Tras repasar varios juegos imprescindibles surgidos en KickStarter por los que hemos tenido que esperar muchos años, me percaté de una cosa curiosa: hace tiempo compré el 'Pillars of Eternity' y no me acordaba. Lógicamente, lo tenía sin instalar y procedí a ello justo después para poder darle caña este finde.
No es la primera vez que me pasa eso de no saber qué juegos compré en digital. Y la culpa la tienen, principalmente, las ofertas de Steam, GOG y las promociones digitales (amén de los incentivos de PlayStation Plus y Games with Gold) de las consolas, porque al final uno no es consciente de lo que tiene.
Ante un mercado que fomenta tanto el consumismo y en múltiples vías, la vertiente digital es la que más quebraderos de cabeza nos está dando a algunos. Y todo por ser todavía un servicio en crecimiento al que le faltan ciertas mejoras por aplicar, pese a que se ha ido puliendo bastante con el paso de los años.
Las ofertas más agresivas y a golpe de un clic
Pero más allá de esos defectos fácilmente subsanables (cada servicio es un mundo, porque lo que tiene uno le falta al otro), el principal problema del mercado digital es ver en qué nos está convirtiendo al comprar juegos en masa.
Hace veinte años esto era impensable. De pequeños, y también de adolescentes, exprimíamos al máximo nuestros ahorros (esas pagas mensuales... o con suerte, semanales) y amortizábamos un juego durante un mes. O con suerte, algunos más. Hoy, con los lotes de Humble Bundle o cualquier promoción agresiva de GOG o Steam, se nos acumula el chollo para aguantar años sin comprar más...
Pero seguimos comprando.
El mercado físico no puede compertir con el digital en ese sentido. Por mucha promo 2x1 o 3x2 que puedan sacar las grandes cadenas, incluso con la ayuda del mercado de segunda mano, las ofertas del formato digital suelen ser mucho más potentes y es fácil caer en la tentación, especialmente cuando podemos hacerlo cómodamente desde casa y pulsando tan solo un botón. Es inevitable.
Y más juegos: PlayStation Plus y Games with Gold
Independientemente de qué servicio ofrezca los mejores juegos, si PlayStation Plus o Games with Gold (eso va por rachas, ya sabemos), lo que es evidente es que están colaborando a engrosar nuestro catálogo de descargables (aunque sean alquileres, salvo en el caso de los juegos de Xbox 360) y, por lo tanto, contribuyendo a que no seamos conscientes de lo que tenemos.
Yo he llegado a hacer listas para saber cuáles había comprado y cuáles me han "regalado" ambos servicios para poder diferenciarlos... y saber los que tengo. Porque ni PlayStation Network ni Xbox Live nos permite diferenciarlos en sendas bibliotecas. Una vez canjeados esos incentivos, ya son considerados juegos de nuestro catálogo, pese a que técnicamente no lo sean. Un fallo grave.
Porque si ya es difícil organizarse entre tanta compra digital, peor si cabe así...
¿Qué se está haciendo para combatir ese caos?
Por desgracia, no todos los servicios nos ofrecen las mismas herramientas para mantener organizada nuestra biblioteca de juegos digital y estar más al tanto de lo que tenemos. Se ha mejorado mucho, sí, pero hay puntos muy mejorables.
Sorprende, por ejemplo, el contraste que contamos en Nintendo 3DS y Wii U. Fueron las consolas pioneras en brindarnos carpetas para organizar nuestro catálogo digital, pero sin embargo son un completo desastre a la hora de acceder a la biblioteca. Hay que dar muchas vueltas hasta dar con el menú y después no permite ordenarlo de ninguna manera. Se muestran en forma de lista un poco detallada (con logo y botones con más información y descarga) de arriba hacia abajo, y ya está. Para colmo, esto es más desastroso en Nintendo Switch.
Por ahora no cuenta con ningún apartado en la consola que nos indique cuáles son los juegos que forman parte de nuestro catálogo: desde la eShop no hay nada. Tan solo hay un pequeño truco desde nuestro perfil, por medio del "Historial de programas usados", pero es algo sobre lo que debería trabajar Nintendo.
