‘Need for Speed: The Run’ es la enésima encarnación de la franquicia de conducción ‘Need for Speed’. Después de unos años confusos con juegos que no daban la talla, EA dio por fin con la tecla que revitalizaba la saga explotando en paralelo dos vertientes bien diferenciadas: la competente simulación de ‘Need for Speed: Shift’ y la divertida acción peliculera de ‘Need for Speed: Hot Pursuit’.
Fue la frescura del rescatado ‘Hot Pursuit’ la que me recordó a aquellas películas de los años 80 protagonizadas por Burt Reynolds y un montón de estrellones. ‘Los locos del Cannonball’ (que a su vez se basaba en los dibujos animados con autos locos de Hanna Barbera) reproducía con humor una carrera de costa a costa de los Estados Unidos sin reglas, con coches alucinantes y fuera de la ley. Si en ‘Hot Pursuit’ no había una historia propiamente dicha con esa base, sí que la recoge ‘Need for Speed: The Run’, sólo que ahora se destierra el aire festivo para abrazar tintes dramáticos.
Ahí está la carrera de punta a punta del país, sin reglas, con coches alucinantes y fuera de la ley, pero aquí el protagonista corre por su vida. ‘Shift’ ya tiene continuación, no así ‘Hot Pursuit’, que parece reencarnarse en ‘The Run’. Veremos si su mencionada frescura no se diluye en tanta seriedad. ‘Need for Speed: The Run’ llegará hasta nosotros el 18 de noviembre. Mientras, no viene mal vacunarse revisitando la descacharrante serie de películas que toma sutilmente como base.
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