Vender un producto con el que pierdes dinero cada vez que alguien lo compra. Suena bastante raro ¿verdad? En cambio es una práctica bastante habitual entre algunos fabricantes de hardware que entienden que pese a que al principio los costes de producción de su dispositivo, por ejemplo una consola, sean superiores al precio de venta con el paso del tiempo se ira igualando la diferencia hasta invertirse. Es ahí cuando el aparato en cuestión pasa a dar beneficios por unidad vendida. Microsoft y Sony lo suelen hacer así con sus consolas, Nintendo es harina de otro costal.
La empresa japonesa suele medir mucho más sus costes de producción y lanzar productos que, a poder ser, ya representan un beneficio por unidad vendida. En el caso de Nintendo 3DS rompieron la costumbre por culpa de la drástica rebaja de precio a la que sometieron a su consola a los pocos meses del lanzamiento. En ese momento fabricar cada unidad de Nintendo 3DS pasaba a costar más que su precio de venta. Una situación que, sumada a otras, dio como resultado unos balances económicos más negativos de lo esperado.
Situación que parece haber cambiado ya que Nintendo ha vuelto a recuperar el equilibrio entre el coste de fabricación de la consola y el precio de venta. Ya están ganando dinero con cada unidad vendida y recuperando su modelo habitual de negocio, trastabillado por la fría acogida de 3DS durante sus primeros meses de vida.
Pero es de sabios rectificar y ahora, cuando la portátil ya se fabrica a un precio menor que el de su venta y cuando ha tomado una inercia en ventas muy positiva, se puede entender que la decisión de bajar el precio que tomó Iwata en su momento fue la adecuada. Lanzar un buen producto te da opciones de victoria pero saber adaptarse y reaccionar rápido ante los reveses de su vida comercial para revitalizarlo te da muchas más.
Vía | CVG
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