Da igual los años que pasen: el legado de la Super Nintendo sigue vivo 30 años después. El exquisitamente pixelado aspecto -y color- de sus juegos, su manera de llevar un paso al frente la jugabilidad a través del brillante uso de su hardware y esos chips que daban alas extra a sus cartuchos y sus mandos de seis botones asentaron -con maestría- los cimientos de la industria del videojuego. Y, a la vez, representan una época tan fascinante como intensa para los jugadores.
Porque, siendo justos, la segunda consola de Nintendo fue más una evolución de la NES que una revolución. O más bien, el inicio de una nueva etapa con vistas unos jugadores más exigentes y unos creativos más inquietos. Dando forma concreta y palpable a lo que hoy conocemos como magia nintendera, tanto en sus etapas más experimentales -que las tuvo- como durante su propio ocaso.
Un éxito que no igualó la cantidad de consolas vendidas de su antecesora (siendo justos, la NES no tuvo rivales tan potentes a los que enfrentarse) pero cuyos grandes éxitos, como ocurre con los de Mega Drive, continúan jugándose en la actualidad. No solo por su merecida consideración como clásicos de su tiempo; sino por sus experiencias universales de carácter atemporal.
Un legado que arrancó en sus exitosos primeros años, se cimentó durante la Guerra de Consolas frente a la emergente -y atrevida- SEGA y quedó perpetuado en el modo en el que le plantó cara a los sistemas de 32 bits a base de citas obligadas y joyas imprescindibles.
Lo suficiente como para que, décadas después, juegazos como The Legend of Zelda: A Link to the Past, Super Metroid o Chrono Trigger continúen teniendo un peso y una presencia muy especial entre los creativos y apasionados por los videojuegos. Y si bien la nostalgia cuenta con su propio peso, también es justo valorar cómo estos juegos hoy logran cautivar a nuevos jugadores. Ya bien sea montando sobre Yoshi o viajando por el tiempo con Chrono y su troupe.
En parte, esto es debido a cómo el hardware del cariñosamente apodado Cerebro de la Bestia consiguió volarnos la cabeza. No solo por el salto técnico frente a la NES, sino a que su manera de sacar partido a sus ases en la manga, como el mítico Mode 7 o la posibilidad de incorporar el Chip SuperFX a sus cartuchos. Incluso, permitiéndonos jugar a los juegos de Game Boy a través de un sencillo adaptador.
Logrando que su hardware hiciera lo imposible, incluso en esos dos larguísimos años en los que coincidió con PlayStation y Saturn en las estanterías.
Y, pese a todo, la SNES es una consola cuyo catálogo esquiva con maestría el problema de la retrorotura tanto en lo visual como en lo jugable. Enamorando décadas después a nuevas generaciones de jugadores. Y la Gran N es plenamente consciente de ello.
El Cerebro de la Bestia de Nintendo
La NES le dio a Nintendo una posición merecidamente privilegiada en la industria del videojuego, y esto se debía a múltiples factores: tras el histórico batacazo de Atari, la Gran N convirtió las maquinitas con cartuchos intercambiables en un fenómeno. Controlando la calidad de cada juego, estudiando las mejores oportunidades comerciales y asegurándose que las licencias más potentes convergiesen en su sistema. Primero en Japón y luego en el resto del mundo,
Nintendo no tenía el monopolio de los videojuegos en sobremesas, pero casi: su NES estaba muy por encima de cualquier otra alternativa. Y eso significaba que en cierto modo controlaba la industria y, por extensión, que los desarrolladores de software debían aceptar sus condiciones para poder publicar cinco juegos al año (como máximo) en la consola de 8 bits .
Entre 1987 y 1988 la propia industria comenzó a evolucionar: mientras Super Mario Bros. 3 arrasaba en Japón, la realidad es que ya había otros sistemas mucho más avanzados y capaces de ofrecer mejores experiencias de juego. Y no solo eso: la Mega Drive de SEGA permitía jugar a sus exitazos de las recreativas en casa. Había llegado el momento de dar forma a la sucesora de la NES.
