Parece inevitable la unión entre el Lego y cualquier tipo de creación digital. Esos pequeños pixels físicos que son los bloques de construcción siempre han sido uno de los juguetes favoritos dentro del gremio de los programadores, y parece que con la explosión del pixel-art también lo han sido en el de los artistas. Si no ¿cómo se explica que alguien se dedique a recrear clásicos juegos de NES con estos pequeños trozos de plástico? Algunos lo llamarán demencia u obsesión, a mi me gusta más llamarlo creatividad. Y si no echadle un vistazo a las últimas creaciones de uno de los redactores de The New Gamer a ver que os parecen.
Vía | The New Gamer
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Sería de algún tipo de indicaciones sobre el contenido de estos videojuegos. Muchos de los usuarios son los niños y los padres no saben lo que les están regalando. No es lo mismo un juego violento que no. O uno sexista de otro que no lo es. O el que está fomentando la homofobia del que no lo hace, etc. No hablamos de prohibir, sino de informar.