Blur, el injusto caparazón azul de Bizarre Creations

Blur, el injusto caparazón azul de Bizarre Creations

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Blur, el injusto caparazón azul de Bizarre Creations

'Split/Second' no fue el único videojuego de carreras maldito que acabó provocando el cierre de un estudio, a pesar de la calidad que atesoraba. Sucedió lo mismo con 'Blur', de los también ingleses Bizarre Creations.

La casualidad es, a veces, demasiado caprichosa. Ambos juegos salieron en mayo de 2010, tuvieron críticas muy positivas, pero no vendieron lo esperado y sus estudios acabaron cerrando casi a la vez a primeros de 2011.

Es como si la industria se hubiese cansado de los juegos de conducción arcade, cuando antaño había sido un género de lo más glorioso gracias a Namco y SEGA. Como si ahora fuese un género de nicho, destinado a vender poco más de un millón de copias, y con altas exigencias por parte de sus editoras.

Los números de 'Blur', en cualquier caso, fueron mucho más modestos que la obra antes citada de Black Rock Studio. Según VGChartz, en ningún sistema se alcanzó el millón de unidades vendidas: en PS3 fueron poco más de 700.000, mientras que en Xbox 360 casi 600.000. ¿Sus ventas en PC? Desastre.

Pero, ¿a qué se debió su fracaso? Gareth Wilson, antiguo jefe de diseño en Bizzare Creations, lo achacó a esa mezcla de "cereales y bacon", por cómo intentó el estudio unir dos conceptos tan distintos en su videojuego de carreras. Aunque tal vez fuese un cúmulo de todo: la gente quería seguir con lo que ya conocía o estaba cansada del género arcade, la polémica promoción del juego usando chicas con poca ropa, o competir con un gigante como 'Mario Kart'.

Blur, el Mario Kart realista

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Porque 'Blur' fue un 'Mario Kart' de corte más realista. Fue la gran inspiración de Bizarre Creations, un estudio con alta experiencia en los juegos de carreras ('Metropolis Street Racer', 'Project Gotham Racing') que quiso apostar en este caso por una mezcla arcade para la conducción con licencias oficiales para los coches y sobre ciudades reales, como Barcelona, Tokio, Los Ángeles o Nueva York.

Al contrario que el clásico de Nintendo, los potenciadores no penalizaban tanto al usuario, pese a que Descarga intentase simular el rastro del caparazón azul. En total había ocho, podíamos acumular hasta tres, y usarlos indistintamente:

  • Descarga: un misil teledirigido que volcaba el coche del rival
  • Mina: una mina explosiva pensada para los que nos siguen detrás
  • Nitro: un acelerón, ideal tras tomar curvas cerradas
  • Rayo: una serie de rayos situados en la distancia
  • Empujón: una onda expansiva para apartar a los demás
  • Proyectil: de uso parecido a los caparazones verdes
  • Escudo: para protegernos durante unos segundos
  • Reparación: para reparar completamente nuestro bólido

Al igual que en 'Mario Kart', muchos de estos potenciadores se podían lanzar hacia atrás. Incluso en el caso del Nitro, para tomar mucho mejor las curvas.

Sus modos de juego, pese a no aportar originalidad al género, fueron eficientes, dando lo mejor de sí tanto en el clásico Carrera, compitiendo contra otros 19 corredores, como en Uno contra uno, con duelos intensos contra sus jefes. Destrucción no supo aprovechar todo su potencial con las armas, mientras que Punto de Control era una especie de contrarreloj con muchas más prisas.

Destacó, además, por no olvidarse del boom de la pantalla partida para cuatro jugadores vista en los tiempos de los 32 y 64 bits (y ciertamente en desuso hoy en día), como complemento al modo online. Pero ni con ésas triunfó.

¿Ya no hay esperanza para este género?

Uno piensa en todos los juegos de conducción arcade surgidos en los noventa, como 'Daytona USA', 'Ridge Racer' o 'SEGA Rally', entre otros, y los que han ido surgiendo estos últimos diez años, como los citados 'Split/Second' o 'Blur', con el cierre de ambos estudios, o la ausencia de un nuevo 'Burnout' desde 2008, y vemos que ya no cuentan con la misma pegada de antaño a nivel mediático.

A veces nos topamos con juegos que apuestan por ese espíritu de las recreativas, como el '90s Super GP' de Pelikan13, que debería salir este año, pero es difícil que consigan replicar el éxito que tuvieron los clásicos de Namco o SEGA. Porque los tiempos han cambiado y la gente (la mayoría de ella) busca otras cosas.

Pero no deja de ser un fastidio que todo se resuma, como siempre, al dinero. Si un juego no vende lo esperado, se cancela su secuela. Pasó con la obra de Black Rock Studio, y pasó con la de Bizarre Creations. Sí, porque estaba trabajando en 'Blur 2', pero como cerró el estudio en 2011... se fue al garete todo.

Al menos el género está recuperando, poco a poco, esa visibilidad que le fue negada. Empezó el mes pasado con ese 'Split/Second' retrocompatible con Xbox One, ahora con la confirmación del 'Burnout Paradise Remastered' para PS4 y Xbox One... Y, quién sabe, igual en el futuro vemos el 'Blur' retrocompatible. Es uno de nuestros mayores deseos para 2018. Que lo de su secuela es una utopía...

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