'SUPERHOT' es el shooter del año. Ala, ya lo he dicho, ahora puedo hablar más tranquilamente de por qué el debut en largo de Superhot Team es una compra obligada, incluso aunque detestéis los FPS. O mejor aún, por qué es obligada especialmente si detestáis los FPS.
Hablaba de él hace poco en mi lista de indies imprescindibles que han salido a la venta en los dos primeros meses de este año, una muestra del agobiante ritmo de propuestas al que nos somete la industria en este momento. Sí, es complicado elegir entre tanta oferta, pero os aseguro que 'SUPERHOT' tiene lo necesario para brillar por encima de la media.
SUPERHOT es el shooter del año
Los más escépticos del lugar pensarán que, a estas alturas de la vida, poco les puede demostrar un juego de disparos en primera persona que no hayan visto ya. Craso error. Si el cuerpo os viene pidiendo desde hace tiempo un proyecto capaz de dar la necesaria sacudida al género, hasta el punto de ponerlo patas arriba, abrid los brazos porque aquí ha llegado.
Dispárame despacio, que tengo prisa
Se hace complicado explicar 'SUPERHOT' sin romper la magia del momento, y ningún texto que leáis o vídeo que veáis os preparará debidamente para la experiencia que propone. De hecho, me encantaría poder decir que os lancéis a por su compra sin leer nada más sobre él, pero entiendo que si estáis en este análisis, es porque esperáis una mínima justificación.
Como tantas otras historias recientes de éxito indie, esta narración comienza en una jam de ésas que permiten a desarrolladores noveles sacar a flote ideas locas en un corto espacio de tiempo. Aquello fue en 2013, y la idea gustó tanto que pronto prepararon una demo para navegador que aún se puede probar. De ahí a Steam Greenlight, y luego a Kickstarter, en una marcha triunfal de financiación que culminó con su publicación definitiva a finales de febrero.
La magia de este shooter, el aspecto de diseño que hace de él algo completamente diferente a cualquier otra muestra previa del género, es que el tiempo solo avanza cuando nosotros nos movemos. De esta forma, veremos las balas enemigas venir hacia nosotros como líneas rojas en el aire que deberemos evitar, al tiempo que aprovechamos cualquier recurso a nuestro alcance para salir con vida.
Si la explicación ya os resulta llamativa, en la práctica os aseguro que estamos ante una de las propuestas más geniales que he visto en mucho tiempo. Y no, a pesar de lo que estéis pensando, no es nada fácil eso de tener que anticipar los ataques y ejecutar bien las defensas, incluso cuando tengamos todo el tiempo del mundo a nuestro favor.
De hecho, cada paso que demos, cada giro a la cámara, cada pulsación del gatillo, será una decisión que no podremos cambiar, así que un simple error de cálculo tirará por la borda la partida. El juego se basa en la clásica mecánica del ensayo y error, pero cuando consigamos completar cada nivel, la sensación de éxtasis será total. En ese sentido, me ha recordado mucho a la experiencia de abrirse camino en 'Hotline Miami', teniendo que morir numerosas veces en cada nivel hasta dar con la partida perfecta.
Alegoría de todo lo que es brutal
Visualmente, el juego ya es toda una declaración de intenciones: escenarios de un blanco inmaculado en los que solo destacan los enemigos en un rojo amenazador y los objetos que se pueden usar como armas (desde fusiles de asalto hasta copas de vino) en negro intenso. De esta forma, podremos detectar de manera casi instintiva a qué nos enfrentamos y con qué ayudas contamos cada vez que nos encontremos en mitad de una batalla.
De hecho, prácticamente todos los niveles comienzan en mitad de la batalla, con enemigos que ya nos están atacando o situaciones que ponen en peligro inmediato nuestra vida (por ejemplo, un coche que viene directo a atropellarnos). Para ser un juego en el que nosotros marcamos el paso del tiempo, 'SUPERHOT' no da un segundo de respiro.
Para ser un juego en el que nosotros marcamos el paso del tiempo, SUPERHOT no da un segundo de respiro
Como si de un mensaje estético se tratara, cada escenario se convierte así en un lienzo en blanco sobre el que nos tendremos que abrir camino, y con ello, iremos "pintando" nuestra obra de pura adrenalina. Cómo hacerlo ya queda por completo a nuestra elección: podemos ir recogiendo armas y acribillando a los enemigos desde distancias seguras, o ir esquivando sus balas para partirles la boca a puñetazos. Al gusto del consumidor.
En cierto modo, podríamos decir que estamos ante un shooter por turnos, si semejante descripción es aceptable. La experiencia requerirá de nosotros mucha estrategia, más destreza de la que podría parecer a simple vista y unos nervios de acero para resistir la tensión constante a la que nos veremos sometidos.
Tensión que queda liberada violentamente cuando acabamos con el último enemigo del nivel y aparece en pantalla la repetición a velocidad real de nuestra partida. En ese momento, conseguimos volver a respirar con normalidad y disfrutamos contemplando nuestra creación en movimiento, la cual podemos incluso editar y cargar a killstagram.com, una web expresamente creada para la ocasión
SUPERHOT, el juego y el metajuego
Otro aspecto donde 'SUPERHOT' juega a marcar diferencias es en su narrativa, que apuesta por ir rompiendo a golpes la cuarta pared con una eficacia que me ha recordado a mitos como 'Eternal Darkenss', haciendo que seamos protagonistas y espectadores casi por igual. Los menús se presentan como el sistema operativo de un ordenador antiguo sobre el que podremos interactuar, con multitud de detalles y técnicas de diseño que suponen a su vez pequeños juegos dentro del gran juego que se ejecuta desde este terminal.
Según vaya avanzando la aventura, las barreras entre este menú, los escenarios sobre los que jugamos y la historia que rodea a todo ello se irán difuminando, en un intrincado planteamiento del que, por supuesto, no os voy a desvelar nada más. Sin duda, su acercamiento narrativo es tan inteligente y original como su reinvención mecánica del shooter.
Si habíais oído hablar antes ya del juego, quizás os haya llegado el mensaje de que su modo principal es bastante corto, lo cual es cierto. No obstante, sería injusto negar varios factores con los que consigue combatir esto, como es el hecho de que cada nivel se podría volver a jugar de una manera completamente diferente y sería igual de divertido que la primera vez.
A todo esto hay que sumar los desafíos fuera del modo historia a los que tendremos acceso, así como la cantidad de secretos que oculta dentro de su intrincado menú, entre ellos algunos minijuegos muy sencillos pero sorprendentemente divertidos. Y por encima de todo brilla, por supuesto, la brillante experiencia que encierra este juego tan implacable, tan original y tan candidato a ser considerado en el futuro inmediato como una obra de culto. En vuestra mano queda entender realmente por qué.
A favor
- Un shooter que se juega como ningún otro
- Cada nivel es un lienzo en blanco para dejarse llevar
- Narrativa atípica, inteligente y muy friki
En contra
- Aunque sea rejugable, es muy corto
- El editor de vídeo para las repeticiones no es muy intuitivo
Sitio oficial | SUPERHOT
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