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Análisis de Sonic Origins: SEGA revalida la grandeza del Sonic clásico, pero se olvida de lo esencial

Recorrer zumbando Green Hills Zone de punta a punta en menos de un minuto. Conseguir todas las esmeraldas del caos en las míticas fases de bonus de Sonic 2. Reventar con un destello a todos los enemigos en pantalla al dar un doble salto como Hyper Sonic. Todos esos hitos son tan emocionantes y divertidos en Sonic Origins como lo fueron en la Mega Drive.  Su grandeza atemporal es, de hecho, lo que distingue a las obras maestras del resto de videojuegos clásicos.

El legado de la 16 bits de SEGA ha estado muy presente en todos los sistemas posteriores a la caída de Dreamcast. Quizás, demasiado. Y a estas alturas de la partida sobra decir que Sonic Origins no se libra del muy merecido sambenito de ser la enésima colección dedicada al erizo supersónico y sus amigos. Entre otras cosas porque lo es.

Pero limitarnos a verlo así es tan fácil como injusto: Sonic Origins supone la restauración de cuatro joyas a las que el tiempo ha tratado excepcionalmente bien. Pixeles icónicos reensamblados bajo un nuevo motor para alegría de los nuevos fans, desde luego, pero también para los segueros de toda la vida y los máximos apasionados por el legado clásico del abanderado de SEGA.

Porque lo que desmarca y hace excepcional a Sonic Origins frente a otras colecciones y recopilatorios de juegos con más títulos es que desde el minuto uno se nos deja claro que SEGA no ha metido cuatro ROMs convenientemente decoradas con una ilustración conmemorativa del 30 aniversario de Sonic: se trata de la mayor puesta al día jamás hecha de los cuatro juegos que cimentaron el fenómeno en torno a Sonic.

Una puesta al día en la que las novedades siempre están al completo servicio del trabajo original. Es decir, no esperes personajes extra o nuevos secretos y coleccionables repartidos por los escenarios. De hecho, la cantidad de anillos de cada juego sigue siguiendo la misma y los encontrarás en el mismo sitio que los viste por última vez. Salvo, claro, que juegues en el nuevo Modo Espejo.

Lo cual no quita que se haya aprovechado para añadir elementos por aquí y por allá que no pasan desapercibidos para los que se saben cada juego al dedillo. Un ejemplo es que Sonic gana el Drop Dash de Sonic Mania como movimiento compartido en todos los juegos, lo cual nos vendrá de perlas a la hora de competir contra Metal Sonic en Sonic CD o reducir nuestro mejor récord en Green Hills Zone. Algo que puedes ver con más detalle en nuestro gameplay.

¿Cambios demasiado sutiles? Como veremos a lo largo de nuestro análisis, la máxima prioridad de SEGA siempre fue hacer los Sonics clásicos mucho más accesibles al gran público. A los que conocieron al héroe de zapatillas coloradas a través de las películas, los nuevos juegos o los juguetes. O a quienes no lo conocen todavía y buscan un trepidante plataformas pixelado en el que perderse sin prestar atención a las vidas y continuaciones que les quedan por delante. No con soluciones recurrentes como la opción de rebobinado o poder guardar la partida en cualquier punto, sino a base de recompensar nuestros avances e hitos. Y ojo, con el desafío extra de no ceder un ápice de su esencia original.

Un doble objetivo que Sonic Origins aborda implementando y repartiendo novedades pequeñas pero no sutiles a través de un Modo Aniversario creado para la ocasión y un Modo Historia que unifica los cuatro juegos. Y lo que es más importante: lo añadido deja mucho margen para la experiencia clásica y evita a toda costa pasar por encima de los fans de toda la vida. Lo cual, todo sea dicho, no es nada sencillo.

Y es que, siendo un poquito más técnicos, estamos ante cuatro remasters que heredan y mejoran el tratamiento dado en móviles a Sonic The Hedgehog, Sonic 2 y Sonic CD y, en el proceso, traen por fin de de vuelta a Sonic 3 a través de una nueva versión ya ensamblada de manera indivisible con Sonic & Knuckles. Entonces, ¿técnicamente son cuatro o cinco títulos? Ya llegaremos a ello.

