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Tekken más allá del videojuego: así se ha adaptado el Torneo del Rey del Puño de Hierro a la pequeña y gran pantalla

Tumbar al adversario. Reducir su barra de salud hasta agotarla y, en la medida de lo posible, lograr un remate épico. Un buen juego de lucha no necesita mucho más para saciar al jugador. Lograr que sea interesante en lo jugable es lo que define su esencia; y que sus personajes y su trama ofrezcan un contexto atractivo es bastante más que un plus. La saga Tekken sienta cátedra en ambos aspectos y va más allá: su rico trasfondo y la pasión de sus luchadores ha traspasado el mundo del videojuego. Encontrando diversas formas de adaptarse al cine y la televisión.

Desafortunadamente, y como suele ocurrir a la hora de llevar los grandes clásicos de la lucha más allá de su medio natural, encontrando más tropiezos que victorias.

Hasta la fecha se han producido dos largometrajes, tres OVAS y hasta Netflix cuenta con su propio proyecto de animación digital. Un despliegue bastante amplio, todo sea dicho, en el que queda reflejado lo mejor y lo peor de llevar los videojuegos al cine y la televisión: en ocasiones nos topamos con adaptaciones demasiado libres y en otras nos da la sensación de estar viendo más una cinemática del juego que una producción que conecte con el gran público.

A partir de aquí, tres preguntas muy razonables: ¿de dónde sale la saga Tekken, cómo le ha ido más allá de los videojuegos y qué puede aportar que no se haya visto en decenas de películas de artes marciales?

Tekken, de las recreativas a la gran pantalla

Nacida en 1994, entre lo mejor de las salas recreativas y la revolución tridimensional que florecía en las sobremesas, la saga del Torneo de Puño de Hierro ha irrumpido con fuerza atronadora entre lo mejor del género de los juegos de lucha a base de superarse a sí misma en todos y cada uno de sus apartados. Conquistando a machacabotones y curtidos a base de combinar con acierto el puro espectáculo y la pasión competitiva en cada partida.

Posicionando sus nueve entregas a la vanguardia del género y, en el proceso, actualizando con cada nueva incursión en su universo la complicada relación del clan Mishima, el núcleo familiar sobre el que gira el destino de cada participante y, según se van retorciendo las cosas, el destino del propio mundo.

Material demasiado jugoso como para no llevarlo a la gran y la pequeña pantalla. Porque si Street Fighter y Mortal Kombat tenían películas y series, el universo de Tekken pedía a gritos su propia oportunidad de establecerse definitivamente como una gran franquicia. Dándole a los fans de aquellos personajes tan pintorescos y apasionados generosas pinceladas de fanservice.

Y es que la complicada relación establecida entre las cuatro generaciones del clan, sus miembros no legítimos y ese apasionante remolino de alianzas, afinidades y rivalidades son un engranaje esencial dentro de cada entrega y lanzamiento paralelo. Y si a eso le sumamos el constante empeño de Namco por ofrecer cinemáticas espectaculares que recompensaran los triunfos del jugador, solo es posible llegar a una única conclusión: con tanto material y buenos cimientos en lo argumental, hacer una buena película de Tekken es relativamente sencillo, ¿no?

La otra realidad es que, cómo ya comentamos y ahora veremos, la excelencia de los videojuegos rara vez ha estado siempre presente en sus adaptaciones, por muy diferentes que sean todas entre sí.

Tekken: The Motion Picture

  • Año: 1998
  • Dirección: Kunihisa Sugishima
  • Producido por: ASCii Corporation y Sony Music

La primera película en llevar el nombre de Tekken en el cártel se produjo en 1990 y, lógicamente, no tenía nada que ver con el videojuego que llegará cuatro años después más allá de su nombre. La primera adaptación, no obstante, llegó en unas circunstancias muy excepcionales: en 1998 las recreativas estaban siendo relevadas por los sistemas domésticos. Y de todas las conversiones de recreativas de su tiempo, aquel Tekken 3 que Namco llevó a la primera PlayStation ese mismo año fue un absoluto punto y aparte.

El despliegue de cara al lanzamiento de la versión de sobremesa de Tekken 3 estuvo a la altura de las circunstancias, pero había un matiz a considerar: el enorme salto temporal que se había dado entre éste y la segunda entrega, así como el relevo generacional del protagonismo podía ser un cabo suelto. Casualidad o no, ASCii Corporation y Sony Music combinaron los dos primeros títulos en una misma trama con muchas licencias y varios guiños muy bien repartidos a un Tekken 3 que ya se jugaba en las calles.