La conocida como Super Famicom System (recordemos que la análoga de la NES en Japón es la Famicom) fue oficialmente anunciada al mundo en 1987 y presentada un año después. Aquello era una mirada al futuro: la cantidad de sprites y colores en pantalla (su paleta era de 32.768 colores) era atronadora y su DSP (Digital Signal Processor) prometían posibilidades infinitas: ahora era posible girar y doblar en tres dimensiones grandes formas en 2D.
Aquella toma de contacto se redondeó con grandes anuncios: además de las demos visuales, se adelantó que cuatro juegos estarían de lanzamiento (incluyendo Super Mario Bros. 4 y Zelda 3) y que se pondría a la venta en Japón en 1989. La realidad es que hubo que esperar un poquito más para que todas esas promesas se hiciesen realidad en el país nipón y tres eternos años para que llegase a Europa.
El 21 de noviembre de 1990 vería la luz la nueva consola de Nintendo: la Super Famicom. A primera vista, lo primero que destacaba eran sus mandos de seis botones (cuatro frontales y dos superiores) y su acabado mucho más moderno y elegante que el de una Famicom cuyas formas revelaban que había sido lanzada a principios de los 80.
Pero su verdadera evolución lucía en los televisores: Nintendo se había superado a sí misma con un Super Mario World en el que la superestrella bigotuda superó cualquier expectativa. Y aquello solo era el principio de lo que estaba por venir.
Choque de titanes: SNES vs. Mega Drive
La Super Famicom fue un éxito abrumador. En la primera hora se vendieron nada menos que 300.000 consolas en Japón (una barbaridad) e incluso hubo efectos colaterales:
- Por un lado, y para poder mitigar el furor de los compradores, el gobierno nipón solicitó que los lanzamientos de consola tuviesen lugar los fines de semana.
- Por otro lado, los envíos y transportes de consolas se realizaban de noche para prevenir actos de criminalidad (a veces perpetrados por la Yakuza).
Nintendo posicionó de maravilla su nueva consola en Japón desde el primer minuto y los fans nipones estaban deseosos de sumergirse en las posibilidades de aquel nuevo sistema. Aquel fenómeno había arrancado con muy bien pie.
No obstante, la industria del videojuego estaba en una fase muy diferente en el resto del mundo: SEGA había empezado a tomar posiciones en Estados Unidos gracias a la ventaja táctica de enfrentar a la Mega Drive con la NES y tenía una réplica para el lanzamiento de la siguiente consola de Nintendo: su nuevo abanderado Sonic The Hedgehog.
Además, el catálogo de juegos del sistema de SEGA era mucho mayor y más variado que el que ofrecería Super Nintendo esas Navidades. Y a la hora de publicitarse se recordó que con un sencillo dispositivo podías jugar a los juegos de generación anterior. Lo cual era una indirecta muy directa a Nintendo: los juegos de NES no se podrían llevar al sistema de 16 bits que llegará a las estanterías de Estados Unidos, tras un par de retrasos, en 1991.
Como ocurrió con la NES, Nintendo of America no solo rediseñó la propia consola, dándole un aspecto más industrial y menos redondeado, sino que estableció un bloqueo regional. A fin de cuentas, tener un control sobre la distribución del hardware y el software fueron clave para evitar el fracaso de Atari casi una década antes.
Y lo mismo ocurrió en el caso del modelo europeo, el cual mantendría el diseño nipón, pese a que llegaría en un muy tardío 1992.
A modo de anécdota, en España la licencia de distribución del nuevo sistema de Nintendo pasó a manos de Erbe (como ocurrió con Game Boy). Sin embargo, hubo otras distribuidoras que importaron modelos PAL procedentes de Alemania y otros países aprovechando el fuerte impulso que tenía la consola y que Nintendo no la distribuía -ni sus juegos- de manera directa.
Por su parte, y junto con los comerciales habituales, Erbe ofreció a través de las revistas especializadas videos promocionales en las que no solo se promovía el salto de calidad, sino que se hacía latente el roce entre la SNES y la Mega Drive.
Y no solo eso: la Super Nintendo se arropó de verdaderos juegazos: Super Castlevania IV y TMNT: Turtles in Time de Konami eran poderosos reclamos. Pero el mayor bombazo lo dio Capcom: Street Fighter II llegó al Cerebro de la Bestia a través de una conversión espectacular. Aquello era todo un vendeconsolas.