Ni remake, ni colección: Sonic Origins es una restauración integral de cuatro obras maestras

Si alguna vez has jugado a los Sonics de Mega Drive te vas a volver a sentir como en casa. Si nunca has jugado, también estás de enhorabuena: SEGA  ha restaurado los cuatro juegos y los ha acomodado en Sonic Origins para que te lleves la mejor primera impresión posible. Eso no quiere decir que vayas a tener un paseo entre pétalos de rosa por delante, como suele ocurrir en muchos plataformas actuales: vas a ser eliminado de mil maneras diferentes. Embestido, trinchado, espachurrado y ahogado. Pero, a cambio, te lo vas a pasar bomba atravesando cada nivel a velocidades absurdas y perdiéndote por ellos a base de rebotes, loopings y descubrir zonas secretas.

Nos hemos referido a Sonic Origins como una restauración de las tres entregas numeradas de Mega Drive y el clásico de Mega CD,  pero es el término más acertado a la hora de definir el tratamiento de los juegos: la propia sega SEGA ha recreado cada título usando la versión más reciente del Retro Engine, el motor usado tanto en los remasters de 2011 y posteriores como en Sonic Mania.

Como resultado, Sonic The Hedgehog muestra en pantalla exactamente los mismos contenidos que en 1991 pero se acomoda a las pantallas actuales. De hecho, sus sprites jamás habían lucido tan bien, aunque la nueva fluidez obtenida solo se luce en propiedad en las fases de bonus de las entregas posteriores. Algo que, posiblemente, desesperará a quienes descubran el poder y agilidad de Hyper Sonic y traten de usarlos en las zonas que requieran un extra de precisión en los saltos.

A partir de aquí toca establecer si realmente existe una mejora visual desde las reediciones de los Sonics clásicos recientemente retiradas de las tiendas digitales. Lo cual nos lleva al primer punto clave de Sonic Origins: cada uno de los cuatro juegos incluidos se puede jugar en Modo Clásico o en Modo Aniversario.

Sonic Origins - Sonic CD (remaster de 2022) en Modo Clásico
  • El Modo Clásico retiene la relación de aspecto 4:3 de Mega Drive, permitiéndonos decorar los bordes con diferentes motivos. Sin embargo, el verdadero atractivo del mismo es que más allá de ofrecer unos píxeles mucho más definidos, se trata de la auténtica experiencia original con límite de vidas y tiempo. Es más, solo es posible jugar con los personajes que aparecieron en cada título, de modo que no es posible usar Tails en Sonic CD.
Sonic Origins - Sonic CD (remaster de 2022) en Modo Aniversario
  • En el Modo Aniversario la pantalla se llena y la nitidez de los sprites capas de scroll es absolutamente inmejorable, pero su máximo reclamo es que no hay límite de vidas: al recolectar 100 anillos o al reventar monitores en el que anteriormente había un 1-Up adicional ganamos una moneda que podremos canjear por nuevos intentos en las fases de bonus o desbloqueables. Además, podemos jugar con Tails en los cuatro juegos y con Knuckles en las tres entregas numeradas.
Sonic CD (remaster de 2011), actualmente descatalogado
  • A modo de comparación, sobre estas líneas puedes ver el remaster de Sonic CD lanzado en consolas allá por 2011, el cual usa una versión anterior del Retro Engine y está actualmente descatalogado. Y, si bien, logra dar la talla en las pantallas más pequeñas y ofrece la posibilidad de desbloquear a Tails como extra, lo cierto es que en los televisores de más de 30 pulgadas se le comienzan a ver las costuras a los sprites. Eso sí, se incluyeron varios tipos de filtros.

Merece la pena tener en cuenta que Sonic Origins sustituye las revisiones de los tres clásicos de Mega Drive publicadas en 2007 para Xbox 360 y PS3 que fueron desarrolladas originalmente por Backbone Entertainment, las cuales han envejecido bastante peor que el remaster de Sonic CD a todos los efectos.

