Es una historia muy emotiva: triste, pero alegre al mismo tiempo
Marvel tiene una infinidad de historias curiosas que suelen pasar desapercibidas para la mayoría del público, especialmente para todos los fans que limitan a las películas y series y no llegan a los cómics. A finales de 2020 se lanzaron los cómics Thor #7 y #8, que mostraron una historia muy emotiva: triste y alegre al mismo tiempo.
En esta historia, Thor comparte protagonismo con Iron Man y Adam Aziz. ¿Quién demonios es este último? Se trata de un mecánico exconvicto de Broxton (Oklahoma) que cumplió nueve años de condena por asalto a mano armada. Tras reformarse y obtener la libertad, montó un taller de coches y se dedicó a ayudar a quienes no tenían recursos para arreglar sus vehículos.
En este contexto, el Mjolnir de Thor cayó sobre la tierra y Adam Aziz lo encontró. Tenía una inscripción: llamar a Tony Stark, y así lo hizo. El millonario apareció como Iron Man y creó un campo de fuerza a su alrededor, pero Aziz se quedó dentro y probó a empuñar al martillo... y pudo, convirtiéndose en una versión de Thor.
El mismísimo Thor apareció poco después y centró su atención en Adam Aziz después de un clásico rifirrafe con Tony Stark. Resulta que la magia de Odín del Mjolnir estaba defectuosa, así que cualquiera puede cogerlo. De hecho, Stark lo hace en cierto momento.
Thor le pidió a Aziz que le devolviese su martillo y este le pidió un favor antes de hacerlo: volar juntos. Lo hicieron como dos amigos. Antes de irse, el mortal le dio un consejo al dios: todo puede arreglarse con un reinicio (apagar y encender) o a martillazos. ¡Un gran consejo de un mecánico a una deidad!
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