Es justo empezar este artículo con una confesión: yo he sido un jugador cabreado. Sí, como muchos, tuve mi época de entrar a saco en cualquier debate que se montase sobre videojuegos, enarbolando mis argumentos con convicción inquebrantable y dando por caso perdido a todo el que no pensara como yo.
Todo esto fue hace muchos años, cuando los dos grandes frentes en la batalla eran Sega y Nintendo, y poco después cuando Sony se unió a la fiesta, pero recuerdo perfectamente lo acalorados que eran aquellos debates, y no me sorprende en absoluto ver las tanganas que se montan a día de hoy a las primeras de cambio con cualquier noticia que incite a ello. Qué dura es la vida del jugador cabreado.
Por suerte, y esto lo digo por experiencia, es algo de lo que se puede salir. Cuesta, porque el confrontamiento tira mucho y hay a quien no le importa verse consumido por él, pero al final te das cuenta de que merece la pena tomarse menos disgustos y disfrutar de esto con más filosofía. Y ojo, que no es mi intención hacer proselitismo barato; el que quiera seguir tomándose berrinches a costa de los videojuegos es totalmente libre, allá cada uno. Dicho eso, aquí van unos cuantos detalles que me ayudaron a dejar de cabrearme tanto y vivir más alegremente mi condición de jugador.
El día que supe entender la (poca) importancia de las listas de ventas
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No me sorprende que haya quien celebre los resultados de ventas como victorias personales cuando éstos son favorables a su causa, porque yo también he actuado así. Es muy de jugador cabreado eso de aplaudir las ventas como un hecho lógico cuando te dan la razón, y buscar la excusa imposible para quitarles valor en caso contrario, pero tanto lo uno como otro no son más que motivos para malgastar energía.
Obviamente, a nadie le viene bien que un soporte en el que ha invertido su dinero vaya mal en las tiendas, porque eso puede acabar redundando en menos juegos que disfrutar a largo plazo (y eso sí es en verdad importante), pero de ahí a convertir cada reporte de ventas en una batalla hay un trecho. Salvo que tengáis acciones en alguna compañía, dejad que sean ellas quienes se preocupen por sus resultados fiscales.
El día que pasé por completo de las comparativas gráficas
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Foco por excelencia de las más agrias en innecesarias polémicas, las comparativas gráficas que analizan al milímetro cómo un mismo juego se presenta en diferentes plataformas son, con rotundidad, un terreno a evitar para quien busque reducir las emisiones de energía negativa en su día a día.
De nuevo, como en el caso de las ventas, puedo entender hasta cierto punto el interés informativo de estos análisis, y es cierto que en algunos casos (muy pocos, seamos sinceros) se dan situaciones realmente drásticas que pueden ayudar a decidir qué versión es más conveniente comprar, pero en general esos debates sobre la resolución de una textura o la incidencia dinámica de una luz suelen ser la muestra más palpable de por qué las comparaciones son tan odiosas.
El día que supe aceptar estoicamente los retrasos
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Esta es de las más difíciles, lo reconozco, y aún hoy sigo experimentando en determinados momentos frustración al anunciarse el retraso de un juego especialmente deseado, pero de nuevo os garantizo que hay formas de evitar las acumulaciones de bilis. Y no, no me refiero simplemente a caer en el discurso conformista de que el retraso ayudará a que el juego definitivo será mejor (lo cual no deja de ser cierto).
La verdadera clave está en aceptar que cuando un compañía estima una ventana de lanzamiento para un juego, en ningún caso está firmando con nosotros un contrato a cumplir de manera irrevocable, por lo que considerarse con derechos más allá de eso es perder el tiempo y la alegría de vivir. Y si me vais a decir que tener el juego ya reservado os adjudica el derecho a la pataleta, os lo voy a poner bien fácil: si os sentís engañados, es bien fácil cancelar la reserva y centrar vuestras energías en disfrutar juegos ya disponibles.
El día que dejé de obsesionarme con el pasado
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El mantra de que cualquier tiempo pasado fue mejor no es algo exclusivo de los videojuegos, y de hecho es aún más evidente en las discusiones sobre cine o música. En realidad, se trata de una respuesta bastante característica en el comportamiento humano, mediante la cual todo lo que queda atrás en el tiempo acaba siempre potenciado por el efecto de la nostalgia. Hasta ahí, nada malo.
El problema viene cuando nos obsesionamos con que todo vuelva a ser como antes, cuando nos cerramos ante cualquier paso que nos aleje de ese pasado que siempre se antoja dorado, cuando rechazamos en banda cualquier novedad por el mero hecho de serlo. No todo el progreso es una verdadera evolución, eso está claro, pero saber medir las dosis de afán nostálgico ayuda a disfrutar (y mucho) lo nuevo que va llegando al mercado.
