Siempre me ha gustado aquello de “cada maestrillo tiene su librillo”, que en el mundo del videojuego estaría más enfocado a esos pequeños trucos o estrategias que tenemos cada uno, pero también a cómo enfocamos la mejor forma de jugar, por ejemplo con el controlador adecuado. Plataformas con pad, joystick para simuladores, volantes para conducción, ratón para aventuras gráficas ¿y los juegos de lucha?
Pues ahí están los torneos profesionales para demostrar que, aunque haya máquinas que prefieran enfrentarse a sus rivales con el primer mando de PSX, el arcade stick parte con ventaja. Tras anunciarse su lanzamiento en el pasado EVO 2014 ahora tenemos la oportunidad de echarle el guante a una de las últimas propuestas en llegar al mercado, el Razer Atrox Arcade Stick para Xbox One.
Razer Atrox no es ni un juguete ni un capricho
Cualquiera que haya pasado más tiempo en un salón recreativo que estudiando tarde o temprano se plantea la compra de una recreativa o, en su defecto por ser algo más asequible, un arcade stick con el que jugar a sus títulos de lucha favoritos. Es precisamente ahí donde nace el primer punto de inflexión respecto a la compra del Atrox para Xbox One.
En primer lugar porque no es un accesorio apto para caprichos, su precio (199,99 euros) lo impide, pero no es el único culpable.
Hablamos de un dispositivo enfocado a aquellos que pueden tirarse años dándole caña a cada nuevo 'Street Fighter', al jugador de Xbox One que sigue aprovechando la inversión del pase de temporada de 'Killer Instinct' pese a haber encontrado ya su personaje favorito y, además entiende del tema hasta el punto de querer trastear con el cacharro.
Una golosina para los modders
Su mayor baza es la misma que ya tenía el Atrox de Xbox 360, la posibilidad de pulsar el botón iluminado de la parte inferior del cacharro y abrir la puerta a las tripas del aparato, la zona en la que se guarda la segunda palanca intercambiable y el destornillador imantado que nos permitirá modificarlo hasta la extenuación, ya sea añadiendo placa a su suelo plagado de agujeros para atornillar o modificando el mapeado de sus botones Sanwa.
Es ahí donde se marca la diferencia entre un capricho caro y un dispositivo al que sacarle el máximo partido con el paso de los años, cuando los lanzamientos del género se puedan contar con más dedos que los de una mano y los modders decidan exprimir sus posibilidades al máximo cambiando piezas.
La diferencia entre jugar y jugar bien
Tampoco hay quejas respecto a su ergonomía y materiales, el que está acostumbrado a saber lo que valen estos cacharros siempre los trata con más mimo del habitual, así que para comprobar su estabilidad en la mesa gracias a la superficie gomosa inferior le coloqué enfrente a uno de esos jugadores machaca botones que nunca sabe lo que está haciendo pero acaba ganando las peleas en las que tú te has quedado atascados.
El Atrox aguantó una lluvia de dedos enfurecidos y giros de palanca cercanos al estrangulamiento por venganza como un campeón, sin sufrir lo más mínimo, y el interruptor para limitar las acciones como ir a menú evitó que los manotazos propinados pausasen el juego en más de una ocasión.
La experiencia fue igual de satisfactoria a manos de alguien que sí sabe a que se enfrenta, con una respuesta formidable en cada acción hasta el punto de percatarte hasta qué punto puede ser una joya que marque la diferencia en un encuentro profesional. Los que no dominen su estilo y vengan de jugar con el pad, como es lógico, sufrirán las primeras semanas hasta encontrarle el punto ideal, pero es algo que también ocurriría con cualquier otro arcade stick.
Tras ello quedan las cucamonadas como intercambiar la imagen superior levantando el panel que la protege o lo pejiquero que puede llegar a ser uno respecto a la idea de tirar de conexión por cable o inalámbrica. Siempre he sido de los que prefieren la primera opción, la que ofrece este Razer Atrox, pero los que tengan miedo a los tirones de cable tienen un seguro de vida con el atornillado de los 4 metros de cable USB.
Conclusión
Recapitulando sobre mi experiencia con este arcade stick lo lógico sería hablar sobre si yo me compraría o no un aparato así, y me ciño a lo que os comentaba al principio sobre ello. No soy ningún fanático de los juegos de lucha y tampoco de abrir aparatos para trastear con sus componentes, así que para mi sería poco más que un capricho innecesario.
Si tú estás al otro lado del río, buscando componentes en y planteándote la construcción de un arcade stick que aguante una generación a pleno rendimiento, en el Razer Atrox de Xbox One tienes una opción más que recomendable, un dispositivo que se ha creado con la idea de satisfacerte en mente, pero no a cualquier precio. A partir de ahí, la decisión es tuya.
El arcade stick Razer Atrox para Xbox One ha sido cedido por parte de Razer para que pudiésemos probarlo y analizarlo.
Página oficial | Razer
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