, con Blender te lo puedes pasar de fábula.
Recurre al sinfín de tutoriales que pueblan YouTube para aprender a dar forma a tus objetos y dotarlos de vida creando sus huesos y animándolos desde la propia plataforma. Verás que más pronto que tarde la idea de crear un árbol cuyas ramas se muevan con el viento es bastante más fácil de lo que creías la semana pasada.
Eso sí, como en el resto de casos, recuerda la norma de ir paso a paso. Empieza por objetos 2D o low-poly antes de intentar crear algo realista. Puede que esto último siga siendo casi imposible meses después de trastear con la herramienta si no tienes conocimientos de dibujo o modelado, así que con calma y buena letra.
Lo importante es que ya estás un paso más cerca de crear tu propio videojuego y, además, a partir de ahora verás el mundo del desarrollo y los problemas y éxitos que hay detrás de los juegos desde una óptica completamente distinta. Si te ha picado el gusanillo con el mundo del desarrollo o le das más valor a la impresionante labor que hay detrás de los juegos que disfrutas a diario, todo esto habrá servido de algo.
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