El día que no necesité comprar un juego recién salido a la venta
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La cumbre de las decisiones para el jugador que aspira a alcanzar ese punto zen donde los cabreos prácticamente quedan en nada: no, no hace falta adquirir un juego en el mismo día que sale a la venta, y no nos vamos a morir por llegar un poco más tarde que la mayoría. Nos vamos a ahorrar una buena cantidad de dinero, con suerte también los disgustos de esos bugs iniciales que piden a gritos ser parcheados, y lo mejor de todo es que nos evitaremos la ansiedad de tener acumulados más títulos de los que podemos jugar.
En resumen, todo pasa por lo que antes comentaba: tomárselo con filosofía, entender que esto no es más una afición que, como todas, debería servir únicamente para encontrar disfrute y evasión, y evitar a quien sí esté por la labor de mantener la voluntad de confrontación con cualquier excusa. De nuevo, no pretendo venir aquí de evangelizador del buen rollo, que cada uno lo lleve como quiera. Yo, por mi parte, estoy mucho más feliz no siendo un jugador cabreado.
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21 comentarios
afierrosmx
En otras palabras; "Madurar"
albertrg92
Hola soy @albertrg92 y estoy aquí en Jugadores Cabreados Anónimos porque yo también tengo un problema.
Bromas a parte es un tema un tanto preocupante que a veces se lleve a tal extremo estos temas y que parezca que a la gente le encante sacar bilis por doquier con su fanboyismo y demas.
Lo de los retrasos en fechas de salida jode, pero no deja de ser en favor del juego y en consecuencia para nosotros xdd
jcdentonhr
Muy buen articulo, podria agregar el "El dia que deje de discutir en foros por demostrar que la tenia mas grande". Vamos, que ya leo los temas y paso de responderle al fanboy de turno en el articulo en temas como "Sony vendio el doble que la competencia", "PSN fue atacada de nuevo", "Gerald tiene 2 pelos mas en la polla en la version de PC" y ese tipo de post en los que SIEMPRE se llena de fanboys, si suelo comentar pero sin irme por la ramas.
allfreedo
Genial post, he llegado a las mismas conclusiones con el paso del tiempo. Los gráficos ya no me importan tanto, hasta el punto de que no me importa si un juego es de la generación actual o la pasada (ahora es el momento de comprar por 4 duros todos los juegos de la generación pasada que te perdiste) y salvo contadas ocasiones, no pago más de 30€ por los juegos, me da igual tener que esperar 6 meses o más.
Usuario desactivado
Me apunto el nombre del editor, muy buen post. Para los que solo vienen por los comentarios, decir que va sobre tener dos dedos de frente.
No sé si será la edad, la falta de tiempo o yo qué sé, que sin quererlo cumplo todos los puntos descritos. Ahora ya sólo disfruto del juego en cuestión sacado del saco casi sin fondo que es mi biblioteca de steam o GOG, y lo demás simplemente me la suda.
pedro.deamezua
Enhorabuena por tu artículo! Creo que das en el clavo de las fases de los jugadores... de cabreados (la fase Sega Vs. Nintendo fue muy sonada) a más calmados...
Los ahora llamados "Haters" al final, lo pasan peor. Son ganas de sufrir sin objetivo... Nadie nos obliga a ser fieles! O es que a nadie le gustaría contar con todas las plataformas debajo de la tele??
mothmanfire
"El día que no necesité comprar un juego recién salido a la venta".
Este es el mejor, te ahorras ser un tester de pago, te ahorras dinero y observas si al final vale la pena o todo fue un bluff...
konosoke
El último apartado es el mejor consejo que se puede dar, pero hay mucha gente que no puede con el hype. Con lo buena que es la paciencia y lo poco que se inculca hoy en día con el "todo ya" de Internet.
comadreijen
Coincido con todo. eso sí, yo aún me estoy recuperando del mal hecho videojuego que es Monster Hunter Freedom 2 de PSP. Jamás en mi vida me he enfadado tanto con un juego. Quise tirar la consola por la ventana.
venomcmar
Todo lo descrito en el artículo llevo años aplicándolo. Como decía pero comentario, creo que es más que se maduro como persona que otra cosa, ya que lo aplico también en otras partes de mi vida. Para mí la tranquilidad es vital.
