‘Postal 2: Paradise Lost’ es el nuevo contenido descargable para el peor juego de la historia. No lo digo yo, lo dicen sus propios creadores en el vídeo de presentación de esta expansión. ¿Por qué deberías comprarla entonces? Es más, ¿es que acaso debes plantearte su adquisición por alguna extraña razón?
Para jugar a ‘Postal 2: Paradise Lost’ hay que disponer del juego original. Por lo visto a la gente de Running With Scissors no le gusta romperse la cabeza ni trabajar más de la cuenta. Eso de hacer una expansión que pueda ser jugada de forma independiente debe de sonarles a brujería. Es más, ni siquiera se han molestado en introducir mejoras: el motor gráfico es el mismo que usaron hace doce años. Igual de feo todo.
Ay, Running With Scissors, qué harías sin Steam
Mike Jaret de Running With Scissors asegura que ‘Postal 2’ volvió de entre los muertos el pasado 2012, cuando el juego entró a formar parte de ese escaparate de lujo llamado Steam. A Valve no le interesaba lo más mínimo, pero a través de su Steam Greenlight, donde es la comunidad la que decide con sus votos qué juegos quiere ver en el servicio, ‘Postal 2’ se hizo un hueco a puñetazos hasta el punto de estar entre los juegos que entraron a Steam en la segunda tanda de Greenlight. Y de no haber sido por un error de Valve se hubiera colado en la primera.
¿Qué ofrece ‘Postal 2: Paradise Lost’? Más de lo mismo: salvajismo y contenidos que buscan la polémica sin miramientos. El “mira, chaval, somos los más cabrones y graciosos del lugar y nos meamos en lo que nos da la real gana”. Y ojo, el estudio se ha asegurado de apuntar bien a sus objetivos. En una determinada misión de la expansión hay que sabotear una compañía rival por orden de la versión virtual de los propios Running With Scissors (sí, ellos mismos se han incluido dentro del juego. Y mandan). El estudio rival es una parodia de Double Fine. Incluso hay que asesinar a Tim Schafer.
A vueltas con el GamerGate
Que sus responsables también se autoparodien en ‘Postal III’ es la excusa ideal para arremeter ahora contra quien les venga en gana y poder decir eso de “no es nada personal, al que le toque pillar, pilla, y ahora le ha tocado a Schafer. Nosotros también pillamos, jajajaja, somos así”. Pero no acaba de colar del todo, ya que aquí entra en juego otro elemento polémico: el GamerGate.
No hablamos de ficción, Running With Scissors dejó muy claro en su momento su posición en defensa de este movimiento y en contra de la opinión de mujeres críticas con ciertos aspectos de algunos videojuegos como Anita Sarkeesian y Zoe Quinn. Tim Schafer, por otro lado, se ha posicionado siempre en contra del GamerGate. Es fácil ver por qué lo eligieron a él y a su estudio para la misión del juego.
En fin, si ‘Postal 2: Paradise Lost’ cumple a nivel jugable, si es entretenido pese a su fealdad y a no haber evolucionado en absoluto con respecto al juego del que parte, pues adelante. Lo curioso es que Running With Scissors acusara a Sarkeesian y compañía de aprovechar el GamerGate para darse publicidad y que ahora sean ellos los que están haciendo lo mismo que criticaron para crear polémica en su expansión y atraer jugadores. Ahí hay un nivel de mala leche bastante importante que no parece nada sano.
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