El Gamefest llega a su final y evidentemente VidaExtra ha estado aquí viviendo de primera mano uno de los eventos claves del panorama español. Su primera edición, un montón de dudas sobre si funcionaria, la ambición desmedida de convertirse en el E3 del sur de Europa, la mezcla de show y contenido para profesionales, la promesa de novedades, conferencias, la presencia destacada de Steve Ballmer que, se quiera o no, ha dado un impulso brutal a la repercusión del festival… resumiendo, ¿ha mereceido la pena este Gamefest?
Vamos a intentar diseccionarlo para los que no hayáis podido hacer acto de presencia en esta primera edición. Quizá así os forméis una mejor idea de lo que se cuece por aquí y el año que viene acabéis dando un garbeo hasta IFEMA para pasear por el E3 Español. ¿He dicho E3 Español? Sí, señores, a menor escala pero esto huele a futuro E3 Español si sigue creciendo a un buen ritmo.
El futuro E3 español
Puede que dentro de unos años sea mucho más grande y se convierta en toda una revolución anual para la ciudad de Madrid, ojalá. En Los Ángeles sucede con el E3 y durante una semana media ciudad se rellena de carteles gigantes y de héroes de videojuego, el Moscone Center se convierte en el centro del mundo del entretenimiento digital y miles de personas comparten su afición por esta industria durante unos días. Bien, en el Gamefest evidentemente no encontramos nada parecido pero sí que se puede empezar a intuir la semilla de que lo podría llegar a ser.
Cientos de personas o mejor dicho, miles de personas han pasado por el pabellón del evento y todas, desde profesionales del sector hasta jugones que se acercaban para probar juegos que todavía no han salido coincidían en una cosa. Esto se necesitaba.
No es tan grande como podría imaginarse uno, sobre todo si se compara con el TGS o el E3, pero démosle tiempo, que el espíritu es el mismo. El espíritu de los grandes stands, el espíritu de las colas enormes esperando para poder probar títulos a los que les quedan unos meses para salir, el espíritu de encontrarte con los desarrolladores ahí mismo explicando cómo funcionan sus juegos, el espíritu del cosplay, el espíritu del merchandising, de los carteles, de los periféricos, el ver a gente tirada en el suelo comiendo mientras esperan para volver a entrar… sí, no me cabe duda, esto huele a gran evento, esto huele a E3.
Las compañías se lo toman en serio
Y es que se nota que todas las compañías han puesto de su parte, menos Activision por cierto que no ha aparecido. Sony con un stand enorme, con coches deportivos, con máquinas de lujo para probar el ‘Gran Turismo 5’, con televisores 3D en los que poder probar el ‘Killzone 3’, con sesiones de PlayStation Move y con la presencia de desarrolladores a los que poder preguntar cualquier duda.
Microsoft, por su parte, levanto un stand muy inspirado en el del E3 pero añadiendo una plataforma superior en la que se veía jugar a Kinect. Un montón de consolas con juegos, sorteos y consiguiendo el punto fuerte del evento, la presencia del mismísimo Steve Ballmer que, aunque luego tuvo polémica (ya le dedicaremos un post a ese tema), consiguió atraer la atención de todos los medios informativos y darle la relevancia necesaria al anuncio.
Nintendo con su gran stand, sus novedades para Wii y DS, su plató para rodar un anuncio sobre Mario y las gorras rojas del fontanero que, sin duda, han sido uno de los grandes éxitos del evento. Eso sí, con una grave ausencia. Nintendo 3DS no hizo acto de presencia y ni tan sólo una maldita consola pudo ser disfrutada por el público. Será que Nintendo se guarda sus cartas más grandes para las grandes ocasiones. Ellos se lo pierden, esta lo era y el público español se merecía jugarla.
El resto de compañías igual, grandes stands, mucho show, chicas vestidas de cosplay y casi todas las novedades (ya presentadas en el E3 o en el TGS) pero que no se habían podido probar en suelo patrio. Mención especial a la gran tienda de Game que se montó allí mismo, por algo son los patrocinadores oficiales del evento y es que aunque llama la atención que esa tienda tuviese más importancia y espacio que el stand de Konami o Nintendo, por decir algo, imagino que quien pone la pasta manda. Y en este caso más, ya que la pasta estaba muy bien puesta.