Y, pese a todo, el imparable auge de Mega Drive eclipsaba los logros de SNES.
En 1992 el éxito de SNES era a nivel global. Sin embargo, su posición no era tan predominante. Al menos en occidente. SEGA había hecho las tareas y poco a poco iba ganando terreno a base de imprescindibles propios, alianzas muy potentes y licencias compartidas. De hecho, uno de los mayores golpes que recibió Nintendo le llegó cuando varias de las compañías clave de japón como Konami, Capcom o Tecmo empezaron a llevar sus sagas clave a Mega Drive.
Si bien había juegos como Mortal Kombat y sus secuelas que aparecían directamente en ambas consolas, también era frecuente que se lanzasen diferentes versiones del mismo juego para intentar que todo el mundo saliese beneficiado.
Por ejemplo, el caso de Street Fighter II Turbo de SNES y el Street Fighter II Special Champion Edition de Mega Drive.
En honor a la verdad, a veces las diferencias entre los juegos de ambos sistemas quedaban reducidas a unos mejores acabados en uno u otro sistema. Sin embargo, las políticas menos severas de SEGA para con sus juegos no solo le garantizaron más alianzas. Por poner un ejemplo, el hecho de que fuese posible introducir un extra de sangre en Mortal Kombat (a través de un truco) garantizó que se vendiesen el triple de copias en Mega Drive frente a SNES.
Si bien había géneros en los que una consola brillaba sobre la otra (Mega Drive en deportes y SNES en JRPGs) lo cierto es que Nintendo contaba con tres ventajas clave:
- Sus licencias propias no solo eran exclusivas, sino que eran conocidas más allá de los videojuegos.
- La tecnología interna de la SNES permitía ofrecer experiencias imposibles. Como un Super Mario Kart que sacaba a lucir las posibilidades del mode 7.
- Y, como arma secreta, la SNES se diseñó para que sus juegos pudiesen beneficiarse de nueva tecnología integrada en sus propios cartuchos.
Tres factores que combinados daban pie a milagros técnicos como Star Fox y acabados alucinantes como los de Super Mario World 2: Yoshi’s Island.
Con todo, Nintendo continuó expandiendo sus horizontes con toda clase de inventos y experimentos, incluyendo un Mario Paint que nos invitaba a usar el ratón en el Cerebro de la Bestia y, mucho después, un aclamadísimo adaptador con el que poder jugar a los títulos de Game Boy en sobremesa: el Super Game Boy.
Curiosamente, el mismo año en el que tuvo lugar la llegada del Super Game Boy a SNES, SEGA se preparaba para el lanzamiento de su nueva generación de consolas: la SEGA Saturn era el paso definitivo a los sistemas de 32 bits. Y no llegaba sola a las estanterías de Japón: tras una asociación que acabó en agua de borrajas, Sony decidió hacerle frente a Nintendo en su propio terreno con PlayStation, su propia consola.
Podría parecer que la SNES estaba contra las cuerdas. Sin embargo, fue en esos últimos compases donde Nintendo y las Third Parties más se lucieron, ofreciendo algunos de los mejores juegos de la década y de la propia historia del videojuego. Incluyendo:
- Square lanzó Final Fantasy VI, Chrono Trigger y una alocada sorpresa: Super Mario RPG.
- Capcom le dio un giro total a Ghouls & Goblins con Demon's Crest, y de paso lanzó la tercera entrega de Final Fight y una logradísima conversión de Street Fighter Alpha 2.
- Rare se convirtió en una de las mejores aliadas de Nintendo con la saga Donkey Kong Country y le regaló uno de los mejores juegos de lucha de los 16 bits: Killer Instinct.
- Y, como es de esperar, Nintendo no dejó de sacar un juegazo tras otro. Incluyendo Earthbound, Kirby's Dream Land 3 y el glorioso Super Metroid.
Suficientes bombazos para que el Cerebro de la Bestia aguantase muy dignamente hasta que Nintendo pudo darle el relevo con la Nintendo 64. Y, a la vez, excusas para expandir su ciclo de vida: los últimos modelos de Super Famicom fueron producidos en Japón en septiembre de 2003.
