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La quintaesencia del J-Horror llevada al videojuego. Análisis de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse

Me aterra el J-Horror. Precísamente por ello, me gusta tanto Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse. Con sus tópicos, sus sobresaltos, sus muchos defectos y sus virtudes, que no son precisamente pocas. Un clásico perdido para el público occidental que, 15 años después de su debut en Wii, sigue dando gusto jugar de noche y con las luces apagadas. O pasarlo genuinamente mal, que para el caso que nos ocupa es lo mismo.

Me gusta Mask of the Lunar Eclipse con sus flaquezas tan a la vista y aquellos aspectos visuales y jugables que son tan propio de su tiempo. Con sus sobresaltos ( o jumpscares, si quizás lo prefieres)  y esa tensión latente que nace del hecho de meterse directamente en la boca del lobo. En una trampa que sabes que te va a costar un disgusto en la que entras a veces por voluntad propia, otras a regañadientes y en ocasiones porque, básicamente, el resto de puertas están atascadas. Y sabes que lo que hay al otro lado no te va a gustar.

Y en ese aspecto, como puedes ver en nuestro gameplay, el juego de Tecmo Koei ni pierde fuelle habiendo pasado tanto tiempo, ni defrauda. Otra cosa es la factura técnica y jugable que le pasan los años, claro.

Lo bueno es que, como Survival Horror, Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse aguanta el tipo mejor de lo esperable. Porque la saga Project Zero no es el enésimo intento de medirse con Resident Evil o Silent Hill: es una extensión legítima de esa corriente de terror psicológico que se ha cultivado tan bien en Japón y, desde ahí, ha trascendido de diferentes maneras al mundo entero.

Siendo por derecho propio heredero de obras como The Ring, La maldición o Uzumaki, a través de los videojuegos. Asentando aquello que le precedió en las tres entregas anteriores y marcando el camino a seguir de todo lo que llegó después.

Y no lo vamos a negar: que, además, Mask of the Lunar Eclipse sea un capítulo inédito en occidente de la saga le da un valor todavía más especial al conjunto. La cuarta entrega de la saga Fatal Frame regresa restaurada con el propósito de revalidar sus aciertos y abrirse paso en un año crucial para el género del Survival Horror y los videojuegos de terror en general.

Pero, lógicamente, hay una duda que condiciona todo lo anterior: ¿Hasta qué punto un juego lanzado en 2008 para Wii sigue despertando las mismas emociones y miedo en los sistemas actuales y de nueva generación? Bueno, ya te adelanto que si empiezas a jugar con las persianas bajadas y un buen sistema de sonido la incógnita se despeja en tiempo récord. Pese a lo que irremediablemente se pierde en el camino.

Mask of the Lunar Eclipse: la esencia del terror paranormal al estilo nipón

Japón. Año 1970. Cinco niñas han desaparecido misteriosamente durante la celebración del Festival de la isla Rogetsu. Milagrosamente, todas fueron encontradas aparentemente intactas en una caverna con una única secuela: ninguna recordaba lo que había pasado salvo una de ellas, la cual apenas logra recordar atisbos de una melodía.

Diez años después, y tras un incidente que afectó a la isla entera, cada una de las que fueron niñas desaparecidas ha decidido regresar por su cuenta y riesgo para descubrir lo que sucedió. Dos de ellas han aparecido asesinadas, con el rostro cubierto. Otras dos han vuelto a desaparecer.

Desoyendo los consejos de su madre, Ruka Minazuki, la quinta niña que logró recordar la melodía, pone el primer pie en la misma enfermería de Rogetsu donde comenzó este misterio. No solo para encontrar a las otras jóvenes, sino para averiguar la verdad sobre los acontecimientos que tuvieron lugar diez años antes y, en el proceso, descubrir su pasado.

Lo que Ruka no sabe es que esa iniciativa la expondrá a fuerzas sobrenaturales, almas en pena y esa misma verdad y recuerdos que anhela recuperar. Adversidades a le deberá enfrentarse con su determinación, valor y una cámara de fotos bastante antigua, pero con propiedades muy particulares.

En Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse nos metemos en la piel de cuatro protagonistas que atraviesan como pueden un sanatorio construido en la era Meiji reconvertido a hotel, así como otros entornos exóticos y notablemente deteriorados de la isla de Rogetsu.

Este viaje colmado de tensión y sobresaltos conlleva mucho más que una investigación: nos expone a toda clase de fantasmas de naturaleza agresiva decididos a arrastrarnos a su pesadilla.

La manera de evitarlo, eso sí, pasa por uno de los elementos recurrentes de la saga: la Cámara Obscura, una aparentemente sencilla cámara fotográfica que no solo nos revelará aquello que se oculta a la vista, sino que expondrá a los espíritus y los hará desvanecer, aunque -como es de esperar- el proceso es algo más complicado que apuntar y pedirles que sonrían.

Además de la Cámara Obscura y sus diferentes propiedades (y opciones de personalización) en Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse tenemos acceso a una linterna según el personaje que usemos, aunque al final lo que se impone en la experiencia de juego no es tanto la acción derivada de estas secuencias contra fantasmas y espíritus como la investigación, la tensión omnipresente y la progresiva exposición a unos acontecimientos que, de manera gradual, acaban siendo nuestra obsesión entre sustos y sobresaltos muy bien planteados.

Lo cual nos lleva de nuevo a la pregunta original: hasta qué punto Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse aguanta el tipo en  PC, sistemas de nueva generación o Nintendo Switch, pero con matices muy, muy a considerar.

Un clásico que ha sido restaurado, pero con pocos cambios y novedades frente al juego original

El salto de calidad de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse se hace patente y salta a la vista frente a la versión de Wii. De partida, todos los personajes han sido actualizados a nivel de modelos, resolución y detalles. De hecho, y sin entrar en muchos detalles, en según que trajes hemos notado alguna física heredada de Dead or Alive al dar giros bruscos. Eso sí, en todo momento se impone lo que es: un juego desarrollado y lanzado en 2008 para la consola de Nintendo. Tanto en diseño como en jugabilidad, presentación y diseño.

Eso no desmerece al trabajo que hay detrás de esta versión. La resolución, al menos en PC, ha dado el salto a 3840 x 2160 y, pese a que las texturas de los escenarios delatan con descaro los orígenes del juego, la ambientación sigue estando logradísima a base de escenarios bien planteados, una iluminación que funciona muy bien en pantalla, elementos cinemáticos acertados y una estética que gana matices al estar convenientemente aderezada con filtros, granulados y el apartado sonoro.

Y es que jugar con las luces apagadas y un buen sonido a Mask of the Lunar Eclipse  no es opcional.

El primer tropiezo, eso sí, nos lo encontramos en el apartado jugable. Más allá de acomodar los controles del Wiimote a los mandos tradicionales, la cámara a veces juega en nuestra contra, y tras intentar acostumbrarnos al uso del ratón sin mucha suerte, la implementación de los botones podía haber sido mejor. De hecho, las opciones de configuración que ofrece el juego pasan por dos alternativas (clásico y moderno) que solo se diferencian entre sí en tres acciones.

Sabemos que esta nueva versión de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse también incorpora elementos que aprovechan los sensores y controles por movimientos de PlayStation y Switch, lo cual puede beneficiar los enfrentamientos con cámara de foto de manera muy similar a cómo se hacía en Switch, pero en nuestro caso se nos confirmó que esta función estaba ausente en las ediciones de PC y de Xbox.

En cualquier caso, pese a que el ritmo del juego es mucho más pausado que en el otros Survival Horror, hay elementos que merecían ser replanteados como el hecho de tener que mantener pulsado un botón constantemente para inspeccionar algo concreto o las cámaras de juego en los lugares estrechos. Algo que nos pondrá en un aprieto si, además, nos estamos enfrentando a un espíritu.

Con todo, el trabajo de Tecmo Koei es mucho mayor que una simple puesta al día visual: pese a que los nuevos modelos apenas ofrecen expresividad, ya que se basan en los originales, las cinemáticas ahora son con el propio motor del juego, las notas, los diálogos y los menús se han rehecho para que no parezca una interfaz de hace 15 años, e incluso se ha sumado un modo foto muy entretenido que no solo da mucho juego, sino que se presta a que hagamos experimentos o creemos estampas terroríficas.

