¿Os acordáis de 'Pokémon Go'? Bueno, quizás deba formular mejor mi pregunta: ¿os acordáis de la fiebre por 'Pokémon Go' que lo cubrió todo durante el pasado verano? Durante unas semanas, dio la sensación de que no existía otra cosa en el mundo de los videojuegos, que por fin se habían apoderado del mundo real sin que nadie fuera capaz de anticipar la situación.
Las calles se llenaron de usuarios de todas las edades que hacían kilómetros y kilómetros de paseo absortos en sus teléfonos móviles, cazando criaturas por doquier y disputándose el dominio de los gimnasios locales. Una obsesión colectiva de la que yo también fui parte y que, meses después, recuerdo incluso con cierta añoranza (la justa, tampoco nos volvamos locos).
Es el empujón de contenido más fuerte que ha recibido el juego desde su lanzamiento
Pero, como tantos otros jugadores, me cansé del juego. La falta de novedades realmente relevantes, las actualizaciones que en algunos casos llegaban incluso a provocar más frustración que alegría y el agotamiento general de la idea provocó que a mediados de otoño dejara de abrir la aplicación, y finalmente la desinstalara para no saber más de ella. Hasta hoy.
La actualización que trae el desembarco completo de la segunda generación a 'Pokémon Go' (0.57.2 para Android y 1.27.2 para iOS) ya es una realidad, incluyendo más ochenta bichos para capturar como principal reclamo, amén de otras novedades secundarias que no resultan especialmente atractivas. Es el empujón de contenido más fuerte que ha recibido el juego desde su lanzamiento, suficiente como para que haya decidido darle una nueva oportunidad e instalarlo otra vez en mi teléfono.
Manteniendo el fuerte
Desde el declive de su popularidad masiva hasta hoy Niantic tampoco ha estado parada, pues numerosos eventos y actualizaciones de mayor o menor calado han ido salpicando el juego para mantener activa a la base de usuarios más fiel. Una base que ha sido lo suficientemente sólida como para mantener las cifras millonarias en torno a su universo.
De hecho, las recientes estimaciones de Sensor Tower hablaban de más de mil millones de dólares en ingresos brutos para sus creadores desde el lanzamiento, una barbaridad que dejaba en mantillas lo logrado por cualquier otro título de las mismas características. Todo ello manteniendo su número de usuarios activos entre los cinco y los seis millones, aunque experimentando eso sí un declive constante en esta cifra.
Hace un par de semanas le preguntaba a un amigo que no ha dejado de jugar en todo este tiempo por la situación de 'Pokémon Go' a pie de calle, y para mi sorpresa me confirmaba que la batalla seguía muy viva, que los gimnasios, incluso lo más apartados, seguían siendo terreno de disputa constante como muestra de que la gente no había dejado de jugar todavía. Parece que Niantic no esperó a que fuera demasiado tarde para intentar dar nueva vida al título. Aunque se han hecho de rogar.
Bichos, bichos, bichos... ¿y algo más?
De la incorporación de esta segunda generación se viene hablando desde hace meses, cuando el código ya revelaba algo que debía hacerse obvio tarde o temprano. Abrir hoy el juego y comprobar que en los alrededores había una amplia cantidad de criaturas desconocidas para capturar me ha resultado lo suficientemente satisfactorio como para decir mantenerlo instalado durante un tiempo más.
La promesa de novedades mecánicas como el intercambio de criaturas y los combates cara a cara sigue sobre la mesa
No obstante, es cierto que el resto de la experiencia que plantea sigue siendo la misma que cuando lo dejé abandonado, y eso me hace temer que sea cuestión de tiempo tomar el mismo camino de tedio. La promesa de novedades mecánicas como el intercambio de criaturas y los combates cara a cara sigue sobre la mesa, y dado que probablemente en estos días se va a producir un repunte en su popularidad, quizás sea un buen momento para terminar de reenganchar al personal tirando de ellas.
Está claro que esta ampliación de la Pokédex no va a hacer que el título vuelva a disparar su cifra de usuarios activos a las cotas del pasado verano, pero será interesante comprobar durante las próximas semanas el impacto en números. Por el momento, a mí me ha servido de excusa suficiente para reactivar la fiebre durante un tiempo más, y seguro que a muchos otros también. Mientras, la demanda de la tercera generación se ha convertido ya en un meme, porque los humanos somos así de insaciables.
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