30 juegazos atemporales
Un total de 1.757 títulos fueron publicados de manera oficial para Super Nintendo. Menos de la mitad (717 juegos) llegaron a Estados Unidos y en territorios PAL no nos fue mucho mejor (521 juegos); siendo la Super Famicom de Japón y sus 1.448 títulos licenciados la máxima beneficiada.
Lógicamente, muchos de los juegos de EE UU y Europa jamás llegaron al país del sol naciente. Y, por otro lado, existe una enorme cantidad de títulos cuyo género, temática licencia o coste de localización dificultaban su salida más allá de Japón. Sobre todo, si estaban basadas en una serie o marca muy Made in Japan. Y pese a todo, había sistemas y adaptadores que facilitaron la llegada de títulos muy concretos al mercado global.
A modo de curiosidad, 231 juegos fueron publicados en Japón para el periférico Satellaview, el cual -como el SEGA Channel de Mega Drive- permitía descargar juegos y contenidos directamente al Cerebro de la Bestia. Por ello, hacer una selección de los 30 títulos más destacados (uno por cada año de la 16 bits nintendera) es un desafío que dejará demasiados juegazos en el tintero.
Entre todos podemos ampliar el listado a través de los comentarios. Y pese a que no están todos los que son, aquí tienes 30 juegos que cimentaron el legado de la SNES.
ActRaiser
- Fecha: 1990
- Desarrollador: Quintet, Square Enix
Quintet fusionó con acierto experiencias tan diferentes como la acción plataformera, los city builders y la simulación de deidades, logrando una de las primeras sorpresas de la SNES.
Aladdin
- Fecha: 1990
- Desarrollador: Capcom
La versión de Capcom del clásico animado de Disney quizás no lucía tan bien como su homólogo de Mega Drive, pero eso no le resta puntos a la hora de ser considerado un auténtico juegazo.
Chrono Trigger
- Fecha: 1995
- Desarrollador: Squaresoft
Squaresoft reunió un auténtico Dream Team (incluyendo al mismísimo Akira Toriyama) para dar forma a uno de los JRPGS más queridos y aclamados de la historia.
Demon's Crest
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Capcom
Tras numerosas gestas combatiendo como Sir Arthur, Capcom llevó a la soberbia saga de spin-offs Gargoyle's Quest al siguiente nivel en la sobremesa de Nintendo.
Donkey Kong Country
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Rare
Rare tuvo la oportunidad de usar uno de los máximos iconos de Nintendo y la aprovechó con maestría: las tres entregas de la trilogía de Donkey Kong Country para SNES se encuentran entre los mejores juegos de plataformas de la década.
Earthbound
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Nintendo, HAL Laboratory
Earthbound es una de las máximas joyas de la Super Nintendo: lanzado en Japón como Mother 2: Giygas Strikes Back, este RPG puede parecer humilde en lo visual, pero el tiempo lo ha consolidado como uno de los juegos más influyentes jamás lanzados en los 16 bits.
F-Zero
- Fecha: 1990
- Desarrollador: Nintendo
Nintendo sacó el máximo partido a su mode 7 para dar forma a un sensacional juego de carreras futuristas. Una saga que merece un regreso por todo lo alto.
Final Fantasy VI
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Squaresoft
Publicado en Estados Unidos como Final Fantasy III , dada la intermitente racha de lanzamientos de los JRPGs de Squaresoft en occidente, la aventura de Terra Branford fue una despedida por todo lo alto de la serie para los sistemas de Nintendo. Una de las mejores entregas de toda la saga.
International Superstar Soccer Deluxe
- Fecha: 1995
- Desarrollador: Konami
La rivalidad por ser la experiencia futbolera definitiva entre Konami y Electronic Arts arrancó en los 16 bits de Nintendo: International Superstar Soccer Deluxe fue mucho más que la alternativa a FIFA. para muchos, directamente el mejor juego de balompié para la SNES.
Killer Instinct
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Rare
Usando la misma técnica de imágenes prerrenderizadas de Donkey Kong Country, Rare se sacó de la chistera uno de los juegos de lucha más salvajes, intensos y fascinantes jamás publicados para la SNES.
Kirby's Dream Land 3
- Fecha: 1997
- Desarrollador: HAL Laboratory
El último juego de Nintendo oficialmente publicado para el Cerebro de la Bestia es un plataformas sencillamente exquisito. Tanto en lo visual como en lo jugable, la tercera entrega de Kirby's Dream Land 3 es de diez.
