Los que llevamos un tiempo dándole a esto de los jueguicos estamos familiarizados con el concepto lag, sobre todo cuando nos introducimos de cabeza en esos universos online tan maravillosos que dependen de hosts, servidores y demás parafernalia, pero ¿cómo sería tener lag en la vida real? ¿Cómo sería mover una mano delante de nuestros ojos y no ver ese movimiento hasta pasados unos segundos?
La respuesta a esas inquietantes preguntas la podéis visualizar en este vídeo, donde unos tipos muy majos han decidido tunear un poco el Oculus Rift para trollear con total impunidad el cerebro de algunos conejillos de indias. El resultado, para nosotros que estamos viendo el vídeo aquí tranquilos, es muy cómico. Para los que llevan el Oculus puesto y ven cómo sus movimientos no se corresponden con lo que sus cerebros entienden que debería estar pasando tiene que ser un mindfuck de los buenos.
El retraso entre lo que recoge la cámara situada en la parte superior del Oculus Rift se puede ajustar de tal forma que la realidad no llegue a nuestro cerebro hasta pasados tres segundos, por ejemplo. Tres segundos son una eternidad si estamos jugando a ping pong. Y una maravilla si estamos intentando freír un huevo, sin duda.
Vía | Joystiq
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