Una de las mayores cualidades de Xbox Game Pass es que nos permite acceder a la descarga de cualquiera de los cientos de videojuegos que forman parte de su catálogo digital, lo que supone una buena forma de probar joyas ocultas y descubrir títulos que por lo general pasan un tanto desapercibidos. Uno de esos ejemplos es el de Maquette.
Este indie desarrolla por la compañía Graceful Decay, y publicado por Annapurna Interactive, lo podéis jugar cuando queráis desde vuestra Xbox One, Xbox Series X/S, en PC o en la nube con Xbox Cloud Gaming con tan solo estar apuntado al servicio de Microsoft. Eso os permitirá meteros de lleno en esta mágica aventura de fantasía en primera persona.
En ella estamos frente a una maqueta descomunal en la que por los alrededores hay edificios, plantas y objetos que son gigantes y diminutos al mismo tiempo mientras vamos manipulando todo su interior a base de ir resolviendo acertijos. Un mundo recursivo que no para de jugar con la perspectiva y el tamaño de los elementos, lo que sirve para ir abriendo nuevos caminos, como por ejemplo pillar una llave en el exterior y transformarla en un puente en el interior.
Pero si hay algo que hace muy especial a esta premisa es su trama de fondo, porque nos lleva a reconstruir los recuerdos de la relación de Michael y Kenzie. Esto sirve para presenciar una preciosa historia de amor que se acaba convirtiendo en uno de sus puntos más fuertes, junto con una banda sonora excelente. Además, es tan corto que en una tarde de domingo os lo podéis pasar perfectamente en apenas unas tres o cuatro horas.