The Legend of Zelda: A Link to the Past
- Fecha: 1991
- Desarrollador: Nintendo
Para algunos, el mejor juego de Super Nintendo. Para otros, el mejor juego de toda la generación: The Legend of Zelda: A Link to the Past fue un regreso a los orígenes de la saga. Y, a la vez, los cimientos sobre los que se sostendrá en el futuro esta saga de culto.
Mega Man X3
- Fecha: 1995
- Desarrollador: Capcom
Si bien las todas las entregas de Mega Man X para SNES alcanzan la excelencia, la tercera entrega demuestran la madurez de esta sub-saga y la dilatada experiencia de Capcom con el hardware de la 16 bits de Nintendo.
Mortal Kombat II
- Fecha: 1993
- Desarrollador: Midway Games, Acclaim
Si bien Mortal Kombat II se posiciona entre las mejores entregas de la saga, la versión de SNES fue toda una redención frente al original en cada uno de los aspectos.
Secret of Mana
- Fecha: 1993
- Desarrollador: Squaresoft
La llegada de la secuela de Mystic Quest a las Super Nintendo europeas fue una agradable sorpresa. Secret of Mana retiene lo mejor de los RPGs de Squaresoft y les da un punto extra de acción y aventura a través de su sistema de combates directos. Una combinación ganadora.
Super Castlevania IV
- Fecha: 1991
- Desarrollador: Konami
Castlevania III fue un antes y un después en la saga vampírica de Konami, pero lo que ésta tenía guardado para la Super Nintendo elevó completamente el listón en todos y cada uno de sus apartados. Cita obligada para los apasionados por los metroidvanias.
Super Mario All-Stars
- Fecha: 1993
- Desarrollador: Nintendo
Nintendo relanzó las cuatro entregas de la saga Super Mario Bros. (incluyendo los títulos exclusivos de occidente y Japón) con un aspecto completamente renovado a través de un recopilatorio sencillamente irresistible.
Super Mario Kart
- Fecha: 1992
- Desarrollador: Nintendo
Montar a las máximas estrellas de la Gran N en karts y hacerlas atravesar coloridos niveles parecía una locura en 1992. Hoy, ese divertido spin-off se ha consolidado como una de las series más exitosas de la propia Nintendo.
Super Mario World
- Fecha: 1990
- Desarrollador: Nintendo
El embajador definitivo de Super Nintendo demostró que era posible superar el listón de Super Mario Bros. 3. Y eso que estaba altísimo.
Super Mario World puso sobre la mesa todo el ingenio de la Gran N a la hora de crear niveles plataformeros y, de paso, hizo una demostración de lo que podía lograr la SNES.
Super Mario World 2: Yoshi's Island
- Fecha: 1995
- Desarrollador: Nintendo
Con Yoshi's Island, Nintendo demostró que su sistema de 16 bits podía ofrecer un apartado artístico capaz de despertar la misma fascinación que las consolas de nueva generación. Y no solo eso: la aventura de Yoshi y bebé Mario es sencillamente divertidísima.
Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars
- Fecha: 1996
- Desarrollador: Nintendo, Squaresoft
Una combinación ganadora: el referente en cuestión de JRPGs se atrevió a reimaginar el universo de Super Mario Bros. haciendo que las máximas estrellas de Nintendo tomarían parte en batallas por turnos. ¿El resultado? Una genialidad.
Super Metroid
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Nintendo
Uno de los mejores juegos de la historia. Nintendo supo aprovechar todo el potencial técnico de la SNES para terminar de darle a Super Metroid un grado de excelencia a la altura de sus diseños de niveles y su legendaria jugabilidad.
Super Punch-Out!!
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Nintendo
El clásico de recreativas -y su muy acomodada adaptación de NES- nunca habían lucido tan bien como en la 16 bits de Nintendo: la fórmula clásica lucía como nunca a través de unos enormes personajes en pantalla con un nivel de acabado sensacional.
