Si el pasado martes celebrábamos el aniversario del lanzamiento de la primera Xbox, hoy viernes 18 se cumplen los diez años de que GameCube llegó al mercado estadounidense. El verdadero cumpleaños de esta consola se celebró el pasado mes de septiembre, pues Nintendo la lanzó en Japón tres meses antes, pero despistados nosotros que nos olvidamos de la felicitación.
Pero como dicen que más vale tarde que nunca, vamos a aprovechar la efemérides de hoy para rendir el homenaje merecido al simpático cubo, posiblemente una de las consolas más infravaloradas de la historia. Es cierto que la Gran N fue excesivamente conservadora en algunos aspectos que lastraron su éxito comercial, y en general tampoco supo venderla como es debido, pero estos hechos no deberían empañar las horas de diversión que la máquina fue capaz de ofrecer.
Un diseño rompedor y encantador a partes iguales (¡si hasta tenía un asa!), uno de los mejores repertorios de títulos exclusivos que se recuerdan y unas capacidades técnicas bastante notables para su época, son solo algunas de sus grandes virtudes. Vamos a recordar todo lo que supuso este pequeño cubo para la industria del videojuego.
Proceso de desarrollo
La quinta generación de consolas supuso un importante revés para la compañía de Kioto, pues aunque consiguió vender 33 millones de unidades de Nintendo 64, la cifra quedó muy por debajo del demoledor estreno de Sony con su PlayStation. Las ventas también fueron muy inferiores en comparación con sus dos predecesoras, así que era obvio que Nintendo debía responder, y así fue como se puso a trabajar en el proyecto Dolphin.
Una de las principales decisiones que tomó fue la de dar el salto al formato óptico, el cual ya habían adoptado Sega y Sony en la anterior generación. Pero en lugar de emplear el DVD estándar como todo el mundo, Nintendo decidió tirarse a la piscina apostando por un formato propietario, aquel cuco miniDVD desarrollado por Panasonic. Como medida de lucha para la piratería fue insuperable, pero al mismo tiempo sirvió para aislarla al dificultar la llegada de títulos multiplataformas y bloqueó por completo sus capacidades multimedia.
Junto a una Dreamcast que no levantaba cabeza, GameCube pretendía atraer la atención de los jugadores más clásicos, frente a las tendencias más renovadoras de PlayStation 2 y Xbox. Irónicamente, la salvación de Nintendo llegó cuando decidió retomar la senda revolucionara de sus primeros tiempos con Wii, pero esa es otra historia que ahora no viene al caso.
Capacidades técnicas de GameCube
En lo que a potencia se refiere, Nintendo optó por moverse en unas cifras que se situaban a medio camino entre PlayStation 2 y Xbox, aunque con un rendimiento que quedaba algo más cerca de la primera. Su procesador, por todos conocido como Gekko, era de tipo PowerPC y alcanzaba 485 MHz, mientras que el procesador gráfico Flipper llegaba hasta 162 MHz. Contaba con un total de 43 MB de memoria RAM, de los cuales 3 MB se destinaban a la gráfica y 16 MB de DRAM para usar de buffer.
¿Y qué decir de su mando? Seguramente muchos estaréis de acuerdo conmigo en que es uno de los mejores pads de toda la historia, perfecto en ergonomía, peso y distribución de sus botones. Sin embargo, tenía un gran punto flaco que le impedía triunfar por completo: su pequeña y débil cruceta, muy similar a la empleada en Game Boy Advance. La empresa nunca cambió su diseño, pero sí lanzó una estupenda versión inalámbrica bautizada como WaveBird.
GameCube también será recordada por su cantidad de curiosos añadidos, complementos y periféricos de toda clase. Ahí teníamos el cable para usar la Advance como mando, los divertidísimos DK Bongos o el enorme GameBoy Player que se insertaba bajo la consola y permitía jugar cartuchos portátiles en la televisión. La consola traía cuatro puertos para mandos y dos ranuras para tarjetas de memoria, estando disponibles diversos modelos de 59, 251 y 1019 bloques para guardar partidas.
Recepción y ventas
Para cuando la consola se dio por muerta en febrero de 2007, había superado los 21 millones de máquinas vendidas, un poco por debajo de Xbox y muy lejos de PlayStation 2. Quizás lo más preocupante fue que aún empeoró el registro de Nintendo 64, siendo hasta la fecha la doméstica menos vendida de esta compañía. ¿Fue entonces GameCube un fracaso? En absoluto.
Más allá de resultados de ventas, esta máquina merece ser recordada por grandes obras maestras como ‘The Legend of Zelda: The Wind Waker’, ‘Super Smash Bros. Melee’ (su título más exitoso con 7 millones de copias servidas), el remake de ‘Resident Evil’, ‘Metroid Prime’, ‘Luigi’s Mansion’, ‘Eternal Darkness’ o ‘Pikmin’, entre muchísimos otros que me dejo fuera. Varios de ellos sirvieron para reinventar géneros y marcar nuevas tendencias, algo que no se puede valorar en cifras.
Seguro que si Nintendo se hubiera abierto más a las propuestas del momento como el uso del DVD, la adopción del incipiente juego online o las posibilidades multimedia, además de haber realizado una mayor inversión publicitaria, el público habría respondido mejor. Pero esta compañía siempre ha sido particular y ha preferido jugar la partida con sus propias reglas, para bien o para mal.
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