Tras haberse pronunciado Phil Spencer acerca de respetar los acuerdos contractuales con Sony, la saga Call of Duty se mantendrá en las consola de PlayStation. La franquicia de Activision ha adquirido un ritmo de lanzamiento anual, lo cual requiere un gran esfuerzo conjunto en la compañía.
Precisamente en esta línea han comenzado las conversaciones en el seno de Activision. Fuentes de Bloomberg aseguran que "empleados de alto nivel" de la empresa se encuentran discutiendo acerca de la posibilidad de no lanzar un nuevo juego de Call of Duty cada año.
Esta idea, según el medio, se ha extendido entre la plantilla dedicada a la saga, ya que de producirse alegrará a los jugadores y reforzará la visión sobre la franquicia. De hecho, el rendimiento de Call of Duty: Vanguard no ha sido el óptimo, dando más peso a esta postura que no vería la luz hasta el año que viene o incluso más tarde.
Treyarch, Sledgehammer Games, Raven Software, Infinity Ward... son varios los estudios dedicados de una forma u otra a Call of Duty, que ya ha postulado a Warzone como un título sobre el que orbita la nueva entrega de cada año. La fijación en seguir invirtiendo en las obras bélicas ha sido tal desde Activision que incluso reclutaron esfuerzos en Toys for Bob.
Reacciones de los empleados
Más allá del futuro de Call of Duty, Jason Schreier también se ha hecho eco de las reacciones de los trabajadores tras la compra de Activision Blizzard. Más de una docena han asegurado sentir alivio ante un movimiento que sacuda el rumbo que estaba tomando la compañía, acusada de múltiples casos de acoso y abuso sexual.
El posible adiós de Bobby Kotick ha frenado la marcha de algunos empleados, tal y como recoge el medio. La confianza ahora está depositada en Phil Spencer, del cual se espera que sea un líder más fuerte que Kotick, aunque no evita el desagrado de parte de los empleados consultados de que el máximo responsable permanezca en su puesto hasta el cierre total de la compra.
Otra duda que sigue en el aire son los posibles despidos, con Microsoft absorbiendo una masa laboral de prácticamente 10.000 empleados nuevos. Informa la publicación que Bobby Kotick mantuvo una reunión con los trabajadores ayer mismo, 20 de enero, en la que aseguró que "se compromete a tratar de retener a la mayor cantidad posible de nuestra gente". Eso sí, evitó pronunciarse acerca de los temas de acoso o su futuro en Activision Blizzard, limitándose a decir que no hay "nada más importante para mí, aparte de mis hijos" que la propia empresa.
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