Pocos estudios pueden soñar con alcanzar un debut tan sobresaliente. La ópera prima de Supergiant Games está cosechando premios totalmente merecidos gracias a ‘Bastion’, un trabajo que raya un excelente nivel en todas y cada una de sus facetas, desde la principal (jugabilidad) hasta la musical (la cuál también ha sido premiada recientemente, por cierto, en los VGA de este mismo año por uno de los cortes compuestos por Darren Korb), pasando por supuesto por el preciosismo gráfico que destila.
Como imagino que recordaréis, ‘Bastion’ dio el pistoletazo de salida del Xbox Live Summer of Arcade 2011 del servicio Xbox Live Arcade de la Xbox 360, para posteriormente, un mes después, hacer lo propio en varios servicios de descarga digital para PC. En Steam, además, con un detallazo especial exclusivo, y mañana mismo, tanto unos como otros recibiremos su primer DLC, y eso que Supergiant Games en principio los descartó, titulado The Stranger’s Dream, con más detalles sobre su historia y dos modos de juego adicionales (Score Attack y No Sweat), aunque sorprende saber que en Xbox 360 costará 80 MS (un mísero euro) mientras que en PC será totalmente gratuito. No es la primera vez que esto sucede. Pero volviendo al juego en sí, me gustaría hablaros de uno de sus grandes aciertos, y no es otro que el de su dificultad moldeable, algo que sin duda le añade más vida a todo el conjunto.
Porque primero ‘Bastion’ nos cautiva por los sentidos de la vista y el oído: de la vista su mencionado preciosismo gráfico, tanto por la calidad estética del mismo, como por ver cómo se genera el mundo a nuestros pasos, algo hipnótico por momentos, haciendo que en muchas ocasiones deambulemos obviando el camino prefijado para buscar posibles zonas ocultas, o simplemente para admirar el paisaje y todo su contraste; y del oído, tanto por la excelente banda sonora a cargo de Darren Korb, con cortes que irán desde lo tranquilo a lo tenso que se requiere para los combates, como por la sobresaliente narración de Logan Cunningham, comentando todas las acciones de The Kid, el protagonista de esta historia que ha sobrevivido al Gran Desastre, del mismo modo que todo lo que le rodea. Tan solo se le podría poner una pega, y es que no se haya buscado también un doblador en español, porque en nuestro país también tenemos muy buenos representantes dentro de este sentido (¿qué me decís de la voz del gran Constantino Romero?), ya que a veces, entre el trajín de los combates, nos perderemos alguna que otra línea si no somos duchos con el inglés.
Pero también nos cautiva por otros aspectos más, y a mí personalmente me ha gustado sobretodo el tema que rodea a su dificultad. De por sí no es un título complicado, especialmente si lo comparamos con generaciones pasadas. Su gracia radica en el uso de los ídolos, aunque estos no podremos activarlos hasta llegar a la fase “Huerto de Pyth”, en el templo habilitado para ella. Desde ese instante, y tras recoger el resto (hay dos de ellos, Roathus y Olak, que no se podrán activar hasta iniciar una nueva Partida Plus), podremos activarlos a nuestro gusto y de esa forma conseguir sustanciales bonificaciones para nuestra experiencia y para la moneda del juego (pedazos del viejo mundo). Pero todo esto no es gratis, ya que el precio que tendremos que pagar serán diversas mejoras en el rival convirtiendo la aventura en toda una odisea accesible para muy pocos. Lo bueno es que podremos moldearla a nuestro gusto. La lista con todos los ídolos es la siguiente:
Los diez ídolos del Templo de ‘Bastion’
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Hense, diosa del dolor y del placer: los enemigos atacarán con mayor ferocidad.
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Acobi, diosa del juramento y el abandono: los enemigos se vengarán en medio de la derrota.
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Lemaign, dios de la esperanza y la desesperación: los enemigos provocarán indolencia con cada ataque.
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Pyth, dios de la conmoción y el orden: los enemigos crecen más rápido para moverse y atacar.
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Jevel, dios de la salud y de la atrofia: los enemigos ganarán resistencia ante los daños físicos.
