'Spec Ops: The Line' para Xbox 360: primer contacto

Americanos, banderas, armas de gran calibre… todo lo que ‘Spec Ops: The Line’ planta ante ti a primera vista apunta a lo mismo, otro shooter bélico más. Sin embargo a menudo las apariencias engañan, y lo que está claro es que el primer título que ofrezca una evolución clara del género irremediablemente contará con esas idénticas premisas. Lo que esconda detrás será lo realmente importante, y ‘Spec Ops: The Line’, agazapado entre las dunas, sin hacer mucho ruido y esperando su momento, parece que guarda un as en la manga.

Spec Ops: The Line ¿una avanzada del progreso?

No es algo que sólo se extraiga de las palabras de sus creadores, y es que al fin y al cabo ningún hijo es feo para su padre. También se palpa en las situaciones vividas, la forma de contarlas, pero sobretodo en hacer algo más que soltarnos a pegar tiros o bombardear campamentos enemigos. ¿Un juego para hablarnos del lado crudo de la guerra? ¿para hacernos ver que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos? El resultado lo desconocemos, pero la intención inequívocamente está ahí.

Beber de la obra inspiradora de Apocalypse Now, El Corazón de las Tinieblas, ya debería decirnos mucho de por dónde van a ir los tiros en ese sentido. La historia en sí, fácil de intuir pero lo suficientemente enrevesada para que no sepas qué te depara el próximo paso, nos pone en la piel de Martin Walker un soldado enviado a Dubai para esclarecer la desaparición de John Konrad, un militar que ofreció su vida a cambio de salvar a los civiles que estaban a punto de ser sepultados por la mayor tormenta de arena de la historia.

Sobra decir que nada será tan simple como parece, entre otras cosas porque de lo contrario el juego no daría para mucho más que el típico coge el paquete y corre. Y es precisamente ahí donde parece residir gran parte del potencial del juego, ver cómo nuestro personaje evoluciona con la historia, cómo las matanzas que carga en sus espaldas empiezan a pasar factura a su cordura. Algo que no se traducirá unicamente en sus comentarios sobre el terreno o en las cinemáticas, sino también en situaciones concretas como las ejecuciones.

La locura de Walker

Si por algo ‘Spec Ops: The Line’ es un sinónimo de esperanza para el agotamiento bélico que llevamos sufrido esta generación es por eso mismo, aunque el reto de hacernos sentir lo que siente Walker me parece tremendamente difícil. Como decía anteriormente la intención está ahí, y se muestra ofreciéndonos el reflejo en pantalla de nuestro personaje cuando estamos controlando una bomba desde un portátil, pero también cuando caminamos entre aquellos que acabamos de masacrar.

No nos engañemos, no penséis inmediatamente en los humanos reducidos a ceniza de ‘Gears of War 3’, sino en una adaptación poligonal de las tripas vertidas en la arena de los primeros compases de Salvar al Soldado Ryan. Lo que se podría traducir en violencia gratuita y ganas de llamar la atención se difumina cuando conocemos que esa masacre ha sido elección nuestra, que hemos optado por lo fácil en vez de reducir a nuestros enemigos con otros métodos.

Las elecciones se suceden, pero no parecen tener grandes repercusiones en la historia. Si dejamos huir a alguien probablemente avise a nuevos enemigos, por lo que al fin y al cabo escoger entre volarle la cabeza a nuestro rival o simplemente pasar a otra cosa es algo más táctico que trascendental.

Spec Ops: The Line y los herederos de las coberturas

Lo que sí parece, o al menos lo que cualquiera puede llegar a apuntar tras ver lo ofrecido por sus creadores, es que el punto fuerte es la historia. Las mecánicas, salvo ciertas excepciones que parecen prometer mucho juego, sí responden a ese aspecto genérico que comentábamos al principio. Nada malo que no pueda situar sus tiroteos junto a alguna entrega de la saga ‘Gears of War’, pero el factor sorpresa en ese caso queda reducido a las acciones de nuestros compañeros o al uso de la arena como arma.

Lejos de complicarse la vida con un menú de acciones, en Yager han optado por hacerlo todo con un único botón. ¿Que uno de nuestros compañeros afirma que podría alcanzar a un enemigo con su rifle? click y listo. ¿Que prefiere optar por tirar una granada para abrir algo de espacio entre las tropas? pues lo mismo.

Se agradece que ambos soldados, Adams y Lugo, sean lo suficientemente competentes para ir limpiando el escenario de enemigos sin que nosotros tengamos que hacer nada, pero que sean hábiles no significa que puedan vivir eternamente, por lo que el apoyo entre ellos y nosotros se antoja indispensable.

La arena que comentábamos previamente vendría a ser lo que los barriles rojos han sido hasta la fecha, una opción para quitarte de encima a tres o cuatro rivales, por ejemplo, rompiendo una ventana y dejando que la duna que se encuentra detrás caiga sobre ellos sepultándolos. Suena bien y luce mejor, pero no esperéis ver algo así cada dos minutos, parece que han sabido racionalizarlo.

¿Victoria?

Sorprender no es fácil, romper los esquemas y aspirar a algo más tampoco, pero es aplaudible que por fin un shooter de el primer paso hacia la evolución narrativa que prometían algunos títulos al inicio de la presente generación. Si lo conseguirá o no es algo que descubriremos el próximo 29 de junio cuando el juego salga a la venta. Hasta entonces ‘Spec Ops: The Line’ ha conseguido llamar mi atención, y eso, con un título rodeado de americanos, banderas y armas de gran calibre, no es nada fácil.

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