Estamos de celebración por el fin de la década (nota para los del debate, mejor fiarnos de la astronomía, la programación y la ISO 8601 que de Dionisio el Exiguo) pero no todo van a ser alegrías y aplausos por lo mejor. Toca sacar el guante de seda a pasear y, aunque de forma gentil, soltar algún que otro guantazo.
A continuación hemos recopilado lo peor que ha dado la industria del videojuego durante estos últimos 10 años. Un conjunto de meteduras de pata, situaciones polémicas y prácticas abusivas que, con un poco de suerte, nos gustaría dejar atrás de la misma forma que abandonamos la década.
Always-on DRM
Da igual si eres asocial, si te resbalan los contenidos actualizables o si no tienes ninguna intención de jugar con un amigo. Tu campaña en solitario debe jugarse online o no se juega. ¿Por qué? Por las cucamonadas que puedan colar en el juego de forma eventual, por invitarte a pasar por una tienda digital que no tienes el más mínimo interés en pisar y, por supuesto, por las métricas. El oro -digital- de nuestra época.
Pay-to-win
Otra de las cosas que probablemente no recuerdas haber pedido y con la que nos ha tocado lidiar. Por suerte es uno de los casos en los que la turra que nos hemos encargado de dar ha hecho efecto y, aunque aún hay juegos que se acogen a lo absurdo de allanar el camino hasta la victoria a base de micropagos, ha dejado de ser el problema en potencia que parecía hace unos años.
Juegos hechos con más algoritmos que alma
Lo que a menudo llamamos tabla de Excel. Listados hechos por directivos y analistas con todo lo que debe llevar un juego hoy en día para engordar las arcas de una compañía. Da igual si no tiene ningún sentido, si a alguien le ha funcionado, también puede funcionar aquí. Luego pasa lo que pasa y, aunque está feo señalar con el dedo, seguro que ya tenéis el ejemplo perfecto en vuestra cabeza.
Crunch y abusos
Para ser justos habría que decir que ni es un problema específico de la industria del videojuego ni mucho menos algo que haya nacido durante los últimos años. Pese a ser algo más complejo de lo que podría verse desde fuera, las mal llamadas horas extra del mundo del videojuego han pasado de ser un grave problema a un debate capaz de cambiar la realidad de los grandes estudios. Que haya sido por culpa de las polémicas y no por amor al arte es lo más duro de todo.
Las modas
Online en todos los juegos aunque esté metido con calzador, seguirle la corriente al MOBA, las cartas o el Battle Royale de turno, agarrarse a lo que da dinero de forma irracional… Es un mal que nos va a tocar vivir en todas las décadas habidas y por haber, pero no es menos cierto que, ya que se hace, qué menos que intentar hacerlo bien y con un poco de gusto u originalidad.
La promesa de las Steam Machines
El futuro llegó, se la pegó y volvió por donde había venido. Las Steam Machines y la integración de Linux prometía ser el siguiente gran salto de Valve pero, como casi todas sus incursiones en ese campo, han acabado dejando mucho que desear. No pintaba mal la idea de una consola modular a lo PC para el salón, pero lamentablemente nos quedamos con las ganas y hubo que recurrir a lo clásico.
Cancelaciones
¿Dónde está mi Scalebound? ¿Y mi Star Wars 1313? ¿Y mi Silent Hills? ¿Nadie? ¿Tampoco nada que decir de TimeSplitters 4? Nombres para el recuerdo que, salvo giro alucinante de los acontecimientos, nunca volverán. Una pena porque todos ellos -y los que me dejo- prometían lo suficiente para haberse ganado un hueco entre lo mejor de la década.
Gamergate
Probablemente el suceso más repulsivo de los que nos ha tocado vivir. La excusa perfecta de un grupo de descerebrados para convertir en guerra personal algo que deberíamos haber superado hace eones. Juegos por todos y para todos, no es tan difícil. Por suerte todo lo malo trae consigo algo bueno, y ahora la inclusión y el respeto es una realidad mucho más palpable de lo que lo era hace unos años.
Juegos con fecha de caducidad
Disfrútalo mientras puedas porque a lo mejor dentro de unos años ese servidor cierra y no lo vuelves a tocar, o esa tienda se va a freír espárragos y todo tu catálogo va detrás. Ver cómo juevos desaparecen del mercado digital u otros se vuelven inservibles es, lamentablemente, una realidad que no esperábamos vislumbrar.
Parches y actualizaciones
Voy a ponerme a jugar ahora que tengo veinte minutillos libres. Espera, ¿que vas a hacer qué? Si tienes una actualización de la consola por instalar y un parche del juego por descargar, ¿qué te has pensado que es esto, como si soplases un cartucho y ya está? Venga, venga, que si te portas bien hasta encuentro partida rápido y puedes jugar cinco minutos.
Online de pago
Llegó con la intención de quedarse y, para sorpresa de nadie, además de agarrarse como un gato a un sofá nuevo, consiguió que el resto le siguiese la gracieta. Hoy en día paga por jugar online es algo tan común que sólo los de PC se preguntan qué nos pasa en la cabeza. Una realidad incómoda a la que nos ha tocado acostumbrarnos por la fuerza.
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