Por qué los juegos valen lo que valen y dónde va cada uno de los euros que pagas por ellos

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Tras 23 años en BioWare trabajando en sagas como Mass Effect o Dragon Age, Mark Darrah es una de esas voces de la industria en las que puedes confiar sin darle demasiadas vueltas a lo que pueda explicarte. Cosas, como por ejemplo, dónde va el dinero que pagas por un juego.

En el último vídeo de su canal de YouTube detalla punto por punto cómo se calcula el coste de un juego y en qué se invierte cada uno de los euros -dólares, en este caso- que pueda suponer su desarrollo, promoción y venta.

¿Por qué los juegos valen lo que valen?

Darrah se centra en el precio actual de unos 70 dólares que hay en Estados Unidos, pero en realidad habla de porcentajes que podrían aplicarse a cualquier tipo de precio.

De hecho, lo que el programador y productor asegura es que, contando su vida en el mercado, sus ventas, rebajas, y las subidas y bajadas respecto al interés del público, la media de precio real de un juego triple A está en unos 50 dólares.

Esos 50 dólares/euros acaban repartidos así:

  • 15 euros: en el caso de lo físico manufacturar el juego, enviar a tiendas, beneficios de las tiendas. En el caso del digital, esos 15 euros es la media que va destinada a la plataforma (Microsoft, PlayStation, Steam o la que toque).
  • 5 euros: marketing y publicidad para dar a conocer el juego y que cuando llegue a las tiendas no se quede abandonado en la estantería.
  • 5 euros: gastos generales a nivel de sueldos de compañías madre, recursos humanos y soporte al equipo en áreas no relacionadas estrechamente con el desarrollo.
  • 15 euros: margen de la compañía y beneficios tanto para el estudio como para las empresas madre y soportes financieros que quieren sacar tajada de su inversión.
  • 10 euros: coste del desarrollo a nivel de oficinas, salarios, equipos, material y más.

Sin duda es uno de esos casos en los que parece increíble que el coste del desarrollo acabe limitándose tanto frente al resto de gastos, pero lamentablemente es una de las razones por las que los precios no paran de subir y el mundo del desarrollo está cada vez más descontento.

No es un problema únicamente de esta industria, claro, pero se agradece que de vez en cuando alguien hable sobre ello sin pelos en la lengua y dando valor a cada uno de los procesos por los que pasa un desarrollo desde la idea inicial hasta que corre en nuestras consolas o PC.

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