Super R-Type
- Fecha: 1991
- Desarrollador: Irem
Irem sacó partido del hardware de la SNES y su capacidad para mover montones de sprites en pantalla colmando los niveles de Super R-Type de enemigos de todas las formas y tamaños, mejoras espectaculares y, por supuesto, montones de proyectiles. Una entrega inolvidable.
Super Star Wars: The Empire Strikes Back
- Fecha: 1993
- Desarrollador: Sculptured Software, LucasArts
La trilogía de Super Star Wars era mucho más que una adaptación libre de las películas de la Guerra de las Galaxias: eran una expansión en clave de videojuego de todas y cada una de las iconicas escenas para la Super Nintendo.
Starwing (Star Fox)
- Fecha: 1993
- Desarrollador: Nintendo, Argonaut Games
Shigeru Miyamoto estaba convencido de que la SNES podía ejecutar juegos poligonales, y Starwing fue el fruto de ese desafío. Con ingenio, buenas ideas y un Chip SuperFX cualquier cosa era posible en el Cerebro de la Bestia.
Street Fighter II
- Fecha: 1992
- Desarrollador: Capcom
La versión que Capcom elaboró de su super-éxito de recreativas nos voló la cabeza a todos: los World Warriors lucían de escándalo y se movían como en los muebles arcade. Uno de los máximos vendeconsolas de la SNES.
Stunt Race FX
- Fecha: 1994
- Desarrollador: Nintendo, Argonaut Games
Tras demostrar que la SNES podía ofrecer juegos poligonales, el nuevo hito del Chip SuperFX fue un juego de conducción. Quizás hoy luzca como uno de los juegos que peor ha envejecido de la consola, pero en su día fue toda una declaración de intenciones.
TMNT IV: Turtles in Time
- Fecha: 1991
- Desarrollador: Konami
Hubo un tiempo en el que los beat'em ups de Konami causaban furor en las salas recreativas. Y el que hizo a medida del Cerebro de la Bestia (aprovechando su mode 7 para determinadas fases) basado en las archiconocidas Tortugas Ninja fue un sueño hecho realidad.
El legado de Super Nintendo
Los juegos de SNES siguen reteniendo su encanto original tres décadas después, y lo mejor es que no se trata de mera nostalgia: Nintendo se ha preocupado mucho y bien de que su legado sea accesible para todo el mundo a través de la Consola Virtual y de la selección de juegos clásicos de Nintendo Switch Online.
Sin embargo, el verdadero logro de la consola de Nintendo es cómo la estética y su jugabilidad de sus juegos continúan sirviendo de inspiración para títulos actuales tremendamente populares. Incluyendo:
Stardew Valley
Un RPG en el que heredaremos una granja en un recóndito pueblecito que poquito a poco acabará absorbiendo todas y cada una de nuestras horas libres.
Hyper Light Drifter
Un sensacional juego de aventuras fuertemente inspirado en A Link to the Past cuya estética es un reconocido homenaje a los juegos de SNES.
Owlboy
Un juego de plataformas cuyo elaborado pixelart y jugabilidad retro se cocieron a fuego lento: su desarrollo comenzó en 2007 y llegaría casi diez años después a todos los sistemas.
Axiom Verge
La carta de amor del desarrollador independiente estadounidense Thomas Happ a Super Metroid es uno de los actuales referentes entre los metroidvanias.
Octopath Traveller
Square Enix retoman la belleza y las sensaciones de sus clásicos JRPGS para SNES ofreciéndonos las historias de ocho héroes que entrelazan sus destinos en una gesta inolvidable.
Moonlighter
Una verdadera maravilla Made in Spain cuyo apartado artístico es todo un regalo para los sentidos y los fans de los grandes clásicos de la Super Nintendo.
¿Suficientes excusas para que no echemos de menos la máquina que nos invitó a vivir más de mil aventuras a 32.000 colores? En absoluto: continuando la línea Classic Mini de la NES, Nintendo lanzó un modelo en miniatura de la SNES con 21 juegos preinstalados. El éxito fue sonoro.
Curiosamente, uno de los reclamos de esta Super Nintendo Classic Mini fue Star Fox 2, un juego terminado que no llegó a ser publicado debido a que las limitaciones visuales de SNES frente a los sistemas de 32 bits le harían un flaco favor. La realidad es que pocos juegos han envejecido tan bien como los del Cerebro de la Bestia.
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