El modo Warzone de Call of Duty llegó en plena fiebre del battle royale. Fortnite tenía a más de medio mundo totalmente loco y Apex Legends tenía al resto. No fue raro que Activision anunciase su propio modo de juego en una de las franquicias más exitosas de la industria del videojuego.
Todos nos preguntamos qué tenía que ofrecer Warzone más allá de la adictiva jugabilidad de Call of Duty, puesto que sus competidores tenían señas de identidad bastante poderosas: la construcción en Fortnite y la movilidad en Apex Legends. Una de las características más revolucionarias y que distinguió a la nueva promesa fue el Gulag.
Si no estáis versados en Warzone, el Gulag es una prisión a la que van todos los jugadores que mueren en partida. Allí se enfrentan entre sí para determinar quiénes obtienen una segunda oportunidad para volver a la partida (ganadores) y quienes se van al lobby (derrotados). Más tarde se supo que era posible que todos los contendientes podían escapar en caso de unirse. Y un poco más tarde se añadió la posibilidad de ser revivido por los compañeros... por un módico precio.
El escenario ha cambiado con el tiempo y desde entonces toda la comunidad ha pedido a gritos el regreso del original. ¿Qué tiene de especial? Más allá de su estructura ideal, resulta que está inspirado en una de las misiones más épicas de Call of Duty: Modern Warfare 2.
La misión El Gulag de MW2 nos pone en la piel de MacTavish, que asalta una prisión en territorio ruso para rescatar al Prisionero Nº627... que resultó ser el Capitán Price. La huida nos obliga a derruir una pared para tomar un atajo hasta el punto de extracción y ello implica pasar por las duchas. Y es justo en este lugar donde se ambienta el Gulag de Warzone. ¿Os gustó la primera versión o preferís las nuevas?
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