Un curioso experimento que tomó la forma de dos OVAs, es decir, dos mediometrajes animados de aproximadamente media hora y producidos directamente para la pequeña pantalla. Un formato comercial bastante común en Japón y que, por cierto, se mantuvo de cara a su distribución española, pese a que en mercados como Estados Unidos fue unificado todo el metraje en una cinta de 60 minutos y relanzado como Tekken: The Motion Picture.

Como película, Tekken: The Motion Picture no está en la misma liga que Street Fighter II: The Animated Movie y el diseño de los personajes juega bastante en su contra: su estilo hace que los rasgos distintivos de los luchadores luzcan caricaturescos y, pese a seguir de manera muy libre los acontecimientos de los juegos, no se le pueden pedir milagros a dos metrajes de 30 minutos en los que había que combinar acción, retorcidas rencillas familiares, un torneo de artes marciales y hasta una malvada megacorporación cuyos planes se ven entorpecidos por un puñado de jovenzuelos.

¿Una oportunidad perdida? Bueno, hay que reconocer que se hicieron mayores destrozos a los videojuegos durante aquella década. Con todo, Tekken: The Motion Picture logró otro objetivo todavía más importante: consolidar la saga de Namco más allá de los propios videojuegos.

Tekken

  • Año: 2010
  • Dirección: Dwight H. Little
  • Producido por: CST Productions y Crystal Sky Pictures

Tuvieron que pasar 12 años y ocho juegos relacionados con la saga para que Tekken volviese a tener un gran proyecto más allá de las consolas y las recreativas. CST Productions y Crystal Sky Pictures se atrevieron con la idea y pusieron (según IMDB) 30 millones de dólares sobre la mesa para dar forma a un Torneo del Rey del Puño de Hierro al estilo Hollywood. Desafortunadamente, el resultado final se quedó bastante por debajo de cualquier expectativa. Y no es una cuestión de opiniones: se estima que a nivel mundial recaudó algo menos de 1,7 millones de dólares.

Tekken, el film de 2010, es de esas películas que dividen opiniones. O te decepciona o te entretiene, sin más. Sus fallos brotan de todos lados, desde luego, pero también hay aciertos y cambios interesantes. Con todo, lo más irregular es un reparto que lo mismo casa con el personaje del videojuego que patina horriblemente en cosas esenciales. Incluso contaron con Cary-Hiroyuki Tagawa, quien se consagró como el hechicero Shang Tsung en la película de Mortal Kombat, para el papel de Heihachi Mishima, pero su vestuario y peluquería parecían sacado de una tienda de disfraces.

En lo que respecta a los videojuegos, la película de Tekken reinventa casi desde cero los acontecimientos a partir de Tekken 3 y los entremezcla alegremente con las entregas publicadas hasta la fecha del estreno, unificándolo todo bajo la excusa de un torneo de artes marciales. Se puede ver que se ambienta en un futuro no demasiado lejano y que el mundo está viviendo un periodo de guerras entre grandes corporaciones, pero a efectos prácticos todo el material realmente relevante está tan desplazado que simplemente toca dejarse llevar por lo que ocurre en pantalla.

Un detalle curioso: ¿Qué tienen en común las películas de Capitán América: Civil War, Wonder Woman y la serie El Mandaloriano? En esencia, la participación de Lateef Crowder, un especialista que encontró en el personaje de Eddy Gordo su oportunidad para dar tollinas en la gran pantalla. Y pese a que Tekken no es la peor adaptación del videojuego a las salas de cine, ni de lejos, el resultado final acaba cayendo por su propio peso conforme el metraje se desarrolla.

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Tekken: Blood Vengeance

  • Año: 2011
  • Dirección: Yoichi Mori
  • Producido por: Digital Frontier y Namco Bandai Games

Cuando Capcom llevó Street Fighter a Hollywood no puso todos los huevos en la misma cesta y se reservó un plan B, producido desde Japón y creado con implicación directa de sus creadores. Aquello nos dejó una adaptación de 10 del videojuego. Se puede decir que, en el caso de Tekken las cosas sucedieron de un modo parecido: mientras que Hollywood tenía su película de metraje real, Digital Frontier y Namco Bandai se volcaron en dar continuidad a los juegos con animación CGI con Tekken: Blood Vengeance.

Continuando la excepcional calidad de las cinemáticas de los videojuegos, Tekken: Blood Vengeance ofrece al fan de la saga una historia jamás contada que tiene lugar entre Tekken 5 y Tekken 6 centrada en Shin Kamiya, un personaje creado para la ocasión. Un misterioso estudiante que parece haber despertado la curiosidad de la Mishima Zaibatsu y la Corporación G, las dos grandes megacorporaciones del universo Tekken.