Sin embargo, tal y como lo ha planteado SEGA, pese a que es posible acceder a los dos primeros Sonic The Hedgehog a través de diferentes colecciones en los sistemas actuales, jugar gratis en móviles e incluso están en el Servicio Online de Nintendo Switch, la única manera de jugar actualmente a Sonic 3, si no lo tenemos, es a través de  Sonic Origins. Un gesto feo, desde luego, pero de manera colateral, e intencionada, también supone un reclamo adicional para el conjunto.

Si bien, a lo largo de los últimos años hemos visto cómo los clasicazos de SEGA han regresado con un aspecto completamente renovado y mucho más actual, incluyendo personajes emblemáticos de la casa del calibre de Wonder Boy: Dragon's Trap, o el propio Alex Kidd in Miracle World DC, hay que admitir que los sprites de Sonics de Mega Drive no han envejecido un ápice en 30 años, sino que en caso de reemplazarse se perdería buena parte de su esencia e identidad.

Otra cosa es que en Sonic Origins se haya acomodado cada aventura para llegar a una nueva generación de fans. Porque, a fin de cuentas, se trata de un aniversario al que todo el mundo está invitado.

El Sonic de los 16 bits regresa para enamorar a nuevos fans y encandilar a los de siempre

El Modo Clásico de cada uno de los cuatro títulos de Sonic Origins es todo lo que se espera de la genuina experiencia Mega Drive. Juegos que establecieron la grandeza atemporal de las consolas 16 bits. Hay mejoras, todo sea dicho, ya que además de mostrar al héroe azulado y sus mundos pixelados con mejor aspecto que las versiones originales y los remasters anteriores, incluyendo la nueva proporción de pantalla, no tendrás que empezar de cero cada vez que empieces, ya que el juego salva la partida de manera automática en cada poste de guardado.

Por delante, cuatro obras maestras que conservan el espíritu de SEGA tal y como las recuerdan sus fans. Escenarios llenos de vida, con montones de enemigos colocados a maldad y divertidísimos mecanismos y loopings. Cada uno de ellos colmado de secretos y diseñados para recorrerse a velocidades que incluso superan la velocidad de la cámara que sigue a Sonic, dejando la puerta abierta a que nos perdamos siempre que crucemos la meta antes de que el cronómetro marque los diez minutos.

Mundos que también desafiarán nuestra destreza a la hora de saltar y recompensarán nuestra capacidad de observar las rutinas de los enemigos más insignificantes y los jefazos finales. Ubicaciones que nos tentarán constantemente con rutas alternativas, haciendo asomar algún anillo que podría parecer imposible de recoger, aunque siempre hay un truco para lograrlo. Y, entre zona y zona, fases de bonus capaces de sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos.

El Modo Aniversario no es la alternativa al Modo Clásico, sino que en Sonic Origins pasa a ser la experiencia principal. Es menos desafiante, desde luego, ya que en él las vidas son ilimitadas y si el cronómetro llega a los 10 minutos se detiene, pero la partida sigue. Con todo, las ventajas acaban justo ahí: si recibes daño perderás todos los anillos y si no consigues recuperar ninguno vuelves al último poste girado o, en su defecto, al principio del nivel.

Al no haber un límite de vidas en el Modo Aniversario se le añade un nuevo matiz a la partidas que gira en torno a las monedas. Obtendremos una por cada cien anillos recolectados o en los monitores en los que en otra circunstancias había vidas extra. A partir de aquí la pregunta se hace sola: ¿para qué queremos monedas?

  • De partida, podemos gastar una moneda para tener un nuevo intento adicional en una fase de bonus no superada.
  • Además, en el modo museo podremos canjearlas por temas musicales, ilustraciones, secuencias animadas y otros extras.

De este modo, Sonic Origins recupera a través de las monedas la idea de desbloquear contenidos poco a poco para extender una rejugabilidad ya de por sí bastante generosa, pero a su vez les da un valor especial: a diferencia de otras colecciones y recopilatorios de juegos clásicos, SEGA desechó la posibilidad de ofrecer ventajas como el rebobinado o el guardado manual.

