Siempre he sido muy de 'Battlefield'. Para mí no hay color cuando surgen las comparaciones con su máximo rival, y aún no he visto ningún shooter de su estilo que haya superado al ultra-adictivo 'Battlefield: Bad Company 2'.
Al 'Battlefield 3' también he estado enganchado incontables horas, sin embargo en las posteriores entregas ninguna ha conseguido atraparme lo suficiente. Ni siquiera 'Battlefield 1', y eso que me las prometía felices tras su impactante tráiler inicial, arrasando en positivos y creando el efecto contrario en COD.
Sin embargo, compré de lanzamiento 'Battlefield 1' y jugué unas pocas horas. Pese a que me pareció un FPS espectacular, no logró maravillarme como los clásicos de la pasada década y lo acabé dejando en el olvido... hasta ayer, con motivo de Turning Tides, la tercera de las cuatro expansiones que tendrá.
No deja de resultar curioso que en todo un año, desde que salió el juego, no haya llegado ni a las diez horas en total (ni siquiera había agotado las que daban de adelanto en EA Access), y que haya echado más, durante ese período, al 'Battlefield 3' de Xbox 360, aprovechando su retrocompatibilidad con Xbox One.
Lo hablé recientemente con mis compañeros. ¿Cómo era posible que 'Battlefield 1', con todo el contenido que está recibiendo, sigase sin engancharme y haya vuelto al 'Battlefield 3' de 2011? La explicación es sencilla: lo familiar.
Cuando no te da tiempo a apuntar con el sniper #Battlefield3 #XboxOneX pic.twitter.com/3Sc0Fm8DMf
— Oscar Bouzo (@jarkendia) 15 de diciembre de 2017
Cualquier excusa es buena para volver
Cuando has echado tantísimas horas a un videojuego y lo tienes tan mamado, ves con mejores ojos seguir con algo conocido que ponerte con algo nuevo a lo que no dejas de ponerle pegas: a pesar del aplaudido cambio de guerra en 'Battlefield 1', eché en falta las ventajas tecnológicas de las últimas entregas.
Tampoco ayudaron la reestructuración de clases o todo el tema de battlepacks (qué manía con las cajas de botín), por ejemplo. De ahí que, tan pronto EA anunció la retrocompatibilidad de 'Battlefield: Bad Company 2' y 'Battlefield 3', tuviese la excusa perfecta para volver a darles caña, especialmente al segundo, al que jugué menos horas en proporción: retomé la campaña y, cómo no, los vicios al multi.
Y luego hubo una tercera a cuchillo xD #Battlefield3 #XboxOneX pic.twitter.com/0KZzHlflS9
— Oscar Bouzo (@jarkendia) 15 de diciembre de 2017
Operación Metro, Frontera del Caspio... Aunque cuente con seis años a sus espaldas y un aspecto técnico más limitado (en consolas el tope de jugadores era inferior al del PC), sigue habiendo gente en las partidas. Hay modos de juego casi vacíos, lógicamente, pero es fácil encontrar partida y sigue siendo una delicia.
Uno se siente como en casa, por lo que se convierte al instante en una opción idónea para cuando no sabemos qué juego poner. El juego comodín, vamos.
No iba a cambiar esas partidas "rápidas" (entrecomillo porque ni son cortas ni se suele jugar una sola) por 'Battlefield 1', pero algo quiso que le diese una oportunidad a este adelanto de Turning Tides. Y ahora sí que tengo mono.
Turning Tides, una metáfora de esta oportunidad
Es un caso bastante atípico, por otro lado. Una expansión que no llega completa, sino partida en dos. Desde hace unos días están disponibles los mapas Cabo Helles (en las playas de Galípoli) y Achi Baba (más al interior de la citada península), aparte de lo habitual en estos casos (más armas, desbloqueos y demás); mientras que en enero llegarán los mapas Heligoland Bight (una batalla naval por los acantilados rojos de Rocky Cove) y Zeebrugge (en el puerto belga).
La batalla del Cabo Helles recuerda, por sensaciones, al desembarco de Normandía... pero a pequeña escala y en un marco histórico distinto, por supuesto. Pero es un sensacional punto de partida para esta expansión, viendo cómo el Imperio Otomano tiene que defender la costa ante el incesante asedio de las fuerzas aliadas. Aquí no hay vehículos terrestres, sólo aéreos y marítimos.
Casi toda la acción transcurre en tierra y a pie, en cualquier caso, con una ristra de trincheras en primera línea y diversos búnkeres en la parte interior, por donde se puede colar el enemigo desde el agua. Esto da pie a que casi cualquier zona sea vulnerable, no solamente la parte frontal, lo que da lugar a que en muchas ocasiones el enemigo nos sorprenda capturando puestos en la retaguardia.
Mientras que Achi Baba evocó en mí, en cierto modo, lo que sentí con la Vietnam del 'Battlefield: Bad Company 2'. Todo es más intenso y se intercalan zonas de poblada vegetación con otras más áridas, pero en este caso sin las distracciones que provocan los vehículos; porque tan solo podremos ir a pie. Es más directo.
Quizás por la combinación de ambos mapas, dando lo mejor del modo Asalto Conquista, haya encontrado la fórmula perfecta para conseguir engancharme y que, tal vez, empiece a profundizar con más ahínco en el resto de contenido publicado hasta la fecha. Sólo sé que, por ahora, quiero seguir con este 'Battlefield 1: Turning Tides' y ver hasta dónde me lleva la corriente. Al menos hasta 2018.
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