'The King of Dragons'. Retroanálisis

'The King of Dragons'. Retroanálisis
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Recuperamos la sección de los retroanálisis en Vidaextra, y lo hacemos con ‘The King of Dragons’, uno de los múltiples beat’em up que se sacó de la manga Capcom a principios de lo noventa. Algo por lo que destacó, sin duda, junto con Konami y SEGA. Un género que ha pasado por un hiato pronunciado con la entrada de las 3D, pero que en esta generación está viviendo un poco su segunda juventud gracias a los videojuegos en formato descargable y los recopilatorios.

Éste, sin ir más lejos, a pesar de ser originario de Arcades, podemos encontrarlo en distintos recopilatorios para PS2, Xbox y PSP, siendo esta última versión la que he jugado para recordarlo, siendo una conversión píxel perfect ideal para llevar de viaje a cualquier parte. Y es que pese a estar ante un videojuego de 1991 puede presumir de haber aguantado bastante bien el paso de los años, pero en parte esto tiene fácil explicación. Fue, en cierta manera, un poco adelantado a su tiempo.

¿Por qué digo esto? Porque se podría considerar el precursor de los ‘Dungeons & Dragons: Tower of Doom’ y ‘Dungeons & Dragons: Shadow Over Mystara’, también de la propia Capcom. Sin ‘The King of Dragons’ probablemente no habrían existido, y esto hasta se podría resumir en una simple imagen. ¿Os resulta familiar?

Las clases a elegir en The King of Dragons

The King of Dragons

Efectivamente, ‘The King of Dragons’ se alejó de la vertiente típica en aquella época de los beat’em up y nos puso en bandeja un plantel de luchadores variado y con una mínima pizca de componente rolero. Así teníamos varios estilos diferenciados: tanto el luchador como el clérigo y el enano eran muy buenos en el ataque cuerpo a cuerpo, y además contaban con un escudo para cubrirse de los ataques enemigos, mientras que el arquero y el mago preferían mantener las distancias debido a su poca resistencia, compensada por ese amplio radio de acción.

Esto, que ya de entrada era todo un puntazo, se vio aderezado con la posibilidad de mejorar las estadísticas de cada personaje. Pero de manera muy simple. Según fuésemos eliminando enemigos y consiguiendo dinero subiríamos de nivel, con lo que aumentaba nuestra barra de salud, y también podíamos mejorar nuestras armas, al igual que el escudo. Pero una cosa que sorprende, teniendo en cuenta de que se trata de un videojuego de principios de los noventa, es que los personajes irán cambiando el aspecto de sus armas cuanto más nivel tengan. Algo que en cierto modo siguió en ‘Knights of the Round’, también de la propia Capcom y que salió pocos meses después. Aunque ahí teníamos tres personajes seleccionables frente a los cinco del ‘The King of Dragons’. Eso sí, en ambos el máximo número de jugadores por partida es de tres, siendo sin duda otro de sus alicientes.

Compartir una partida con otras dos personas más y teniendo en cuenta que cada uno tiene un rol distinto hace que gane muchos enteros. Uno puede hacer del típico tanque (por ejemplo el luchador o el clérigo), mientras otro le ayuda con las flechas del arquero, por ejemplo. Además que los beat’em up siempre han sido más divertidos en compañía. Eso lo sabemos todos.

Bien, bien, pero ¿y de control qué tal?

The King of Dragons

A pesar de su ligero componente rolero, ‘The King of Dragons’ cuentra con un control muy simple. Tenemos un botón de ataque con el que podremos hacer un único ataque estando en el suelo, y otro en el aire, y un botón de salto, obviamente. Al pulsar dos usaremos una magia, y ésta nos restará un poco de vida. Lo llamativo viene con los escudos del luchador, el clérigo y el enano, ya que para cubrirnos tendremos que darle la espalda al enemigo en un momento determinado. A veces nos saldrá sin querer, pero aún así es una técnica no tan sencilla de realizar contra ciertos enemigos. A mi modo de ver habría estado mejor un tercer botón para ello, aunque claro… hablamos de un videojuego de principios de los noventa. No se podía tener todo. Más fácil, eso sí, nos será cortar las flechas de los enemigos con un ataque. Aunque se echa en falta un movimiento para correr. Tampoco es que resulte tan lento el movimiento de los cinco personajes, pero le habría dado más dinamismo.