Es decir, vas a tener que pelear para conseguir cada esmeralda del caos en las fases de bonus de cada juego, y existe un riesgo muy real a que te quedes sin monedas antes de lograrlo. Salvo, claro, que tus pulgares conserven la memoria muscular o seas un Jedi.

Además de los dos modos anteriores, en Sonic Origins se ha introducido una tercera opción que, sin ser especialmente original, es tan bienvenida como desafiante: el Modo Desafío Total es un Boss Rush de manual que nos enfrenta de manera directa y sin preámbulos a cada uno de los Jefes Finales de cada juego con tres vidas. Una manera de añadirle más rejugabilidad a cada título desde fuera y acceder por la vía rápida a los momentos estelares de cada aventura.

Eso no quiere decir que no haya atajos para los modos Aniversario y Clásico: los mismos trucos que funcionaban en Mega Drive y han estado ausentes en otras ediciones de los clásicos, como las versiones ya retiradas de Backbone Entertainment, están de vuelta en Sonic Origins. Así que es posible acceder al selector de niveles de cada juego realizando la correspondiente secuencia de botones en la pantalla de inicio, y lo mismo se aplica al modo Debug o las opciones para transformarte en Super Sonic.

Aunque, siendo sinceros, antes de darle una oportunidad a estos trucos clásicos te recomendamos que disfrutes de las sorpresas y desafíos de cada juego de la manera tradicional. Entre otras cosas, porque le estarás dando la espalda a la verdadera grandeza de los Sonic clásicos.

Regresando a los contenidos creados para Sonic Origins, la interfaz es sencilla y muy acertada: cada juego clásico con sus respectivos modos es representado por la isla en la que tiene lugar cada aventura. South Island en el caso de Sonic the Hedgehog, Never Lake para Sonic the Hedgehog CD, West Side Island para Sonic the Hedgehog 2 y Angel Island en Sonic the Hedgehog 3 & Knuckles. Podemos alternar entre islas usando los botones de dirección o saltar al gran mapa y elegir con comodidad. Dicho lo cual, en este archipiélago encontramos dos islas adicionales:

  • En el Monte Mobius encontraremos Misiones, el cual ofrece el Modo Historia que convierte los cuatro juegos en uno solo muy bien hilado con nuevas cinemáticas, así como una selección de pruebas en pequeños escenarios creados para la ocasión en las que podremos ganar fácilmente monedas.
  • En Flicky Island iremos directos al Museo, que es dónde se encuentra el enorme archivo de contenidos relacionado con los juegos. Algunos los desbloquearemos a base de jugar y otros gastando monedas.

De hecho, el Museo es puro fanservice: más allá de las nuevas escenas animadas para el Modo Historia podemos encontrar desde bocetos, ilustraciones que son verdaderas rarezas, temas clásicos y remixes musicales y hasta tres fragmentos extensos del concierto del 30 aniversario de Sonic.

Estas dos islas adicionales son mucho más que un extra frente a lo que ofrece Sonic Origins al jugador: revalidan el valor de los contenidos clásicos, refuerzan notablemente la rejugabilidad e invitan a los que vivieron la mejor etapa de Sonic y quienes que lo conocen de pasada o de manera más reciente a festejar juntos sus 30 primaveras.

Tanto dando acceso directo a temas musicales emblemáticos y que han trascendido a la cultura popular como a través de juegos de acción plataformera que sin historia viva del videojuego, con una jugabilidad capaz de obsesionar a los nuevos jugadores y todos los aciertos que dejaron alucinando a toda una generación en la década de los 90. Incluyendo a los también afortunados poseedores del Cerebro de la Bestia. Y es que ya quisieran muchos juegos de hace diez años conservarse la mitad de bien que Sonic 2.

