Hasta la llegada de 'Trials Fusion' en 2014, la saga de Redlynx fue coto exclusivo de PC y Xbox, de ahí que surgiesen por el camino alternativas para consolas de Sony o Nintendo. 'Urban Trial Freestyle', de Tate Interactive, fue uno de esos intentos fallidos por destronar el impacto de 'Trials HD' o 'Trials Evolution'.
O mejor dicho, una apuesta mucho más liviana de las motos de trial, sin la exigencia de las obras de Redlynx o el mítico 'Elasto Mania'. Era más bien un juego de carreras con unos pocos obstáculos por el medio, algo que se puede aplicar perfectamente al nuevo 'Urban Trial Playground' de Nintendo Switch.
Tate Interactive no se ha devanado mucho los sesos con esta entrega, salvo en lo relativo a sus escenarios, mucho más coloridos y con juegos de cámara para que entren más por la vista. Pero no deja de ser otro juego que no satisfará a los que busquen un producto exigente con el que realizar maniobras imposibles.
Parte de la gracia de esta clase de juegos (intentar no caerse de la moto) brilla prácticamente por su ausencia aquí, salvo momentos muy puntuales donde nos podemos llevar un golpe en la cabeza por no habernos agachado a tiempo.
El primer juego de trial para Switch
Si 'Urban Trial Playground' puede arañar algunas ventas es por no tener, por ahora, competencia, y por la buena visibilidad que está ofreciendo Nintendo a los títulos de naturaleza más humilde. Tan solo chirría, en comparación con las obras de Redlynx, su precio, porque no es para nada un producto tan completo ni rejugable.
La ventaja es que resulta más accesible, lo que puede ser una opción para los que no están acostumbrados a esta clase de juegos y ni siquiera conozcan el impacto que tuvo el mítico 'Motocross Maniacs' de Konami para la Game Boy en 1989.
Su control, además, da poco margen al error porque ninguna de las motos que podemos desbloquear cuenta con la sensibilidad habitual de la saga de Redlynx, donde el motorista se podía de dar de bruces contra el suelo si jugaba a lo loco con las posturas. Aquí incluso aunque hagamos caballitos (habilidad con la que iremos más rápido y sumando puntos de combo) será complicado caerse.
Porque 'Urban Trial Playground' apuesta, ante todo, por la velocidad antes expuesta. Aunque haya rampas, desniveles, saltos de gran altura y pequeños obstáculos por el camino, no es un juego ante el que haya que comerse el coco. Es un tiramillas de manual, donde relajarse y echar partidas cortas. Poco más.
La forma en la que está estructurado este título, además, incita a ello. El modo para un jugador mezcla sin tapujos los modos Freestyle, donde sumar puntos y cumplir desafíos especiales, y el Contrarreloj de toda la vida, contra el crono.
Urban Trial Playground y la falta de empaque
El problema es cómo nos plantea las partidas, repitiendo escenarios cada dos por tres y con unos desafíos que se suelen repetir bastante (el de llegar a meta sin colisionar es un clásico), y con unos requisitos para desbloquear las últimas fases que nos obligarán a conseguir muchas estrellas en pruebas anteriores (más de medio centenar), lo que se convertirá en algo tedioso por su cariz repetitivo.
Tendría que haberse estructurado de otra manera, sin mezclar modos (y fases) constantemente. O directamente quitar el modo Contrarreloj, que apenas aporta nada pese a los marcadores online, ya que 'Urban Trial Playground' funciona mejor como juego de trial con trucos para la moto con el objetivo de crear combos.
Casi cualquier movimiento es propenso a iniciar un combo, desde aumentar la velocidad de la moto con un caballito, como caer con la rueda delantera tras un salto o impulsarse tras una rampa con la fuerza de nuestro cuerpo. Y ahí sí que dan juego algunas fases gracias a sus desafíos, por incitarnos a probar cosas.
Los desafíos tienen otro interés a mayores: el dinero que nos dan, con el que podremos comprar cosas de la tienda, como mejoras para la moto, cambiarle su pintura o el aspecto de los dos motoristas (hombre y mujer). Sobra decir que lo único relevante serán las mejoras de la moto. Mejoras que, por otro lado, se conservan para las otras motos que desbloqueemos en base a las estrellas.
También hay fichas, a modo de moneda, desperdigadas por cada fase que nos servirán para la tienda, pero ninguna de ellas está oculta de manera rebuscada. Para coger algunas habrá que realizar saltos largos, para otras dejarse caer (sin acelerar) por una rampa, o simplemente ir marcha atrás en ciertas zonas.
La opinión de VidaExtra
En cualquier caso, ni los desafíos ni las fichas logran hacer de 'Urban Trial Playground' un título notable para el catálogo de Nintendo Switch. Es demasiado conservador respecto a otras entregas de la saga, y sobre todo muy parco en opciones y fases. Tiene mejor pinta 'Steel Rats', también de Tate Interactive, por darle un giro bastante fresco a esto de las motos. Pero aún falta para que salga.
A favor
- Los escenarios son más coloridos que otros Urban Trial
- Algunos desafíos le dan un poco de vida a las fases
En contra
- Poca variedad de fases y modos de juego
- No llega a destacar en ningún momento
- Demasiado caro para lo que ofrece