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Análisis de Frogger in Toy Town, la popular rana protagoniza un regreso a los videojuegos que deja mucho que desear

En la presentación de Apple Arcade de hace unas semanas, cuando se confirmaron todos los datos acerca de su precio, la fecha en la que se iba a estrenar, etc., se revelaron varios videojuegos que formarían parte de su catálogo inicial. El primero que se anunció en aquella keynote de Apple fue Frogger in Toy Town.

Hubo varios títulos, entre ellos este por parte de Konami, que me llamaron la atención lo suficiente para suscribirme al menos durante un mes a este servicio. Al fin y al cabo, era una nueva entrega de uno de los personajes más míticos que existen en los videojuegos, pero eso no quiere decir necesariamente que sea algo bueno.

La ventaja de que Apple Arcade te deje probar todos sus servicios gratuitamente durante un mes sirve precisamente para que darte cuenta de si por juegos como este de Frogger merece la pena o no el hecho de renovar la suscripción para seguir disfrutando de él. En este caso la respuesta está clara: no.

Una casa familiar y un tanto infernal

En este nuevo Frogger hay un único objetivo que consiste en salvar a otras ranas diminutas que están perdidas y hay que llevarlas a buen recaudo. El lugar donde se encuentran es en el interior de una casa, como la de cualquier persona, a tamaño real, con todas sus habitaciones y los elementos, muebles y otros artículos que las identifican.

Esto supone que tan pronto nos estaremos desplazando por un salón como pasaremos a una cocina o de ahí a la habitación de un bebé. Por lo tanto, no faltarán libros, bolígrafos, mesas, fogones, trenes de juguete, etc. Básicamente todo lo que solemos ver en una casa familiar, con la gran diferencia de que aquí todo puede resultar mortal.

Dado el diminuto tamaño de nuestro protagonista, lo que veremos en pantalla tendrá un tamaño enorme y pocas cosas serán inofensivas, así que habrá que tener cuidado porque no podremos fiarnos ni de nuestra propia sombra. Tan pronto vas saltando por el escenario como de pronto un estuche lleno de bolígrafos los suelta por los aires y comienzan a rebotar por todas partes. Encima, dado que no paran de moverse, en cuanto te toque uno de ellos pierdes una de las tres vidas que tienes por fase.

La parte negativa de este asunto es que en ocasiones da la impresión de que un objeto ya está totalmente quieto cuando de repente te calza un golpe que no te lo esperabas en absoluto. Las físicas de ciertos objetos son bastante absurdas, aunque también es divertido comprobar cómo se puede destrozar el escenario, ya que, por ejemplo, si nos atropella un tren de juguete, provocaremos que descarrile de la vía y se choque con otros y se forme un caos en unos segundos.

Aun así, el tema de las físicas y el hecho de que no tengan ningún sentido también se aplican a nuestro anfibio, porque tan pronto se pone a saltar como si nada por unos libros, como de repente resulta una odisea encontrar el lugar adecuado desde el que escalar a otros lugares. Por lo demás, el movimiento seguirá siendo exactamente el mismo de siempre al tener que desplazar a Frogger en cualquiera de las cuatro direcciones posibles hasta alcanzar la meta.

Un título perfectamente olvidable a los pocos minutos de jugar

He de decir que Frogger in Toy Town fue el primer título de Apple Arcade que descargué porque al fin y al cabo se trataba de una nueva entrega de una saga que conozco desde que comenzó mi afición a los videojuegos. Sin embargo, fue ponerme a jugar y a los pocos minutos me entró un bajón enorme.

Solo el hecho de las físicas de los objetos y nuestro personaje ya deja mucho que desear, pero encima los controles no ayudan tampoco a mejorar la situación. A la hora de desplazar a nuestro personaje de un lado a otro hay veces que no responde adecuadamente a lo que queremos, de manera que si desplazamos el dedo hacia la izquierda decide irse para arriba o si no a la derecha. No tiene ningún sentido.

Eso sí, los que dispongan de un mando de control que sea compatible les alegrará saber que en este caso la jugabilidad es infinitamente mejor porque ahí sí que responde sin problemas. De hecho, nuestra recomendación es que únicamente juguéis si tenéis un mando si queréis disfrutar algo de la experiencia. De lo contrario seguro que buscando entre las decenas de títulos del catálogo os toparéis con algo mejor.

Por otra parte, los niveles disponen de varias misiones que normalmente suelen tener un objetivo común entre las distintas fases como es el de rescatar a cierto número de ranas que se han perdido y que saldrán desperdigadas si somos golpeados, lo que nos obligará a empezar desde el principio. En cuanto a las demás tareas, por lo general consisten en no ser golpeados por algún objeto en concreto de las pantallas o directamente por ninguno.

En cualquier caso, no suponen un gran aliciente que nos invite a seguir jugando sin parar. Más que nada porque el diseño de los niveles está muy bien logrado y son muy resultones, aunque tampoco es que sean muy variados unos de otros.

La opinión de VidaExtra

El problema con las físicas y con los controles con la pantalla táctil son dos motivos más que suficientes para que Frogger in Toy Town sea un título que no nos ha terminado de enganchar. Se agradece que después de tanto tiempo este mítico personaje haya regresado a la acción y cruzamos los dedos para que los errores de esta obra sirvan para lograr un producto mejor algún día.

Ficha Análisis Frogger

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