Y, sin embargo, hay un elemento que definitivamente cuesta defender frente a todo lo que ofrece y propone esta nueva versión: Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse no está en español. Los textos del juego se pueden configurar en inglés, francés, japonés, chino simplificado y tradicional, alemán... Pero no en la lengua de Cervantes. Y eso, en pleno 2023, es una verdadera lástima.

Con todo, Koei Tecmo ha aprovechado esta puesta al día para sumar más trajes inéditos, incluyendo versiones en pijama o traje de baño de nuestras protagonistas.  Porque, no lo vamos a negar, desde los compases iniciales Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse es una japonesada total.

Es una lástima que no se haya ofrecido más material o contenido de cara a esta restauración, aunque también conviene tener presente que el título cuenta con su propia Edición Deluxe con su libro de arte y más trajes. Pero, pese a sus flaquezas, que las tiene a la vista, en la balanza sobresale lo que aporta al jugador: Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse es un genuino viaje las raíces del J-Horror a través de los videojuegos.

La opinión de VidaExtra

El truculento J-Horror de Tecmo ha regresado sin perder su esencia e identidad.  Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse engancha y sabe aportar auténtico suspense y sobresaltos durante sus aproximadamente 12 horas de juego a través de una fórmula de terror atemporal. Con denominación de origen, desde luego, pero que cala por igual en todo el mundo.

Precísamente por ello, que esta pieza central del legado de la saga de terror de Tecmo Koei nos llegue restaurada, con mejoras y una enorme fidelidad al original, conservando todo lo esencial, es una oportunidad estupenda de experimentar el genuino terror psicológico Made in Japan. Incluso, con sus defectos.

Es una lástima que Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse haya llegado sin traducir y con los extras justos y necesarios. Pero también es cierto que, a su modo, es un título que no es de nicho, pero tampoco para todo el mundo. Lo cual no quita que su manera de desmarcase de juegos como Resident Evil o Silent Hill jueguen a su favor.

Y, sin embargo, al final nos quedamos con lo verdaderamente esencial: Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse es la quintaesencia del J-Horror clásico llevada al videojuego. Y ahora que lo tenemos, también queremos más que nunca una nueva entrega creada específicamente para los sistemas actuales.

Precio de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse

Si bien, está claro que el tratamiento no es exactamente el de un remake, a la hora de sopesar el precio de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse hay que tener en cuenta que es una entrega completamente inédita de la saga en occidente. De lanzamiento sólo está disponible en digital por 49,99 euros, incluyéndose sin coste adicional las ediciones de octava y novena generación en PlayStation y Xbox.

Además, y junto con las bonificaciones de lanzamiento, también es posible hacerse con la edición Digital Deluxe de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse por 64,99 que incluye atuendos adicionales y el libro de arte, pudiéndose adquirir estos contenidos a posteriori con el Digital Deluxe Upgrade Pack.

Duración de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse

En lo referente a la duración, Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse está muy en sintonía con el resto de la saga, ofreciendo entre 12 y 15 horas de juego (más o menos lo mismo que el más reciente Fatal Frame: Maiden of Black Water) si no nos detenemos demasiado delante de las puertas o nos perdemos al hacer experimentos con el nuevo modo fotográfico. En cualquier caso, y siendo justos, no tiene mucho sentido añadir más horas a su historia.

Lo mejor

  • La genuina esencia del J-Horror llevada a los videojuegos
  • Pese a que su duración y su dificultad están muy acotados, de cara a la experiencia de terror psicológico acaban siendo un acierto
  • Una entrega perdida y restaurada de Project Zero que conserva el encanto de los clásicos de su tiempo

Lo peor

  • La edición que nos llega carece de textos en español. Una lástima
  • Pese a que la jugabilidad ha recibido un empujón, merecía haberse pulido más
  • Este muy esperado relanzamiento pedía ofrecer más contenido adicional, más allá del modo foto y los trajes

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