Steam
Steam es el servicio que sale mejor parado al brindarnos múltiples posibilidades de organización. Sobre estas líneas está de ejemplo su opción más visual (vista en cuadrícula), con el zoom al mínimo para ver más carátulas de un plumazo. Por defecto los juegos se ordenan de manera alfabética, pero podemos optar por los más recientes, por los que están instalados, nuestros favoritos...
Mi favorita es la vista detallada, con una barra lateral a la izquierda con texto plano para cada juego, ordenados según categoría (las que vienen por defecto, que son Juegos y Favoritos) y con opción a crear más, incluso pudiendo repetir un juego en distintas categorías. Si un juego está instalado, se resaltará su texto en blanco, de lo contrario aparecerá con color grisáceo. Procedimiento que se repite con la vista en formato lista, valga la redundancia, la cuál nos ofrece a mayores otras opciones interesantes para gestionar nuestro catálogo: metascore (su puntuación de media) o la última vez que lo iniciamos. Muy prácticos.
A destacar también el modo Big Picture, con opción a ver en todo momento cuáles son compatibles para jugar con mando en vez de ratón y teclado.
GOG
GOG, por su parte, ofrece dos vistas básicas: como lista o en plan estantería (imagen superior). Y es precisamente esta última la más llamativa por intentar emular cómo se vería en nuestra habitación... echándole imaginación, claro.
No hay opción para aplicar zoom, pero sí contamos con un montón de filtros para ordenar nuestra biblioteca que van desde lo básico, como la fecha de compra o de manera alfabética, hasta puntos más concretos, como género, sistema operativo, idioma o características especiales (por ejemplo, si queremos ordenarla por juegos que ofrezcan modo cooperativo o con soporte para mando).
Y no olvidemos que en el caso de GOG, al ser un servicio que brinda juegos sin DRM, podemos descargarlos en cualquier momento y organizarlos por carpetas en nuestra computadora. O crear un surtido de DVD por sagas, géneros... lo que deseemos. Por lo tanto, es tanto digital como físico. La única excepción.
PlayStation Network
PS4 mejoró mucho tras su firmware 4.00. Con aquel diseño llegaron las carpetas y una mejor organización para nuestra biblioteca, aunque ésta siga siendo mejorable. Al fin y al cabo, no diferencia entre juego comprado o canjeado de PlayStation Plus. Podemos ordenar, eso sí, de manera alfabética, por fecha de compra o instalación, sin embargo no podemos borrar un juego de la lista. Pensad en una beta, por ejemplo. No hay forma humana para ocultarla. Mal.
Al menos las carpetas sí que han supuesto un avance, un aspecto en el que siempre han destacado 3DS y Wii U, al permitirnos ordenar nuestro catálogo al gusto que nos plazca. Desde una carpeta específica para los incentivos de PlayStation Plus hasta los clásicos de PS2 que se están reeditando en PS4, pasando por esos Platinos que tengamos a tiro... Las posibilidades son infinitas y luego podemos ordenar cada juego dentro de la misma carpeta. Bien.
Xbox Live
Xbox Live, por su parte, ha cambiado drásticamente estos años. Tras múltiples experimentos, ha adoptado recientemente el diseño Fluent, donde podemos modificar a placer el menú principal y en donde, a su vez, se ha optimizado la biblioteca, pudiendo separar entre juegos de Xbox, Xbox 360 y Xbox One.
En cuanto a la forma de organizar dicha sección, está la habitual forma alfabética (incluso agrupando juegos por letra o caracter), por último uso o última actualización, y finalmente por tamaño. El problema es que, al contrario que las consolas de Nintendo o PS4 y Vita, no podemos crear carpetas. En su defecto tenemos las Marcas, con un límite de 40 iconos, para mostrarse en el menú principal de la consola. Y pudiendo ordenarlos después a placer. Al menos Xbox One, al igual que GOG y Steam, nos permite ocultar juegos de nuestro catálogo.
En definitiva, cada plataforma cuenta con distintas formas de organizar nuestra biblioteca digital, pero a la vista está que no todas cuentan con las mismas herramientas para lograrlo. ¿Vosotros qué echáis más en falta?
En VidaExtra | La invasión digital silenciosa
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