Seré franco con vosotros. Aunque soy un auténtico fanático de la saga Monkey Island (tengo todos sus juegos en mi estantería, algunos incluso por duplicado) lo cierto es que este 'Tales of Monkey Island' no me daba buena espina desde que se anunció.
Simplemente, es demasiado tarde para resucitar a una saga cuyo nivel cayó estrepitosamente en la cuarta entrega. Ello sumado a que el aspecto gráfico me parece bastante pobre, comparándolo con un juego del año 2000 como es 'La Fuga de Monkey Island', que con sus personajes tridimensionales sobre escenarios prerenderizados y fondos dibujados a mano tenía mucho más encanto que esta versión.
Simplemente, 'Monkey Island' estaba muerto para mi, y me encontraba cómodo considerándolo simplemente el recuerdo de una de las mejores sagas de aventuras gráficas, que no valía la pena resucitar en pos de la comercialidad
Asi pues, volviendo al argumento inicial, cuando se anunció esta nueva entrega episódica digamos que no llamó mi atención. Miré las capturas de pantalla del nuevo Guybrush con perilla y pensé que entre tanto remake, es normal que antes o después a alguien se le ocurrirera resucitar a nuestro pirata favorito, pero desde luego no me gustaba como lo estaban haciendo.
Y sí, sé que Telltale está formado por ex-empleados de Lucas Arts, lo cual es en cierto modo una garantía de calidad. Pero simplemente, el espíritu de la época que dió origen a las aventuras gráficas (impulsado, todo hay que decirlo, por las limitaciones técnicas de los equipos de aquel entonces) no es el mismo que el de nuestro presente actual y tecnológico.
Según apuntan en Destructoid, el propio Dave Grossman, escritor y programado de las dos primeras entregas de la saga, es uno de los integrantes del equipo de Telltale.
¿Por qué entonces no confío en esta nueva entrega? Os preguntaréis. Bien, a lo largo de estos años, 'Monkey Island' ha ido ascendiendo en mi pedestal personal como una de las mejores aventuras de todos los tiempos, ayudada por el factor engrandecedor de la nostalgia. Casi he conseguido olvidar el mal sabor de boca que me dejó la cuarta parte (de la que rescato algunos puzzles memorables, como el del pantano y sus paradojas temporales) y no tengo ganas de remover los viejos recuerdos.
De hecho, y esto también lo apuntan en el artículo de Destructoid, el propio Ron Gilbert se pasó por las oficinas de Telltale y colaboró en algunos de los puzzles. Esto son más que un puñado de nombres. Estamos hablando de los artífices originales de la saga diseñando una nueva entrega, nueve años después de la anterior.
¿Que es entonces lo que me produce rechazo? Es algo a lo que llamaremos el efecto 'Calavera de Cristal', por la entrega de Indiana Jones con dicho título. Una película que contaba con el director y el productor originales de la primera trilogía (Steven Spielberg y George Lucas) con varios de los actores originales (como el propio Harrison Ford, claro está) y, en resumen, una cinta de aventuras bastante decente... si no fuera porque se trataba de la cuarta entrega de 'Indiana Jones'.
Y es que el realizar una nueva entrega de una saga consolidada, muchos años después de dar esta por concluida, suele provocar que ésta sea incapaz de competir con el buen recuerdo de las anteriores. 'Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal' no es una mala película en general, considerada de forma independiente al resto. Pero como parte de la saga 'Indiana Jones', es con diferencia la más floja de todas y no merece ser colocada junto a la trilogía original.
Eso es lo que temo que ocurra con esta nueva entrega de 'Monkey Island'. No me malinterpretéis, la posibilidad de un nuevo episodio de la franquicia realmente es algo que me ilusiona, pero a la vez, me da miedo. Tengo miedo a que no esté a la altura de mis expectativas. Miedo a no vivirlo con la misma ilusión que cuando jugué a los primeros títulos siendo niño. Miedo, en definitiva, a enturbiar un bonito recuerdo.
Hay más de un factor que apunta a que 'Tales of Monkey Island' puede ser una gloriosa nueva entrega de la saga. Pero por desgracia, ni mis circunstancias son las mismas que cuando jugué a los primeros juegos, ni el mercado de los videojuegos actual es el mismo de entonces, lo cual juega en contra de cualquier intento de resucitar una vez más al pirata fantasma-zombi LeChuck.
Sin embargo, a pesar de todo lo dicho, os confieso que espero sinceramente estar equivocado y tener que comerme mis palabras. Ojalá sea así.
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