El pasado 6 de julio, día del lanzamiento de 'Pokémon Go', el valor de cada acción de Nintendo en la bolsa de Tokio era de 127 euros; este martes, cada acción llegó a alcanzar un máximo de 271 euros, momento en que el valor de la compañía llegó a rondar os 39.000 millones de euros, superando a Sony por el camino.
Estamos hablando de valores que han marcado nuevos récords en la bolsa nipona, y que han supuesto un muy necesario balón de oxígeno para una compañía que andaba muy necesitada de un revulsivo así. Eso sí, la fiebre despertada por la captura de bichos no va a ser eterna, así que esta gran subida corre el peligro de ser una burbuja por explotar si no se gestiona adecuadamente.
Esta oleada de optimismo bursátil es también parte de una buena racha que parece estar empujando últimamente a Nintendo
Más allá de todo lo que la Gran N pueda hacer con este aumento de su valor, lo más interesante para nosotros, como jugadores, es que esta oleada de optimismo bursátil es también parte de una buena racha que parece estar empujando últimamente a la veterana marca, ahora en manos de Tatsumi Kimishima. ¿Será capaz este nuevo líder de aprovechar el momento para construir en ella un futuro más solido?
Cuando el viento sopla en contra
Wii U salió a la venta en 2012, dando el pistoletazo de salida a la sucesora de la máquina doméstica más exitosa de la compañía hasta el momento. Cuatro años después, con solo 13 millones de unidades despachadas, la consola ha quedado terriblemente por detrás de las expectativas, lo cual ha propiciado una muerte demasiado temprana y ha acelerado los planes de lanzamiento de su sucesora.
A pesar del duro golpe que supone fracasar comercialmente en toda una generación, la casa de Kioto ha conseguido aguantar el tirón gracias al soporte que le ofrecen otras muchas patas, así como a la buena acogida de algunas ideas nuevas como los amiibo. Para colmo de males, el durísimo golpe de la muerte de Iwata añadió aún más inestabilidad a una empresa en horas bajas.
Con tal panorama, era lógico que los aficionados sintiéramos preocupación por lo que podría ser de Nintendo, y es por ello que noticias tan positivas como las que han rodeado a la marca en estas últimas semanas despiertan la esperanza. Lo importante ahora es que éstas no se detengan, señor Kimishima.
Todos quieren jugar a Breath of the Wild
Aunque nos decepcionó ver lo poco que Nintendo planeaba llevar al E3 2016, 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild' sobró para triunfar en la feria estadounidense: carreras por tener la oportunidad de jugarlo, largas colas que a nadie le importaba soportar y la merecida coronación final como mejor título del evento.
Sí, fue un palo bastante duro el saber que se retrasaría hasta 2017, una de las muchas prórrogas en su desarrollo que han ido surgiendo, añadiendo así más sal a la herida que supone ahora mismo la agonía final de Wii U, pero cada nueva muestra de todo lo que el juego puede hacer y de lo divertido que es nos ayuda a aguantar el largo tirón.
No cabe dudas de que, llegado el momento, será un auténtico súper ventas. Bien jugada, puede ser una carta muy potente para atraer a los compradores hacia la futura NX. Eso sí, para que el movimiento suponga estabilidad en el futuro y no un simple arranque de "pan para hoy, hambre para mañana", lo apropiado sería que junto a este 'Zelda' llegara otro buen cargamento de juegos que den pimienta desde el primer día a la nueva doméstica.
Todos quieren la Mini NES
Antes del estreno de la nueva aventura de Link, se espera otro buen empuje económico para las arcas de la compañía de la mano de la Nintendo Classic Mini: Nintendo Entertainment System. La propuesta ha causado furor entre los jugadores veteranos que estamos deseando volver a nuestra juventud y entre las nuevas generaciones que tendrán aquí una valiosa lección de historia.
Con suerte, se distribuirán muchas de estas miniaturas retro y con ello la compañía se animará a seguir apostando por esta línea nostálgica con más adaptaciones de máquinas como Super Nintendo o Nintendo 64. Y por qué no, con la posibilidad de ampliar sus respectivas colecciones de juegos preinstalados.
De esta forma, la compañía podría llevar en paralelo tres ramas de hardware perfectamente compatibles: domésticas, portátiles y adaptaciones clásicas. Esta última línea además tiene la ventaja para la compañía de que requiere una inversión mínima en I+D y en producción, y cuenta con un público muy fiel que pagará encantado por ellas.
Todos quieren jugar a Pokémon Go
Está pasando ahora mismo. Sal a la calle, da una vuelta y cuenta a cuántas personas ves lanzando poké balls en su teléfono, o compitiendo por hacerse con ese preciado gimnasio que preside tu barrio. La fiebre es real y está reportando muchas ganancias a la compañía.
Eso sí, la fiebre no durará siempre, al menos si no se arreglan muchos de los fallos que tiene el juego, se presta atención a sus carencias y se trabaja con verdadera seriedad sobre el deplorable estado de sus servidores. La experiencia necesita ser apuntalada, de eso no cabe duda; de hacerse bien, aquí hay juego para mucho tiempo.
Pensad en lo que podrá suponer el seguir aumentando la colección de criaturas a cazar, añadir opciones tan deseas como el combate directo entre entrenadores en cualquier lugar o dar un verdadero empujón a sus posibilidades sociales. Nintendo ha dado con una gallina de los huevos de oro, y ahora debe cuidarla para que ponga muchos más.
Cuando el viento sopla a favor
Nintendo está en una buena racha, eso no lo puede negar nadie, pero todos estos brotes verdes no son suficientes para paliar por sí solos la dura travesía que han sido estos últimos años. Sobre todas estas buenas ideas y de la gran acogida que están teniendo, se deben construir unos cimientos sólidos para el crecimiento de los próximos años.
Sobre todas estas buenas ideas se deben construir unos cimientos sólidos para el crecimiento de los próximos años
Decirlo aquí es mucho más fácil que llevarlo a la práctica, claro está. Esos cimientos deben ofrecer un buen balance entre la infalible tradición de la compañía, las ideas que sí han dado frutos durante estos últimos tiempos y las propuestas arriesgadas que aún deberán presentar. Con suerte, la intersección entre esos tres ámbitos dará lugar a una Nintendo que nos seguirá haciendo soñar durante muchos años.
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