Delicada la propuesta por parte de la Unión Europea de querer ampliar la actual directiva aplicada a ventas y garantías para que las compañías desarrolladoras ofrezcan una garantía de dos años en sus videojuegos.
En la actualidad los videojuegos están exentos de ofrecer ninguna garantía en cuanto a su contenido. Es decir, si un determinado título cuenta con un fallo que impide al jugador progresar y finalizar el juego éste no puede ir a la tienda a reclamar su dinero (la reparación del producto, obviamente, queda fuera de discusión).
Para los juegos que corren en plataformas con conexión a la red un fallo de programación no supone demasiado problema: la compañía lanza un parche, lo descargamos y problema solucionado. El problema principal viene cuando el bug es irreparable. No recuerdo ningún juego en la actualidad al que le haya pasado esto (si lo hay agradecería que alguien lo apuntara en los comentarios), pero si sucediera no hay ninguna garantía que permita al consumidor reclamar su dinero. Otra cosa sería que la compañía decidiera reponer el producto defectuoso, pero no hablamos de eso, sino de un trámite legal establecido que le otorgue al consumidor cierta seguridad.
Hasta aquí creo que todo queda claro. El problema, y de ahí lo delicado de la cuestión, sería que la legislación actuara de barrera para las desarrolladoras, como bien indican desde la Tiga (una asociación de desarrolladoras de videojuegos establecida en el Reino Unido con alcance en todo el territorio europeo). Es decir, las desarrolladoras podrían volverse demasiado cautelosas o conservadoras en un intento de conseguir productos casi perfectos, algo que podría ir perfectamente en contra de arriesgarse en busca de nuevas ideas. Eso es sinónimo de ir por la vía fácil y ofrecer productos para asegurarse el tiro, algo que los jugadores no queremos que suceda bajo ningún concepto.
Por otro lado con esto volvemos al tema de la calidad del producto final una vez lanzado al mercado. Nosotros queremos que todos y cada uno de los juegos que compramos estén libres de este tipo de fallos. Nos gustaría no tener que solucionarlos mediante parches lanzados a posteriori. Exigimos un alto nivel de calidad que no siempre recibimos.
En cambio, lo que en principio parece una buena solución (la propuesta de la garantía de dos años para los videojuegos), no lo es tanto si hacemos caso de las posibles consecuencias que comentan desde la Tiga. Al menos no por sí sola. Si por culpa de una ley favorable al consumidor vamos a recibir un montón de juegos iguales, sin ideas nuevas, sin compañías arriesgándose en busca de nuevas fórmulas, etc. prefiero no disponer de ninguna garantía y seguir aceptando parches que solucionen fallos.
En el caso de un fallo de programación irreparable estoy seguro de que la compañía asumiría su responsabilidad y, sin garantías de por medio, se llegaría a algún tipo de solución favorable al consumidor. Al fin y al cabo un producto defectuoso de fábrica, irreparable y sin garantía no debería ponerse en circulación. Imaginaos la devaluación de imagen que sufriría la compañía de turno si no supiera responder a algo así.
Yo creo que los esfuerzos deberían encaminarse hacia otro lado. Es decir, en vez de dar pie a que existan juegos con fallos de este tipo avalados por una garantía de dos años, creo que se deberían establecer mayores controles de calidad. No hablo de cortar las alas a las compañías, porque entraríamos en la misma situación de conservadurismo, pero sí de subir un poco más el listón.
Quizás me equivoco. Igual la aplicación de esta garantía de dos años sería suficiente para que las desarrolladoras se pudieran las pilas…
Creo que es un movimiento a tener en cuenta, así que habrá que estar atentos a cualquier novedad con respecto a esta propuesta.
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