Demos gracias a los estudios independientes, los indis que salvarán la industria del videojuego porque han demostrado que los presupuestos poco o nada tienen que ver con la calidad y los grandes nombres no siempre están estrechamente relacionados con la originalidad. Qué bonito era todo eso en 2013, cómo se nos llenaba la boca, y menudo batacazo nos hemos pegado en 2014.
Entre retrasos, juegos que han desaparecido del mapa, decepciones y títulos que no han estado a la altura de las expectativas, nuestros deseos de finales de 2013 han quedado enterrados en una montaña de desarrollos en busca de financiación con pocas esperanzas de sentar cátedra. ¿Qué es lo que ha pasado durante 2014 con los indis?
¿Qué ha pasado en 2014 con los indis?
Es la historia de nunca acabar. Una fe, la de los jugadores, que no sólo mueve montañas sino que además se encarga de enterrar entre fajos de billetes a aquellos que, probablemente sin maldad, se ríen en nuestra cara. Vaya año el de 'Goat Simulator'. Menuda tomadura de pelo que se veía venir desde siete galaxias más allá y pese a ello se apoyó como la gracia más divertida de la historia. Claro que sí, quejémonos hasta del más mínimo detalle pero lancemos nuestros ahorros a un desarrollo que, como si de un chiste se tratase, nos vende fallos y errores como si fuesen una característica más del juego.
2014 puede haberse enterrado entre cabras, tostadas o juegos que no son juegos (pero vamos hacerle la ola porque son experiencias extrasensoriales que me dejan el Chi monísimo, ¿eh, 'Mountain'?), pero tampoco sería justo tirarlo por la borda y olvidarse de los grandes juegos que nos ha dejado.
En mi caso 2014 ha servido para asistir a la misa semanal del acceso anticipado de Steam como si de una religión se tratase, buceando entre las novedades y encontrándome con auténticas joyas que he ido siguiendo hasta el lanzamiento de su versión final. De ahí saqué el genial 'Broforce' o 'Crypt of the Necrodancer', el juego musical definitivo del que hablamos hace unos meses, y más importante aún, mi gran amor de este año, el juego al que más horas he dedicado junto con 'Hearthstone', el magnífico e imprescindible 'Nuclear Throne'.
Indis y consolas
A 'Nuclear Throne' no puedo contarlo como joya de 2014 porque aún no se ha lanzado de forma oficial, pero pocos juegos se lanzarán en 2015 capaces de hacerle sombra, menos aún cuando llegue a PS Vita y, por fin, entregue un independiente mayúsculo a una PS4 que nos vendió la moto con el apoyo a este tipo de estudios y se ha limitado a entregarnos un "MEH" tras otro.
Digamos que 'Velocity 2X', 'Road not Taken' y 'Hohokum' pueden estar bien, pero no son 'Thomas Was Alone', ' Guacamelee' o 'Hotline Miami', están varios peldaños por debajo. La papeleta la salvan ideas como la de 'Octodad', que tampoco es para todos los gustos y puede que algunos lo califiquen de café para muy cafeteros, y genialidades como 'Towerfall Ascension', que como ya dijimos en su análisis es oro puro.
Las reverencias hay que hacérselas otra vez a Wii U, la primera plataforma que, junto al PC, nos entregó a uno de los independientes más laureados del año, la fantástica aventura retro del caballero y su pala. Por algo 'Shovel Knight' ha sido uno de los pocos indis capaces de colarse las listas de lo mejor de 2014, pero si entro yo al trapo ese puesto se lo cedo a otro título. 'OlliOlli', señores, que nos un diamante pero brilla como si lo fuera y vale un potosí aunque esté más barato que un cubata en Nochevieja. Si no lo habéis probado ya estáis tardando.
Que 2015 sea mejor que 2014, por favor
Termino mi repaso con otros dos títulos que han conseguido animarme un 2014 que, puede que no sea para olvidar, pero tampoco será marcado en la historia con subrayador fosforito. Por un lado 'Nidhogg', una locura de esgrima, también de camino a PS4, a la que lo único que se le puede echar en cara es falta de ambición. Por el otro 'Monument Valley', cuya única pega es no mantener la excelencia en el diseño de niveles como si lo hizo en el apartado artístico.
Cierro sin olvidarme de recalcar una vez más que lo nuevo de Vlambeer, el estudio que tras 'Super Crate Box' y 'Ridiculous Fishing' demostró que lo suyo no era suerte sino fantásticas ideas y amor por los videojuegos con 'Luftrausers', sin ser de este año es lo mejor que le ha pasado a 2014.
Puede que Phil Fish desaparezca del mapa, que las grandes ideas se conviertan en zafios intentos de sacarnos los cuartos o que la moda de los indis acabe como la de Wii, pero al menos en 2015 tendremos nuestra ración definitiva de 'Nuclear Throne'. Y con un poco de suerte también 'No Man's Sky', 'Mighty No. 9', 'Rime', 'Inside'...
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