Ya si queremos efectividad máxima, tendremos que usar sabiamente las distintas esferas mágicas que nos encontraremos en cada zona. Al descubrirlas en cofres o por medio del enemigo, éstas levitarán sobre una zona concreta, y si nos acercamos a ellas podremos hacer que avancen o retrocedan. Por si queremos conservarlas para cuando vengan más enemigos. Aunque no podremos demorar su uso, que después desaparecerán. Sus efectos siempre serán devastadores contra los enemigos normales: tormenta, fuego, ataque de meteoritos o transformación en ranas. No habrá casi ningún enemigo que se resista.

Y ya que hablo de los enemigos, ¿cómo comienza la historia en ‘The King of Dragons’? Pues de manera muy simple: una ciudad está en peligro por un dragón rojo (Gildiss) y nosotros tenemos que hacer que todo vuelva a la normalidad. Básicamente así comienza.

Nos encontraremos contra los típicos en estos casos: orcos, esqueletos, babosas, hombres lobo, lagartos, momias, arpías… Todos, además, sufrirán de uno de los males endémicos de los beat’em up, el de los distintos colores para hacernos ver que cuando vemos al mismo enemigo, pero de otro color, es más fuerte. Pero al ser algo que pasa en casi todos, no es tan criticable. Lo que no es tan de recibo es que en las 16 fases de las que consta el juego veamos jefes finales repetidos. Algunos minotauros, dragones y cíclopes los veremos varias veces, y lo que es peor, incluso nuevamente como semi bosses. Aún así veremos algunos interesantes que no se repetirán, como la siempre socorrida pero atrayente hydra (imagen inferior), o el inevitable dragón rojo. Pero también nos las veremos contra enemigos de carne y hueso, como varios caballeros o magos.

The King of Dragons

Un aspecto que me ha llamado especialmente la atención respecto a los jefes es que no tendremos que darles necesariamente dentro de su mismo plano horizontal, pudiendo dañarles unas pocas líneas por encima o por debajo. Esto hace que podamos esquivarlos de manera más sencilla al no entrar dentro de su radio de acción, pero a pesar de ello con algunos nos será inevitable continuar para poder eliminarlos, que ya sabemos cómo son algunos beat’em up para estos casos. A la mínima… ¡choff!

Otro detalle que me ha llamado la atención ha sido el tema de selección de personajes. Al empezar la partida todo parece normal, pero tras pasar una zona se nos volverá a pedir que escojamos personaje, por si preferimos cambiar para una determinada zona. Además todos irán subiendo su experiencia según avancemos. Aunque lo curioso es que ya en una zona, si nos matan, no podremos cambiar de personaje hasta que la pasemos. Un poco al revés de lo que viene siendo habitual en el género.

No me quiero olvidar antes de terminar este retroanálisis ese pequeño guiño, tal vez, del ladrón. Aparecerá en momentos puntuales, y posiblemente nos sea inevitable recordar la escena de los gnomos del ‘Golden Axe’, sólo que aquí no obtendremos comida o pociones de magia, sino dinero.

En resumen: ¿ha aguantado bien el paso del tiempo?

Pues ciertamente sí. Gráficamente sigue siendo resultón, los escenarios son variados, y aunque tenga una variedad de movimientos muy escasa la compensa con ese pequeño toque rolero, esos cinco personajes a elegir y su modo multijugador para tres personas. Además que sin ‘The King of Dragons’ no habríamos visto otras joyas de Capcom. Incluso tampoco estaríamos hablando hoy en día del preciosista ‘Dragon’s Crown’ de Vanillaware. Poca broma.

The King of Dragons | Arcade

The King of Dragons
  • Plataformas: Arcade y Snes; PS2, PSP y Xbox dentro de recopilatorios

  • Desarrollador: Capcom

  • Distribuidor: Capcom

  • Lanzamiento: 1991

  • Precio: No disponible

   <p>The King of Dragons se podría considerar el precursor de los Dungeons & Dragons de Capcom. Pequeñas dosis roleras para un beat&#8217;em up que se conserva bastante bien hoy en día. Recomendable probarlo si no se hizo en su día (1991).</p>

Vídeo | Youtube

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