El 4K aún nos queda algo lejos, ya no por capacidades técnicas sino por lo mucho que están tardando los distribuidores de contenido en aprovecharlo al 100%, pero lo de jugar a esa resolución es otra historia, y según Netflix es algo que tanto PS4 como Xbox One tienen en sus planes de futuro más próximo.
La liebre la soltaba Forbes, afirmando que la dirección de Netflix ya da por hecho que la próxima revisión de ambas consolas ofrecerá soporte para la reproducción de vídeo 4K, compatibilidad con códec HEVC y conector HDMI 2.0 incluidos. Lo más chocante serían las fechas de esas revisiones, los habituales modelos Slim, que tendrían prevista su llegada este mismo año. ¿Es eso posible?
¿Versiones Slim de PS4 y Xbox One?
Posible, sí; improbable, también. Si 2015 es el año elegido por Microsoft y Sony para darle un empujón a las ventas en forma de revisión de sus consolas es algo que, al menos por el momento, sólo ambas compañías pueden confirmar. Su respuesta, como ya habréis imaginado, es la de siempre, la de "no confirmamos ni desmentimos rumores".
Según las palabras de Neil Hunt, jefe de producto de Netflix, durante el pasado CES de Las Vegas, las palabras de Sony en este aspecto quedarían en meras promesas, el equivalente a "yo no soy nadie para asegurar a ciencia cierta que esto va a ocurrir", pero sí adelantaba que los cambios llegarían con las revisiones que comúnmente hacen las compañías dos años después del lanzamiento de las consolas.
Aquí pegamos el primer traspié, ya que nunca se ha lanzado un modelo Slim con dos años de diferencia respecto al anterior, ni siquiera en el caso de PS3 Super Slim, que llegó en 2012, tres años después del lanzamiento de PS3 Slim. Aquí tenéis la tabla de revisiones y los periodos que se han ido manejando recientemente.
Consola | Año de lanzamiento | Consola | Año de lanzamiento |
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¿Es arriesgado pensar que 2015 puede ser la puerta de entrada a nuevas máquinas? Lo es, y mucho, pero también hay que tener en cuenta otros factores. Puede que en el caso de Sony sea más complicado hablar de un cambio tan repentino, principalmente porque PS4 está funcionando a las mil maravillas y lo está haciendo más por inercia que por méritos propios de la consola o su catálogo.
Más complicada es la situación de Xbox One, con Microsoft cosechando buenos números pero perdiendo la batalla contra Sony por el dominio del mercado actual. Ahí, en busca de esa eterna rebaja de precio que va apareciendo mes sí, mes no, los de Redmond podrían aprovechar la reducción de costes de la máquina para abaratar su fabricación y, por consiguiente, reducir el precio de cara a hacer su compra más atractiva.
Más quitar que añadir, el vicio del modelo Slim
Entramos entonces en el segundo punto del problema, porque abaratar costes siempre conlleva recortar, no ampliar, y es algo que ya hemos vivido en nuestras propias carnes, sobre todo en la pasada generación. Seguro que muchos recordáis, y no precisamente con especial cariño, la desaparición de la retrocompatibilidad y la lectura de tarjetas SD en modelos de PS3 posteriores a los del lanzamiento.
No es ninguna locura imaginar a ambas compañías recortando por un lado para introducir HDMI 2.0, o incluso dejando las máquinas con idénticas funcionalidades pero añadiendo los nuevos puertos.
La clave está en que los actuales sólo soportarían el salto a los 4K a 30fps, y ya sabemos lo controvertido que es también ese último punto durante la actual generación.
Lo que nos lleva a lo que muchos ya estaréis barruntando ¿qué pasa con los modelos actuales?
Pues aún más complicado, porque aunque el tema del códec HEVC podría resolverse con un periférico adicional, el problema de los puertos HDMI 1.4 seguiría ahí, así que eso sólo supondría un parche.
¿Necesitamos consolas 4K en 2015?
La respuesta es no. Primero porque tener una televisión o monitor 4K sería un gasto a sumar, segundo porque el mundo del videojuego no está listo para dar el salto. Si bien es cierto que las resoluciones 4K son algo un poco más común en el mundo del PC, ahí tampoco acaban de explotar al máximo las posibilidades de una resolución a 3840 x 2160 píxeles.
Sí pueden llegar a ello títulos como 'Bioshock Infinite', 'Crysis 3' o 'Diablo 3', pero lo hacen sacrificando una cantidad considerable de imágenes por segundo, manteniéndose en las 30 o difícilmente llegando a ellas. Imaginad entonces cómo sería la situación de las consolas.
Porque claro, esa es otra, si ya vamos sacrificando rendimiento por un lado, imaginad el día que toque mantener resoluciones así de locas. Si hasta Naughty Dog pone excusas para esquivar el tema de los 60fps con 'Uncharted 4', no le pidamos peras al olmo.
¿Además, pueden tirarse a la piscina Microsoft y Sony con un nuevo modelo que deje en mala posición a los actuales? ¿esos que su público más fiel ha abrazado de forma temprana? Si hablásemos de Nintendo a nadie le sorprendería, ya nos tienen acostumbrados a los bailes de hardware, pero tal y como está el patio no creo que Xbox One se arriesgase a abrir otro frente de críticas en el que luchar.
Tal vez el E3 de este año arroje algo de luz sobre el tema, pero francamente, con máquinas que a día de hoy a duras penas pueden ofrecer lo que se enseña en la feria de Los Angeles y con la sombra del downgrade continuo sobrevolando sus cabezas, no sé para qué necesitamos un salto repentino a un 4K que sólo una porción del mercado podrá aprovechar.
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