Makejo D
Yo era así con los deportes y apliqué muchas de esas cosas. Los video juegos me gustan y siempre estoy enterado de todo, pero me compro los juegos después de 2 años y en especial... XD a menos que salga antes en un humble bundle... Salvo pocas excepciones.
anynomous
Como ser de un equipo de fútbol o de una religión - pura irracionalidad. Quien la disfrute, pues no sé, adelante, pero ser racional y crítico sólo va a hacer más eficientes tus decisiones sobre la compra de videojuegos.
yaverit
las listas de ventas son una amenaza, colega. No me voy a cortar las venas por ello, hasta ahí llego, perooo... A la hora de hacer nuevos juegos, es el espejo donde la industria se va a mirar. Quieren imitar la fórmula del éxito comercial, ¿y como resultado? la actual generación. Me sorprende que los que más se quejan, son los que más contribuyeron a ella. Si ciertos juegos hubiesen vendido más que otros, no estariamos así, y lo sabes.
Sí me importan las listas de ventas, porque al ver una, sé que mis juegos favoritos no tendran secuelas, y lo que es peor, que serán mecanicas de juego o estéticas que iran hacía las extinción.
Voy a poner un ejemplo puramente empirico: tengo más de veinte códigos para sacar juegos gratis en una conocida tienda. De xbox360 no pillo ninguno, porque casi todo lo que me interesa, o ya lo tengo o no se vende ya. Entonces a comprar una ps4. Y el catálogo es tan escaso que estoy teniendo problemas para deshacerme de los susodichos códigos. Y la consola va a hacer dos años...
tonielido
Con el último punto no estoy de acuerdo con el artículo
Si eres fan de un tipo de juego o estilo y estás deseando que salga para poder comprártelo de salida, no lo veo mal, cada uno con su pasta que haga lo que quiera.
Si luego el juego no te gusta, pues te aguantas, si te cabreas que sea contigo mismo por impaciente, no con el juego por ser malo
Lo mismo se puede aplicar a comprar un libro de salida o ver una película el día del estreno
Hoy por hoy a mi no me cabrea ningún juego ni ninguna compañía, le tengo tirria a square-enix por como han destrozado la saga de final fantasy, pero no el odio no me llega a tanto como para no jugar a sus juegos si sacan alguno que me gusta
Lo que si que me cabrea son los usuarios de los foros, leer opiniones del tipo "no compro tal juego por que los gráficos son una mierda" o "tal juego es injugable por que no va a 60fps" me encienden por que una opinión así no me parece que sea de alguien a quien le guste jugar de verdad
Es como si me dicen que esta película es una mierda por que no está en 3D
idc
Me ha gustado este post y me identifico totalmente con lo expuesto. Soy de la vieja escuela, nací y crecí a la par que la industria de los video juegos y también recuerdo esas discusiones largas y acaloradas (ahora las veo infantiles). Hace bastante que pienso y aplico lo que dices (unas veces más que otras) y a excepción del punto llamado "El día que dejé de obsesionarme con el pasado" (sobre el cual me encuentro trabajando, con grandes avances debo decirlo) todos los demás los domino a niveles aceptables. Ahora vivo más suave, lento y contento, un juego a la vez, aunque a veces una cabreadita me sacan (Ubisoft es buena en eso).
Debo decir que el hecho de controlarse ante estas situaciones es además de madurez un despertar. Si se analiza con detenimiento, la mayoría de las veces que se cae en estos comportamientos es debido a gustos o querencias muy personales, y juzgar o discutir sobre gustos es un sin sentido, un despropósito a todas luces.
Como anécdota (fea por cierto) recuerdo que hace unos meses en un foro sobre video juegos, comenté normalmente sobre como valoro más en un juego la historia que los gráficos, entre comentarios y respuestas un señor TROLL de esos que suelen rondar, se lo tomó a mal (vaya usted a saber por qué), se enfrascó en unos sinsentidos contra todos los que allí conversábamos llegando incluso a amenazarnos de muerte... Obviamente al final fue baneado, pero a lo que voy, es que hoy día esto de los fanboys y extremismos con amor y odio a muerte por un aparato, una marca, una empresa, un software o un gas, se les está yendo de las manos a más de uno, y lo peor es que muchos lo adjudican a la industria y no a los verdaderos culpables, los consumidores, quienes tenemos el poder de impulsar o frenar conductas y tendencias, si no lo identificamos y no lo reconocemos poca mejoría veo yo a futuro para estos comportamientos y actitudes.
Para finalizar, yo diría y desearía que los puntos tratados en este post se adaptaran y aplicaran en mayor o menor medida también a otros ámbitos, productos o situaciones de la vida.
Saludos.
ariasdelhoyo
Un saludo a Lou Ferrigno.