Nintendo lo tiene claro: asegurar su fuerza laboral es importante para su crecimiento a largo plazo. Esa misma frase fue empleada por Shuntaro Furukawa, el actual presidente de la compañía, y lo mejor es que se trata de mucho más que una declaración de intenciones. Tras su reciente reporte de beneficios a los accionistas, se ha anunciado un aumento del 10% del salario a todos sus empleados en Japón.
Una acción que contrasta con lo que se está viviendo al otro lado del Pacífico, dónde compañías como Microsoft, Amazon o Google, entre otras muchas, deben afrontar miles de despidos frente al nuevo panorama que se dibuja. ¿Cómo es posible? Bueno, en cierto modo todos contamos con que Nintendo opera en una dimensión paralela al resto de la industria del videojuego, y por eso nos gusta tanto, pero hay otros motivos más específicos detrás.
De entrada, este el ejercicio anterior ha sido especialmente positivo. Tal y como se esperaba: Nintendo Switch ya es la tercera consola más vendida de la historia, desbancando a PS4 y Game Boy, y las nuevas entregas de Pokémon -sin ser perfectas- han llegado a más de 20 millones de hogares en poco más de un mes. Recordemos que cuando tocaban las vacas flacas los propios presidentes de Nintendo se recortaban el sueldo.
Por otro lado, y según Furukawa, esto también tiene un propósito todavía mayor que el recompensar a sus trabajadores: este incremento salarial, el cual también se aplica a los nuevos empleados, impulsará el poder de contratación de Nintendo y, por extensión, atraerá nuevos talentos. Algo crucial dado que, no perdamos la perspectiva, el contexto económico global va en la dirección contraria.
Buenas noticias para Nintendo, pero la industria atraviesa un movimiento delicado
En agosto de 2022 Sony tomó la iniciativa de aumentar el precio de PS5 con efecto inmediato. Si bien, había toda una serie de motivos que lo llevaron a tomar esa decisión, la propia compañía achacó este cambio a la inflación. Meses después, Ubisoft se vió en la tesitura de cancelar juegos para sostener los ya anunciados y replantear su estrategia. En los últimos meses hemos sido testigos de cómo Google, Meta o Microsoft, incluyendo sus divisiones de videojuegos, debían afrontar despidos.
Si hay una compañía especializada en gestionar recursos, esa es Nintendo. Y para muestra, todo lo que logra con el hardware de Switch a base de buenas ideas y ese toque de magia propio que se mide sus lanzamientos más divertidos, como Animal Crossing o Splatoon, con el de producciones mastodónticas. Con todo, esta decisión de aumentar el salario va más allá de las oficinas de la Gran N.
El gobierno japonés de Fumio Kishida inició su propio plan de contingencia para paliar la inflación haciendo un llamamiento a las compañías establecidas en el país nipón. En él, y de cara a afrontar su ronda anual de negociaciones laborales, se solicitó que se aumentasen los salarios a medida que la inflación continúa aumentando.
Lógicamente, cumplir con este plan es algo que no está en disposición de todas las compañías japonesas, pero el actual contexto de Nintendo si da pie a que se pueda ofrecer un aumento de un 10% a todos sus trabajadores. Algo que, como comentamos más arriba, se convertirá en un reclamo adicional a la hora de atraer talento y, por extensión, de cara a sus futuros planes.
Por lo pronto, el futuro de Nintendo pinta de maravilla: además de la nueva venida de Kirby, el inminente Nintendo Direct quiere dejarnos un calendario para la primera mitad de 2023, y en mayo los fans de The Legend of Zelda tenemos uno de los juegos más esperados de toda la historia de Switch: nada menos que la secuela de Breath of the Wild. Si se cumplen las expectativas, 2023 va a ser un año extraordinario para Nintendo.
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