Pocos géneros hay más adictivos para los jugadores que los MMORPG. Cuando uno entra su dinámica, es difícil dejarlo de lado, y lo cierto es que en mayor o menor medida a todos nos resulta fácil señalar a algún conocido que ha estado “muy enganchado” a un juego en particular, llegando a descuidar otros aspectos de su vida por ello. ‘World of Warcraft’ es uno de los juegos que más a menudo ostenta el dudoso honor de ser preocupantemente adictivo.
Así pues no sorprende, aunque resultan polémicas, las conclusiones de un informe publicado por la Youth Care Foundation de Suecia en las que se etiqueta al juego de multijugador de Blizzard como uno de los títulos más peligrosos que se encuentran actualmente a la venta. En concreto, se define a este juego como “la cocaína del mundo de los juegos para PC”, con jugadores que juegan al mismo hasta caer exhaustos.
Dicho informe, aprobado por el Instituto Público de Salud de Suecia, refleja una preocupación creciente por el incremento de casos de adicción a los videojuegos en todo el mundo.
Blizzard, por su parte, asegura hacer todo lo posible para luchar contra este tipo de conductas, con avisos para los usuarios que pasan demasiadas horas online. Sin embargo, como en todo, poco se puede hacer desde el lado de la casa editora si no existe un autocontrol por parte del jugador.
Lo cierto, sin llegar a los niveles de alarmismo del informe original, es que los MMORPG pueden suponer un problema para las personas con conductas obsesivas. De cuando en cuando aparece en los tabloides la noticia de un joven (normalmente de origen asiático) que se ha desplomado tras jugar durante días en un cibercafé, ya sea al propio ‘World of Warcraft’, a otro MMORPG o a títulos en principio más “inofensivos” como ‘StarCraft’.
Así pues, como en el caso de otras adicciones, lo cierto es que el mayor número de casos de adicción a los videojuegos no deja de ser un reflejo de la propia expansión del mercado en sí. A más jugadores, mayor porcentaje de adictos. El problema una vez más no son los juegos en sí, sino el desconcierto de las asociaciones ante esta nueva conducta obsesiva, algo que desaparecerá con el tiempo a medida que empiecen a tratarse los casos de esta adicción.
Vía | Meristation
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