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Yudrig, dios del impulso y la valentía: los enemigos provocarán daños con el contacto físico.
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Roathus, dios de la sed y la abundancia: los enemigos nunca sacarán tónicos de salud ni tónicos negros.
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Micia, diosa de la pérdida y el anhelo: los enemigos se recuperan de cualquier lesión.
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Olak, dios del azar y el capricho: los enemigos pueden convertirse en aire y no pueden ser atacados.
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Garmuth, dios del propósito y la locura: los enemigos reflejarán los ataques a su antojo.
Cada uno que invoquemos nos proporcionará entre un 5 y un 10% más de fragmentos y experiencia para The Kid, sumando en total, si los activamos a todos, un 75% más. Imaginaos todo lo que eso supone y hasta qué punto aumentará la dificultad de esta manera. La aventura empieza a resultar un reto con tres activados (mi máximo han sido cinco, y en el Sueño de Kid), pero también depende de cuáles activemos, que no todos son igual de perjudiciales para nosotros. Los de Hense, Yudrig, Micia, Olak y Garmuth son los que se llevan la palma, aunque Acobi, con esas granadas que sueltan los enemigos al morir nos puede dar más de un susto. Lo ideal será probar distintas combinaciones para ponernos a prueba y obtener el nivel de dificultad que mejor se amolde a nuestras preferencias.
El gran arsenal de The Kid: variado y poderoso
Por suerte The Kid, de por sí, tampoco será manco ya que contará con la suficiente destreza para manejar casi cualquier arma. Encontrar las que mejor nos sienten (a fin de cuentas nosotros seremos los protagonistas) será indispensable (sólo podremos equiparnos con dos a la vez; más un movimiento especial), y no será difícil teniendo en cuenta el amplio arsenal a nuestra disposición: martillo caelondiano, arco del quebrantador, colmillo de repetición, machete de guerra, mosquete recortado, pistolas de duelo, pica de los sigilosos, carabina, mortero galeón, fuelle de fuego y cañón Gran Desastre. Todas estas armas, además, podremos mejorarlas, así que aunque activemos muchos ídolos seguiremos contando con ventaja de algún modo. No todo serán barreras insalvables.
Además el propio protagonista mejorará distintos parámetros con cada nivel que suba, pero de un modo distinto a los habituales action-RPG. Por cada nivel desbloquearemos un hueco dentro de la destilería, desde la cuál podremos equiparnos con una bebida especial. Esto también ayuda a moldear su dificultad, ya que si preferimos optar por bonificaciones para nuestra vida, podremos decantarnos por ello, o bien conferir a The Kid con pequeñas bonificaciones para sus críticos (personalmente me encanta la del “Taladro del sepulturero”, la cuál nos da +5% de probabilidad de volvernos entusiastas después de derrotar a un enemigo, aumentando nuestro tamaño y el daño que propinamos hasta el 200% durante 3 segundos). Las combinaciones son muy variadas, aunque tendremos un límite de 10.
En definitiva, por todo ello y mucho más, ‘Bastion’ es una joya que a estas alturas ya tendríamos que haber probado. No extraña nada los premios que está cosechando (y recibirá más, seguro), y uno no puede evitar soñar con el próximo trabajo de Supergiant Games, porque si vuelve a hacer honor al nombre de este estudio estaremos nuevamente ante un “juego súper gigante”.
Bastion | Xbox 360
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Plataformas: PC y Xbox 360 (Xbox Live Arcade; versión analizada)
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Desarrollador: Supergiant Games
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Distribuidor: Warner Bros. Interactive Entertainment
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Lanzamiento: Ya disponible
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Precio: 1.200 MS (~15 euros) en Xbox 360; 13,99 en PC
<p>Bastion es el primer trabajo de Supergiant Games, y no podría haber debutado con mejor nota este estudio. Se maneja muy bien, el apartado gráfico nos cautiva al instante, la banda sonora es toda una gozada, y los diferentes grados de dificultad son todo un acierto. Una joya que hay que probar.</p>
Vídeo | Youtube
Sitio oficial | Bastion (Supergiant Games)
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