El Gamelab… pero no del todo
Una de las cosas que más nos llamó la atención cuando empezamos a enterarnos del planning del festival fue saber de la presencia del Gamelab. Algo no encajaba, un evento como ese, al que acudimos este año en Gijón, destinado principalmente a los profesionales de la industria, a conferencias sobre desarrollo y a establecerse como el principal punto de unión anual entre los estudios y los profesionales del sector no parecía encajar en un evento dedicado al mainstream, a los usuarios, al show business, a la venta y publicidad de juegos y consolas en definitiva.
Y desgraciadamente no nos equivocábamos. Pese a que se estableció una buena serie de conferencias, la calidad del Gamelab en cuanto a contenidos no tiene reproche, es altísima, siempre existió la sensación de que no encajaba allí. Montada una especie de sala de conferencias entre los stands se hacía dificilísimo entender lo que se decía, prestar atención o disfrutar de la calma necesaria para absorber algunos de los interesantes contenidos expuestos.
Entiendo que para publicitar el evento principal, el Gamelab de toda la vida, se haya optado por introducirlo así en este Gamefest. Pero sería terrible el llegar incluso a pensar que este nuevo formato pueda sustituir al anterior, mucho más pensado para ser la GDC española.
Un lugar en donde desarrolladores y futuros desarrolladores comparten ideas y atienden a verdaderas conferencias de las mentes pensantes del sector. Lo dicho, se agradece el esfuerzo pero quizá el entorno no era el más adecuado. No es lo mismo dar conferencias temáticas a profesionales o a gente interesada por el mundillo del desarrollo que a familias con niños, canis que arman bulla o simples mirones que no acaban de entender qué demonios hace allí sentada toda esa gente en lugar de disfrutar de una partida al ‘Gran Turismo 5’. Eso sí, a nivel de asistentes a las charlas ningún reproche. Éxito total.
Comentar también algo sobre la feria Retromadrid. Un rincón del recinto dedicado a rememorar viejos tiempos en el que se nos permitía jugar con verdaderas reliquias de la industria del entretenimiento. Esperemos que para futuras ediciones del Gamefest cuenten con un apoyo económico mayor y puedan envolver con toda la gloria que se merecen esos modelos, algunos con más de 20 años, que todavía aguantan en funcionamiento y que tantas horas de diversión han conseguido.
Hay que tener paciencia…
Evidentemente el evento no ha sido perfecto, eso está claro, pero hay que tomarlo como lo que es. Una primera vez. Una gran primera vez, diría yo. El margen de mejora es infinito, los mimbres de gran calidad ya están aquí y crecer y convertirse en el E3 del Sur de Europa es algo real, no un sueño o una quimera.
Faltarán más metros, conferencias de gente importante del sector, ver a los responsables españoles de Microsoft, Sony y Nintendo dando una conferencia a los asistentes y presentando alguna que otra novedad desconocida, atraer a famosos, convencer a todas las compañías del sector, apostar por los desarrolladores independientes, conseguir el apoyo de más instituciones y acabar dominando la actualidad informativa durante los tres o cuatro días que dura. Sí, falta todo eso pero yo no tengo duda de que se conseguirá.
Eso sí, me voy después de tres días con un pequeño anhelo para el futuro y que espero se resuelva. Quiero ver más producto español. Quiero un lugar en el que se puedan jugar títulos desarrollados exclusivamente en España, un apoyo a los independientes, a los amateurs, quiero a muchos más desarrolladores españoles reclamando el trono y gritando a los cuatro vientos que aquí, en el Gamefest, tienen representación y respaldo.
Si en la segunda edición se consigue este último punto yo me daré por satisfecho. El Gamefest ha llegado para quedarse, los miles de asistentes que han pasado por él lo confirman. España necesitaba algo así de grande y con este impulso y ya lo tenemos. ¿Evolucionará hasta convertirse en algo más grande? Ojalá. Nosotros, sin duda, tenemos una nueva cita anual. Y vosotros también deberíais tenerla.
Gracias a Josep Valls por las fotos.
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