Aunque cuando entramos a 'Clash Royale' la gran mayoría de veces nuestro objetivo es ganar de la forma más efectiva y rápida posible, de vez en cuando me gusta desconectar y simplemente echar un buen rato sin pensar en las coronas que se pierden por el camino.
Para ello utilizo mazos que se alejan bastante de mi estilo, con ciclos rápidos a base de cartas baratas que me permitan mantener la acción e intentar poner nervioso a mi enemigo. Como con cualquier otra partida, hay veces que funcionan y hay veces que no, pero lo que no se les puede negar a estos mazos es que son tremendamente divertidos de jugar.
Ciclo de Montapuercos
El mazo más barato de la lista cuesta 2,6 de elixir y tiene al Montapuercos como protagonista. Todo ataque gira entorno a él, preferiblemente con el Gólem de Hielo por delante, la Mosquetera en su espalda y el Tronco o el Espíritu de Hielo preparados para intentar frenar a las hordas que puedan abalanzarse sobre él.
En defensa es donde la cosa se complica un poco más. No porque no sea un mazo capaz de enfrentarse a cualquier rival, algo relativamente fácil gracias a ese ciclo tan barato que le caracteriza, sino por la necesidad de jugar muy bien cada una de las cartas defensivas. Gólem de Hielo para que el Pekka contrario se pasee por nuestra arena recibiendo flechazos, Esqueletos para frenar el ataque de un Leñador, Cañón para despistar al Gigante y, por supuesto, los hechizos y el Espíritu de Hielo destinados a acabar (o dejar temblando) a las hordas que se aproximen.
Ciclo de Mortero
Por unos puntos más de elixir, quedándonos en 2,9, tenemos otro mazo que seguramente habréis visto en más de una ocasión. El miedo al Mortero hace que algunos jugadores se acobarden y lancen toda la artillería, especialmente en forma de tropas pequeñas y numerosas que pueden ser limpiadas facilmente con el Tronco o la Descarga. En el caso de las grandes, ahí está la Horda de Esbirros para hacer el trabajo.
Lo importante es aprovechar esa distracción para, como habréis imaginado, atacar por el otro puente a base de Montapuercos y alguna tropa como la Pandilla de Duendes. Eso sí, no olvidéis que el Mortero tarde o temprano acabará cayendo y tendréis que tener un par de recursos para intentar frenar lo que se avecine. Aprovecha los primeros minutos para tener muy claro qué tiene el rival en su mazo y contar cómo está de elixir en cada momento.
Montapuercos con hechizos
Volvemos a caer en la estrategia de atacar con Montapuercos con Gólem de Hielo a la delantera, salvo que en esta ocasión el encargado de limpiar la zona contraria de enemigos es el Verdugo y su combo con el Tornado para dañar a enemigos, la torre y proteger al Monta. El mayor problema de este mazo es que hay que tener muy claro el ciclo de ataque y, si no jugamos bien con las cartas más baratas, siempre vamos a andar cojos de una u otra opción.
Verdugo y Tornado también nos sirven como defensa, siempre recordando que Espíritu de Hielo y Gólem de Hielo son primordiales para que cualquier enemigo pueda caer con la ayuda de la torre. Y si te ves apurado y sin Verdugo, la Bola de fuego debería hacer el resto. Sobre todo, evita mandar el Montapuercos a una muerte segura, si no puedes apoyarlo, mejor esperar.
Montapuercos con Leñador
El Leñador es, sin duda alguna, mi carta favorita, así que debía aparecer en la lista sí o sí. No sólo porque el Elixir que deja caer puede acelerar el ataque del Montapuercos o incluso hacer que el Dragón Infernal dé la campanada, es que si llega en solitario a la torre enemiga, su velocidad y fuerza de ataque pueden dejarla temblando sin problemas.
También nos sirve como estrategia en defensa, donde el Elixir que dejará caer puede ayudar a que torre y Guardias puedan liquidar a un tanque de forma relativamente fácil. Sólo asegúrate de que el enemigo se centre en el Gólem de Hielo para evitar que tus tropas caigan demasiado rápido. Si no, siempre te quedará el Dragón Infernal y rezar porque no haya un Mago Eléctrico cerca.
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