Mi compañero Ruben nos hacía saber hace unas horas que Wii U había colocado 400.000 máquinas en el Black Friday norteamericano. Resultaba una cifra increíble que nos hacía saber del buen arranque de la nueva máquina de Nintendo. Pero es que Microsoft con su veterana Xbox 360 ha relativizado esa cifra.
El público se lanzó a las calles para comprar esquivando los impuestos que encarecen los productos y se llevó a casa nada menos que 750.000 consolas Xbox. Resulta sorprendente que una máquina con siete años en el mercado despierte aún esta locura. Es su país de origen sí, pero estos números ponen en evidencia a los que hablan de una generación agotada.
Vale, es el viernes negro y este periodo siempre se ve asociado a cifras mareantes, pero es que en las mismas fechas del año pasado se vendió un 50% menos. Y hablamos eminentemente de un público hardcore: el incremento también se dio en la actividad online con un 43% más de actividad en Xbox Live.
¿Qué significa esto? A la espera de las cifras de Sony y su PS3 cabría pensar que, con los tiempos que corren, más vale un producto asequible en precio y con un sólido catálogo que una futurible nueva (e inevitablemente más cara) generación de consolas.
Vía | Major Nelson
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