Más allá de lo que pudiesen gustarme sus personajes y peleas cuando era niño, ha sido con el paso de los años cuando he aprendido a apreciar todos los detalles que Akira Toriyama incluía en Dragon Ball. El otro Toriyama, el que se encarga del telón de fondo, me parece un artista aún más especial.
Sus ciudades, sus enemigos de relleno, la inventiva detrás de sus avances tecnológicos, los coches y motos que estabas deseando conducir cuando eras un crío. Reflejar una realidad no es fácil, pero dar forma a la tuya propia parece aún más complicado.
Ojalá un juego de carreras de Dragon Ball
Hoy, tras toparme con un artículo sobre el tema de Jalopnik, me he acercado a los vehículos creados por Toriyama con algo más que la sencillez de aquél crío que poco entendía de marcas, referencias y homenajes.
Lo he hecho con curiosidad, sorprendiéndome con la estrecha relación del genio con el mundo del motor y preguntándome de dónde le venía esa pasión por el diseño industrial. Te pierdes en sus dibujos y no puedes evitar pensar que eso merece un juego de carreras con los coches, motos y aviones de Akira Toriyama.
No es que en el mercado haya demasiado hueco para otro juego de carreras de dibujos animados, creo que estamos cerca de la saturación, pero no negaré que sus adaptaciones de coches clásicos me engancharían a desbloquear todos los vehículos habidos y por haber.
Me alucina cómo la Tierra de Goku y compañía podría ser una mirada a un futuro aún por llegar. La unión de lo nuevo y lo viejo, como si el mundo hubiese seguido adelante y parte de la gente se hubiese quedado atrás, le da una verosimilitud a sus diseños que me alucina.
La clave, sin embargo, está en que consiguiese llevar a su terreno cada uno de los vehículos aparecidos en sus historias. Ya fuese en forma de homenaje o de invención propia, es una de las razones por las que ver la moto de Bulma corriendo contra un Toyota MR2 de mediados de los 80 no desentonaría en absoluto.
De dónde viene la obsesión de Toriyama con los vehículos
De dónde nació esa pasión es precisamente lo que más me ha alucinado de este Toriyama paralelo cuya existencia desconocía. Si le gustaban tanto los vehículos es precisamente porque, en cierto sentido, se crió entre ellos.
Con la afición al mundo del motor contagiada por su padre empezó a dibujarlos, pero su afición por inventar máquinas explotaría durante un corto periodo de su vida en el que su familia regentó un negocio de reparación de vehículos. Pese a ello él ha reconocido no tener experiencia o conocimientos mecánicos, simplemente es alguien al que le gustan mucho los coches.
Sus primeros trabajos como dibujante ya daban una importancia adicional al uso de los vehículos en la trama, desde el Ferrari Dino futurista de Mr. Ho hasta el detalladísimo tanque de SandLand que acabó convirtiéndose en una pesadilla para él por tener que dibujarlo constantemente con ese mismo nivel de detalle.
A partir de ahí la afición por dibujar vehículos con su particular estilo se acrecentó, y la colaboración con Honda y Ayrton Senna la llevó aún más allá. La mítica imagen de Goku sobre un Fórmula 1 se la debemos a que la editora bajo la que se publicaba Shonen Jump decidió convertirse en patrocinadora del equipo McLaren.
Gracias a la creciente popularidad que estaba arrastrando el piloto brasileño, el acuerdo se cerró también con un manga de Toriyama sobre la Fórmula 1 y las ya míticas imágenes de Goku sobre el monoplaza. Otro de los vehículos de Toriyama que, como todos estos que encontraréis a continuación, nos encantaría ver en ese hipotético juego de carreras.
Ver 14 comentarios