Un tributo con novedades muy atractivas, DLCs cuestionables y ausencias sonadas

Con las cartas sobre la mesa queda claro que Sonic Origins es tanto una colección de remasters de los Sonics de Mega Drive y Mega CD como una fantástica compilación de material reunido con motivo del 30 aniversario del abanderado de SEGA.

Dicho así parece poca cosa en comparación con otros recopilatorios anteriores del erizo supersónico más generosos en contenido y en los que es posible acceder a bastante más títulos, pero también es verdad que el tratamiento recibido por los clásicos restaurados tiene poco que ver con lo anterior. Ahora bien, en Sonic Origins hay margen para añadir contenido inédito en Mega Drive y otras colecciones.

  • De partida, se han realizado diez piezas animadas que entrelazan los acontecimientos de cada juego con un estilo y calidad de animación similar a los vistos en la serie web Sonic Mania Adventures.
  • Las animaciones anteriores tienen un doble propósito, ya que abren la puerta a aunar los cuatro juegos disponibles en uno solo a través del ya comentado Modo Historia creado para la ocasión.
  • Por supuesto, la animación también está presente en cada juego por separado tanto en el Modo Aniversario, como en el clásico. Sin embargo, solo si apostamos por el Aniversario podemos elegir con qué personaje jugar en todas las entregas numeradas. Y en el caso de Sonic CD, además de Sonic podremos jugar con Tails.
  • De hecho, uno de los grandes reclamos de la remasterización de Sonic 2 en el modo Aniversario y en el modo Clásico y  es que, al igual que la versión disponible en iOS y Android, se incluye el nivel descartado Hidden Palace Zone, al cual se accede desde un camino alternativo desde Mystic Cave Zone.
  • Además de lo anterior, Sonic 2 suma a su multijugador las fases de Chemical Plant Zone, Aquatic Ruin Zone, Hill Top Zone y Oil Ocean Zone. Y por si eso fuese poco, también se puede jugar con Knuckles en ellas.
  • Los fans de Sonic 3 también tienen novedades exclusivas: de partida, además de tener acceso directo a las fases de bonus, se ha creado el Sub Modo New Blue Spheres en el que podemos acceder a nuevos mundos e incluso introducir códigos.
  • Sin embargo, no todo son alegrías: varios de los temas musicales más icónicos de Sonic the Hedgehog 3 & Knuckles han sido sustituidos por remezclas de piezas musicales de la beta original. Y, como puedes ver justo arriba, las comparaciones juegan muy en su contra.
  • La pérdida de algunas de las mejores piezas musicales de B.S.O. de Sonic 3 no es el único punto en contra de Sonic Origins: entre sus contenidos exclusivos para la versión Deluxe a los que se puede acceder vía DLC encontramos desde elementos tan simplones como animaciones para las islas del menú a pieza del museo que incomprensiblemente son exclusivas.
  • Por otro lado, hay funciones ausentes que se debían haber planteado de mejor manera, como el guardado en pausa o una función de rebobinado aunque fuese moderada. Sobre todo cuando no hay multijugador online.
  • Y pese a que ya lo mencionamos, no está de más tener presente que el modo Boss Rush, renombrado aquí como Desafío Total, es un estupendo reclamo al que, quizás, le falta un atractivo adicional que lo haga especial.
  • Con todo, la novedad que volverá locos a los jugadores de toda la vida es el Modo Espejo, el cual se desbloquea al completar los cuatro juegos e invierte todas y cada una de las pantallas. Ver las mismas zonas que te sabes al dedillo de derecha a izquierda y luchar contra enemigos que nos esperan al otro lado de la pantalla es verdaderamente impactante.

SEGA ha hecho mucho más que pasar los clásicos al nuevo motor y crear una generosa galería multimedia. Y pese a que las novedades, que las hay, no brillan tanto como los juegos clásicos, queda muy claro que tampoco lo pretenden: la idea en torno a Sonic Origins siempre fue revalidar por 30 años más el valor de cada uno de los juegos que iniciaron el fenómeno.  Y pese a sus defectos, que están muy a la vista, hay que admitir que hay motivos para que Sonic 2 siga jugándose durante tres décadas más. Como mínimo.

