Dentro de las aventuras gráficas modernas, 'Life is Strange' es una de las mejores y todo un ejemplo de que se puede mejorar la anquilosada (y sobreexplotada) fórmula de Telltale Games. Pero no sólo a nivel jugable, dando mayor sensación de control, sino aportando una historia en donde sí que se notan más las repercusiones del jugador.
Gustó tanto a crítica y público en general, que se acabó confirmando lo inevitable: que contará con su propia serie de televisión con actores reales. Y lo que es mejor, las ganas de DONTNOD de acabar sacando un 'Life is Strange: Season Two'. Aunque esto último tardará en ser una realidad.
SPOILERS sobre Life is Strange a continuación... No seguir si aún no lo habéis completado. En cuanto a Por trece razones, tan solo tratamos lo sucedido en los dos primeros episodios (principalmente, su piloto).
Si volvemos a recordar la aventura de Maxime Caulfield es por el reciente estreno de la serie Por trece razones, de Netflix, un melancólico relato sobre la importancia de la empatía, como definieron nuestros compañeros de ¡Vaya tele!. Una serie que, tal y como he hablado con mi hermano Charlie, nos recuerda poderosamente a 'Life is Strange'.
Tampoco queremos decir con esto que la serie creada por Brian Yorkey (basada en el libro superventas de Jay Asher) trate sobre el efecto mariposa (en este sentido, 'Life is Strange' me recordó inevitablemente a la película de Ashton Kutcher sobre dicho fenómeno), pero sí que comparte el espíritu y nos hace reflexionar. Porque aquí se vuelve a tratar el tema de la muerte.
Todo gira en torno a una muerte
Entrando en lo básico de su sinopsis, Por trece razones parte con la historia de Hannah y de los motivos que le llevaron a suicidarse. En 'Life is Strange', recordemos, Max intentaba averiguar, entre otras cosas (como el porqué de su habilidad para manipular el tiempo), los motivos de la desaparición de Rachel Amber hasta descubrir que había sido asesinada por un ser despiadado.
A modo de curiosidad, decir que la voz de Max la puso la actriz Hannah Telle. Sí, comparte nombre con la protagonista de Por trece razones. Pero ya está.
Las consecuencias del maltrato escolar
Un tema sobre el que giran ambas obras, y que es también muy serio (consecuencia de lo anterior), es el maltrato escolar. Ya en el piloto de Por trece razones se deja caer ese hecho por culpa del vídeo de Justin con Hannah que se hizo viral enseguida, dinamitando la confianza con todo su entorno. Exactamente lo mismo que con la pobre Kate Marsh, de 'Life is Strange'. Una historia que nos tocó vivir en primera persona y que supuso uno de los puntos de inflexión en el devenir de la aventura de DONTNOD (yo la salvé de su suicido, ¿y vosotros?).
Jugando con los hechos del pasado
Aparte de compartir, lógicamente, la ambientación de instituto, tanto una como otra hacen guiños a la época de los ochenta y noventa, desde el tema de los cassettes que dejó Hannah, hasta la cámara fotográfica de Max y su animadversión a la moda de los selfies. Pero quizás donde es más significativo el parecido es por mostrarnos dos historias que se entrelazan en el tiempo.
La gracia de Por trece razones son sus cintas, en esas grabaciones que dejó Hannah antes de suicidarse y que tienen a Clay Jensen, uno de sus antiguos amigos, completamente absorto al verse envuelto en una trama con no pocos misterios. Mientras que en 'Life is Strange' era precisamente el poder de controlar el tiempo, reviviendo hechos del pasado hasta el punto de poder cambiarlos... con trágicas consecuencias: el más mínimo detalle lo podía destrozar todo.
Lo que tengo claro es que, a falta de su adaptación oficial a cargo de Square Enix y Legendary, la serie de Netflix nos puede servir para controlar un poco el mono.
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