Destiny 2 es un juego irregular. Es capaz de hacerte sentir como un verdadero dios cuando tú y tus compañeros de escuadra destrozáis salvajemente al jefe final de un asalto entre rayos, fuego y caos, todo de forma fluida y con unos efectos de partículas alucinantes. Pero también tiene la capacidad de cabrearte como pocos cuando te das cuenta de que, en más ocasiones de las que te gustaría, quiere hacerte perder demasiado tiempo con actividades que ni siquiera son divertidas de llevar a cabo.
Desde su lanzamiento he vivido varios momentos en los que he llegado a pensar que Destiny 2 es uno de los mejores juegos de los últimos años, lo reconozco. Así de bien ha hecho Bungie muchas cosas. Pero en no pocas ocasiones también he pensado en abandonarlo y esperar a que salga el siguiente. De hecho recuerdo haberlo dejado aparcado durante un tiempo, tras la recomendable expansión El Estratega, pero con Los Renegados decidí volver. Y me alegro.
Los Renegados, la última expansión hasta la fecha, ha sido lo mejor que le ha pasado a Destiny 2. Trajo los suficientes cambios, mejoras y novedades como para volver a enganchar a cualquier guardián desganado. La historia, centrada en esta ocasión en la muerte de Cayde-6 y la posterior venganza por cuenta del jugador, es maravillosa y está repleta de buenos momentos.
Más allá de eso, Los Renegados nos abrió las puertas a dos nuevas zonas, con especial mención a la Ciudad Onírica, cuyo diseño artístico es fantástico, un nuevo modo de juego híbrido realmente divertido y bien planteado (Gambito), nuevos asaltos, nueva raid… Se convirtió en el tipo de expansión que muchos estábamos esperando: llena de buenos contenidos, secretos y muchas cosas por hacer.
Y llegó la Armería Negra con el Pase Anual
Ha sido con los primeros contenidos del Pase Anual, que cuesta la nada desdeñable cifra de 34,99 euros, donde Destiny 2 ha vuelto a mostrar su peor cara. Partamos de la base de que este pase es totalmente opcional, como las expansiones, y que el perfil de comprador es el de un auténtico fan del juego, un jugador comprometido que le echa todas las horas necesarias a la semana para completar todos los contratos y desafíos, para estar siempre en el máximo nivel de poder.
Una vez aclarado eso, ¿qué es lo que nos hemos encontrado los poseedores del Pase Anual con los primeros contenidos? Básicamente la posibilidad de obtener nuevo armamento poderoso a través de la Armería Negra. En resumen: la Armería Negra trae un nuevo espacio a la Torre, un nuevo personaje con sus propios contratos y una serie de Fraguas Perdidas que hay que encender y que Bungie ha ido metiendo en el juego de forma escalonada.
La mala noticia es que incluso para los jugadores que estuvieran al máximo nivel justo antes de la llegada de la Armería Negra, la actividad de las fraguas era muy exigente. Y no hay ningún problema en disponer de actividades de mayor dificultad, faltaría más, el problema es que encender una fragua es aburrido.
Básicamente esta actividad es una especie de modo horda por tiempo, similar al Protocolo Escalada, en el que hay que ir eliminando enemigos y lanzándole unos orbes a la fragua para encenderla. Al menos esta vez han metido matchmaking y no hay que cruzar los dedos para que otros jugadores se dejen caer por la zona para poder llevarla a cabo.
Pero incluso en el tema del matchmaking hay decisiones que no se entienden, como por ejemplo el hecho de tener que aterrizar en el planeta donde esté la Fragua que queramos encender para luego ir hasta ella en colibrí y, una vez allí, iniciar el matchmaking. ¿Por qué no se puede también seleccionar una fragua desde el mapa, donde están señaladas, para que dé inicio el matchmaking como podemos hacer en los asaltos, por ejemplo? Absurdo.
Y luego ojo, las aventuras que hay que llevar a cabo para conseguir según qué equipamiento de Armería Negra pueden llegar a ser tremendamente largas y aburridas, de esas en las que hay que repetir una y otra vez lo mismo, de esas que no dan ganas ni hacer. Destiny 2 se basa mucho en la repetición de actividades, sí, como los asaltos diarios o los Ocasos semanales, pero además de ser divertidos otorgan equipamiento poderoso. Por contra, para sacarle jugo a lo que ha llegado hasta ahora con el Pase Anual mediante la Armería Negra, resulta que hay que aburrirse. Mucho. Y eso no es lo que queríamos.
Bungie dejó claro que con el Pase Anual quería ofrecer más contenidos para el endgame, que ya está bien de hacer grandes expansiones con historia y pocas recompensas realmente relevantes, pero lo cierto es que por ahora no le está saliendo demasiado bien la jugada.
Veremos qué incluyen los próximos contenidos del Pase Anual que irán llegando a lo largo del año, pero si siguen en este línea creo que me vuelvo a bajar del carro.
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