La opinión de VidaExtra

El mayor enemigo del Sonic de los 16 bits no es ni Robotnik ni el buenazo de Super Mario, sino el conocido como techo retro: la mala predisposición a jugar a títulos retro anteriores a los que nos obsesionaron o con los que comenzamos a jugar. Para algunos ese techo retro está en los primeros juegos de Atari 2600 o el posterior Spectrum. Para otros, la estricta dificultad de los juegos de la NES es un problema. Y, no lo vamos a negar, la mayoría de fases de bonus de los primeros Sonics eran capaces de hacernos perder los papeles.

Sonic Origins nace para destrozar el techo retro de las nuevas generaciones de jugadores sin ceder un ápice su esencia genuina, para máximo regocijo de los que vivimos el nacimiento del fenómeno. Siendo una extensión del empeño de esa SEGA que, durante años, se ha esforzado por crear nuevos juegos protagonizados por Sonic que puedan ser disfrutados por todas las generaciones de fans del personaje. Aunque, siendo justos, al actual Sonic Team le cuesta horrores encontrar el punto exacto. Todo lo contrario que en Mega Drive.

Porque conseguir todas las esmeraldas del Caos y ver a Super Sonic en pantalla es algo que debe experimentar cualquier apasionado por los juegos de plataformas.

A través de Sonic Origins se revitalizan los píxeles de los que son, por méritos propios, los cuatro juegos más aclamados -y reeditados- de un icono del videojuego cuyo éxito hoy va mucho más allá de las consolas y los PCs. Y SEGA lo sabe muy bien y lo tiene presente añadiendo nuevas opciones para ilusionar a quien se sabe cada fase al dedillo y emocionar a quien nunca ha tenido el placer de jugar a los clásicos de Mega Drive.

Y es que SEGA y Headcannon han exprimido las posibilidades del nuevo Retro Engine, y pese a que los creadores del mismo no están conformes con el resultado, a la hora de escribir estas palabras hemos completado los cuatro juegos y solo nos hemos topado con dos bugs. Curiosamente, los dos en Sonic CD y relacionados con las físicas locas que han caracterizado siempre al sensacional Sonic de Mega CD. El cual, por cierto, ha recibido en el proceso una versión remasterizada de su apertura y cierre animados, así como la posibilidad de alternar entre la banda sonora japonesa y la occidental.

Podemos entrar a debatir si las cuatro entrega de Sonic incluidas en Sonic Origins merecían un remaster o era mejor actualizar y relanzar las que ya estaban disponibles en digital, pero el problema de fondo seguía estando ahí: cada uno de los juegos es un plataformas pixelado con vidas y continuaciones limitadas y fases de bonus maquiavélicas que te sacan al menor despiste. Algo que solo vemos con buenos ojos los que lo vivimos en su día. Otra cosa es lo que marque en la etiqueta del precio, lo cual puede suponer otro tipo de barrera más a la vista.

Sin embargo, entre los aciertos y fallos del juego nos topamos con otra realidad no tan cómoda: Sonic Origins celebra el aniversario de su abanderado olvidando por el camino lo que lo hizo tan diferente de todos los demás juegos. Y pese al enorme trabajo que hay detrás, se trata de una apuesta de futuro y demasiado conservadora a la que le falta ese punto valiente y transgresor que definió la mejor etapa de SEGA. Ese gran reclamo que, además de servir de homenaje, evite que se compare lo que ofrece Sonic Origins con otros recopilatorios anteriores.

Restaurar el legado del Sonic clásico es tanto una obligación como una responsabilidad. Quizás Sonic Origins no sea el lote definitivo o el último que veamos antes de terminar la década pero, en su defecto, logra otro hito todavía mayor mayor: revalidar la grandeza del Sonic clásico que nos voló la cabeza en Mega Drive. Revitalizar sus hitos y hacerlos nuevamente atemporales.

  • Cuatro juegos históricos restaurados para los fans nuevos y de toda la vida
  • Se echan en falta funciones específicas como rebobinado, salvar partida al vuelo o multijugador online

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