A nivel argumental, Tekken: Blood Vengeance no tiene un impacto de cara a los videojuegos ni tampoco lo pretende. Su objetivo es ofrecer al fan una historia en la que varios de los luchadores coinciden bajo un mismo objetivo, y pese a que el gran peso de la misma lo llevan las intrépidas Alisa y Xiaoyu, acierta al llevar poco a poco al espectador hacia un clímax que da pie a una pelea triple entre Jin, Kazuya y Heihachi.

Sin ser una mala película, Tekken: Blood Vengeance es una obra elaborada especialmente para los apasionados de la saga. ¿Una gran cinemática? Más bien, un regalo para los fans que, además de ponerse a la venta directa al formato doméstico y de manera tradicional, supuso un impulso adicional a Tekken Hybrid en PS3 y elevó drásticamente el valor de la hoy codiciada Tekken 3D: Prime Edition de Nintendo 3DS

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Tekken 2: Kazuya's Revenge

  • Año: 2014
  • Dirección: Wych Kaosayananda
  • Producido por: Good Times Production Co.

El filme original de Tekken no era una gran película y supuso un fracaso en taquilla, pero tampoco suponía una debacle absoluta de cara a quien quisiera ver una película de artes marciales con personajes especialmente pintorescos. Su secuela, no obstante, no hay por dónde cogerla. Ni siquiera desde el propio título.

En lugar de continuar los acontecimientos del filme de 2010, Tekken 2: Kazuya's Revenge nos presenta a un hombre que padece de amnesia y al que se le designa el nombre en clave de K. Su identidad, y el hecho de que se trata de una precuela dedicada al protagonista de los dos primeros videojuegos, casi sería un misterio de cara al fan si no fuese por el título de la propia película, así como prácticamente todo el material promocional.

En honor a la verdad, la película también llegó a llamarse Tekken: A Man Called X (Tekken: un hombre llamado X) pero el golpe de efecto en lo relativo a la identidad del protagonista era lo de menos: Kazuya's Revenge se descarrila por completo y reinventa al personaje titular a conveniencia de su propio guion. Sirviéndose de la marca Tekken para ofrecer un filme de acción y artes marciales que, de manera muy merecida, llegó directamente al formato doméstico.

¿Existe una conexión entre las dos películas de acción real o se trata de un multiverso más? Por increíble que parezca, tanto Cary-Hiroyuki Tagawa como Gary Daniels retomaron sus respectivos papeles de Heihachi Mishima y Bryan Fury para la ocasión. Prácticamente diez años después, seguimos sin entender muy bien por qué.

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Bola Extra: Tekken Tag Tournament 2, el corto de acción real

  • Año: 2012
  • Producido por: Wild Stunts Europe & Namco Bandai Games

Decir que la trayectoria de Tekken en la pequeña y gran pantalla ha sido irregular sería ser bastante generosos. Al menos, hasta ahora. Siempre nos queda el consuelo de que sus tramas y cinemáticas en los juegos cumplen y superan nuestras expectativas. Sin embargo, este repaso estaría incompleto si no mencionásemos el corto de artes marciales de 2012.

Elaborado específicamente para promocionar Tekken Tag Tournament 2 por Wild Stunts Europe , Bandai Namco exhibió todas las características del videojuego en un combate por parejas que servía de homenaje y parodia (a la vez) del cine clásico de Artes Marciales. Y pese a que el vestuario de los actores no se puede tomar mucho en serio, hay que reconocer que el desarrollo del combate acaba resultando entretenido.

Tekken: Bloodline

  • Año: 2022
  • Producido por: Netflix y Namco Bandai Games

Tekken: Bloodline supondrá la primera colaboración entre Bandai Namco y Netflix a través de un nuevo proyecto de animación digital en el que ni el agresivo diseño de los personajes eclipsa que se hayan trasladado a las escenas los mismos movimientos de los luchadores en los juegos.

Una nueva oportunidad de afianzar el legado de la saga del Rey del Puño de Hierro y sus orígenes, tomando elementos de las tres primeras entregas y centrándose en la compleja relación del clan Mishima.

Superar todos los listones anteriores no tiene demasiado mérito, siendo justos, pero mantener una estupenda racha de adaptaciones del videojuego a la pequeña pantalla que lleva Netflix es un desafío que merece la pena abordar.

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