En mi reciente visita a Mallorca con mi hermano Charlie me llevé una sorpresa al acercarme a los recreativos del Festival Park. Aparte de sufrir de lo lindo con el tremendo ruido que allí se generaba (no era normal), en la zona de las recreativas, en donde se podían ver las de siempre ('Time Crisis' y 'The House of the Dead' varios, sin olvidar las de carreras arcade), estaba casi oculta, al lado de los baños, la máquina de 'Silent Hill: The Arcade'. Con lo que echamos una partida de rigor.
El aspecto de la recreativa distaba del que podéis ver de entrada. Nada de esas cortinillas oscuras que proporcionan intimidad, inmersión en la partida, y por lo tanto terror. Entre el ruido de la sala de al lado, el hecho de que el mueble estaba justo al lado de los baños, y la iluminación del local, complicaban en demasía sumergirse en el mundo creado por Konami en este juego que data de 2007.
A esto tuvimos que unirle tanto Charlie como yo el tema de las pistolas, que ya habían sufrido de lo lindo antes de nuestra presencia. Vamos, que fallaban más que una escopeta de feria. Al poco rato, al ver cómo la máquina detectaba dos tercios de mis disparos, tuve que recurrir al socorrido y efectivo método del disparo en plan ametralladora manual. Por ponerle un nombre. El poner el dedo en el gatillo y no parar de moverlo hacia adelante y hacia atrás sin descanso, con lo que no paraba de disparar. Y de paso nos sale una bonita ampolla por tanta fricción. De esa forma compensaba el error del arma al no computar todos los disparos. Al disparar tantos, no se notaba tanto que fallaba.
Tampoco iba muy fina la pistola a la hora de recargar (igual que los shooters sobre raíles de SEGA, disparando fuera de la pantalla), con lo que más complicaciones había y menos estábamos disfrutando. A pesar de ello, llegué con toda la vida hasta el encontronazo contra Pyramid Head. Al principio el duelo fue bien, siendo muy efectiva la técnica con el dedo antes citada, pero mi compañero no tardó en caer, con lo que me complicó mi supervivencia y no tardé en caer después.
Así se esfumaron en total 2 euros, habiendo disfrutado de un trayecto bastante sencillo hasta ese jefe, a la par que poco original. Me recordó bastante a la saga 'The House of the Dead', pero sin su gracia ni emoción. También jugó en su contra la cabina, la iluminación, el sonido, y la pistola, todo hay que decirlo, pero a pesar de ello no se vislumbró nada especial más allá de un producto que se aprovecha del nombre de una saga de culto en los survival horror. No aporta nada al género.
Sin embargo, sí que me gustaría volver a tener la ocasión de volver a jugar a este 'Silent Hill: The Arcade' en condiciones y poder pasármelo. Quién sabe si se acabará rescatando esta recreativa, pero por soñar que no sea. Ahora bien, tampoco me quitará el sueño si Konami finalmente no lo hace.
Imagen | The Arcade Flyer Archive
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